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J. Pollock |
lunes, 22 de agosto de 2016
AMASIJO INFORME
jueves, 4 de agosto de 2016
HABLA
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Basquiat |
sábado, 30 de julio de 2016
ESTO
Esto es la vida, la realidad, algo terriblemente incomprensible cuando discurre por rutas inesperadas de dolor y tristeza. Sólo permanecen el recuerdo y el deseo de continuar su gran labor: abrir senderos de justicia y convertir esto, sea lo que sea, en algo habitable.
miércoles, 13 de julio de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: NO ES BUENO

martes, 14 de junio de 2016
PIRUETAS EN EL VACÍO
Cualquier definición de cultura resulta insatisfactoria,
bien por ser demasiado general, bien por dejar fuera ciertas actividades
humanas. Lo mismo ocurre con el término “intelectual”, a veces ambiguo, vacío o
contradictorio. En campaña electoral, todos los partidos se preocupan por la
cultura. Y todos quieren la opinión favorable de los intelectuales.
En sentido
antropológico, la cultura abarca casi todas las dimensiones humanas. Se trataría
de una forma de vida, un sistema de creencias, valores y normas, transmitido
mediante el aprendizaje social. Las lenguas, la manera de cocinar, las
canciones, la poesía, los juegos, las relaciones de producción, las ciencias y
las técnicas, todo ello cabría en este concepto amplio de cultura.
Hay diferentes
culturas porque hay diversos modos de adaptarse al entorno. Tradicionalmente se
ha dicho que la cultura nos eleva por encima de la naturaleza. Algunos han
llegado a ver una oposición entre naturaleza y cultura. El cuerpo, con sus
mecanismos e impulsos, sería el ámbito de la naturaleza, de lo determinado y
necesario. Los seres humanos, como entes físicos, transmitimos información a
las siguientes generaciones, con los genes. Sin embargo, el desarrollo del
lenguaje, la capacidad simbólica, la vida en sociedad y la racionalidad, nos
permitirían vivir en otra dimensión de lo real, constituida de palabras,
fórmulas, conceptos, imágenes, melodías, normas,.. Sería el ámbito de lo indeterminado,
de la libertad y de la dignidad humana. La información que transmitimos por
aprendizaje social es, por tanto, de otro tipo.
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Miguel Parra |
Pero, desde un
enfoque naturalista, la oposición entre naturaleza y cultura queda hoy
disuelta. Nuestra racionalidad, práctica y teórica, sería fruto de la selección
natural. La naturalización de la cultura implica comprenderla desde el azar de
las mutaciones, los factores de un entorno concreto y la lucha por la
supervivencia. Todas las actividades culturales estarían conectadas con facultades
que han surgido por esa selección natural. Es un enfoque inmanente: las
capacidades cognitivas son propiedades de un sistema nervioso, que funciona en
un ente vivo.
Desde un punto
de vista más reducido, el término cultura hace referencia a la ciencia, la
literatura, la pintura, la música, la filosofía, el teatro, etc. Algunos
utilizan el término “alta cultura” para hablar de esas disciplinas. El trabajo
de un herrero o de un alfarero quedaría, quizás, fuera de esa “alta cultura”. Los
intelectuales, si es que existen, pertenecen a ese ámbito excelso. Son
profesionales, expertos en una disciplina, pero con un dominio considerable de
los principios básicos de todas las demás. Poseen una visión crítica y global
de la sociedad. Resaltan por su amor incondicional a la verdad, la justicia y
la libertad. También destacan por la prudencia de sus palabras, el tono
dialogante y una incansable lucha contra la opresión y las miserias humanas. Su
compromiso les lleva a arriesgar sus carreras, a enfrentarse al poder
establecido y a criticar a sus propios amigos y camaradas, si la verdad lo
requiere.
Dicen los
intelectuales que nuestros representantes deberían tomarse en serio la política
cultural y educativa, ya que es esencial para el futuro de la sociedad española.
No vendría mal contar, dicen, con un proyecto educativo para varias décadas. Y
que hubiese tiempo para que la comunidad educativa pusiera en marcha dicho
programa, con la participación y el consenso de todos los sectores… Deberíamos
exigir a los futuros gobernantes que bajen el IVA cultural; que mejoren la
programación de los medios de comunicación de carácter público; que los museos
sean todos gratuitos; que el cine, el teatro y la ópera reciban las ayudas
necesarias para que los precios de las entradas no suban; que se proteja al
sector del libro con una ley seria que defienda los derechos de autor y acabe
con la piratería; que los jóvenes científicos puedan seguir trabajando en
laboratorios españoles; que se mejoren las relaciones entre la empresa y la universidad;
que se fortalezca el sistema de becas de investigación; que los deportes
minoritarios obtengan la atención que merecen…
Hay muchas
razones para preocuparse por la cultura. Además de generar riqueza y puestos de
trabajo, nos convierte en seres más sensibles ante la belleza y ante las
injusticias. La literatura, la escultura y las matemáticas nos dan un placer
intelectual que tiene valor en sí mismo. Y nos permite resistir de forma
crítica ante la irracionalidad y los abusos de poder.
miércoles, 11 de mayo de 2016
MECANISMOS ILUSOS
Los problemas filosóficos verdaderamente apasionantes son
aquellos que nos obligan a conectar diferentes áreas del conocimiento y la
reflexión. Aunque la relación entre el determinismo y la libertad es uno de los
asuntos más viejos, sigue atrayendo la atención de la comunidad filosófica y
científica. Es uno de esos temas transversales que podrían estructurar todo un
currículum.
Somos conscientes
de que tomamos decisiones y elegimos. De hecho, los existencialistas llegaron a
decir que estamos condenados a ser libres. Nadie niega que tengamos esa
sensación, bastante fuerte, de tener que construir nuestras vidas cada día,
cada momento. La libertad se presenta como una condición necesaria de la moral,
de la responsabilidad. Si atribuimos hechos a personas, aciertos y errores, es
porque consideramos que han tomado decisiones libres.
Sin embrago,
esta sensación choca con la imagen del mundo que nos ofrecen las ciencias. El
universo, para la física clásica, es un sistema compuesto por partículas y
gobernado por ciertas leyes, conocidas. Según este modelo, el estado de un
sistema en un momento dado determina el estado siguiente. Si conociésemos la
posición de todas las partículas en un momento concreto y aplicásemos las leyes
físicas, podríamos predecir todo el futuro del sistema, todos los estados del
universo. Podríamos predecir en qué lugar va a estar una partícula concreta. Y los
objetos, las cosas, como son compuestos de esas partículas, quedarían
igualmente determinados.
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Miguel Parra |
Con la física
cuántica y la teoría de la relatividad esa imagen del cosmos ha variado. Pero
sigue habiendo leyes físicas, aunque sean de carácter probabilístico. Que a
nivel micro reine la incertidumbre y la probabilidad no significa que no
existan leyes que permitan explicar cómo un estado de la materia pasa a ser
otro diferente. También, en este caso, nuestro presente viene condicionado por
los momentos anteriores de la realidad material.
Los seres
humanos somos seres materiales, por lo tanto formamos parte de ese sistema de
partículas. Si todo hecho tiene una causa, nuestras acciones también. Las
decisiones que tomamos, dicen los deterministas, están causadas por los estados
anteriores de la materia. Sucede lo que necesariamente tiene que suceder. Somos
parte de un gran mecanismo. Y la libertad es una ilusión. Esta sensación tan
fuerte de libertad habría surgido gracias a la selección natural. Los sistemas
vivos que tienen la sensación de dirigirse a sí mismos se relacionan mejor con
el entorno y sobreviven.
En este tema no
hay que confundir el plano epistemológico con el ontológico. Nunca podremos
conocer la situación de todas las partículas del universo, ni siquiera de una
región pequeña. Desde el punto de vista epistemológico, por lo tanto, el
determinismo no tiene relevancia para la libertad. Para sistemas acotados, para
explicar propiedades de la materia, etc., sí es suficiente con el conocimiento
que manejamos, con los modelos. Pero, aunque no conozcamos las posiciones de todas
las partículas, unos estados de la materia causan otros. Nuestra conducta está
causada ontológicamente, aunque epistemológicamente no la podamos predecir.
Spinoza decía
que si la piedra al caer, movida por la fuerza de la gravedad, fuese consciente,
quizás pensaría que es ella la que está decidiendo caer. Los deterministas
disuelven el concepto de libertad y lo transforman en un engaño, una ilusión.
La conciencia, también material, genera la sensación de iniciar acciones, pero
realmente sólo se trata de acompañar a las verdaderas causas materiales.
Hay diferentes
estrategias para hacer compatible el determinismo con la libertad. La primera
se basa en decir que el ser humano decide con el alma, que no es material y no
está expuesta a las leyes de la materia. La segunda, sin abandonar el
materialismo, consiste en hablar de diferentes niveles de organización de la
materia y de diferentes niveles causales. Habría propiedades emergentes que,
aunque dependientes de las propiedades de las partículas elementales,
presentarían esa forma de organizarse que llamamos libertad, decisión, etc.
Siempre nos queda la duda de cómo es posible que en un nivel alto de los
sistemas se inicien secuencias causales que no vengan determinadas desde abajo…
Claro que a lo mejor un sistema determina varias posibilidades. Y lo que
llamamos elegir es la selección de una de ellas…
Quien desee
profundizar en estos temas puede leer el artículo “Libertad, determinismo y
responsabilidad moral”, de Carlos J. Moya, de la Universidad de Valencia. Es un
capítulo dentro de la obra colectiva “Cuestiones de metafísica” (Tecnos y la Sociedad Española de Filosofía
Analítica, 2015).
viernes, 22 de abril de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: LOS LIBROS
Fyodor Petrovich Tolstoy |
Pocos libros había en la casa de un panadero: la enciclopedia Álvarez, Cuentos a media tarde, una diccionario escolar y las aventuras de Ulises ilustradas. Hay días que pienso que fueron pocos y hay días que pienso que fueron demasiados. De la enciclopedia recuerdo los dibujos esquemáticos y la historia sagrada. Mi padre me lo leía como si fuese algo importante, algo que debía realizar un panadero a las nueve de la noche, habiéndose levantado a la cinco de la mañana. No me acuerdo de nada. Quizás de Isaac o Moisés ¡Qué más da! Aquella enciclopedia, extraña, comida por los roedores, malditos roedores, siempre igual... contenía todos los saberes de una humanidad perdida... Y luego llegó Ulises, el inteligente, el que sabe utilizar la astucia, el del caballo de Troya, el del arco, el que llega a casa y tiene que liquidar a los pretendientes. Imágenes difusas de un libro descosido que trae enseñanzas nobles, diría Nietzsche. Pocos libros había entre la harina y la amasadora. Poca erudición dejaban el horno y la leña. Mas sabe el roedor que basta una palabra, sólo una, para resumir todo el universo, todos los significados, basta una palabra, si fue bien dicha al calor del horno. Y sabremos los roedores que, tras años de estudio, todo estaba en el trillo, la cuadra o el horno. Por eso leemos, para recuperar aquellas ascuas...
viernes, 15 de abril de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: TUYA
¡Todo fue hace tanto tiempo...! La memoria es algo muy extraño. Vemos y no vemos. Sentimos y no sentimos. ¡Todo fue hace demasiado tiempo...! Somos para recordar, nada más. A veces imagino cómo querré recordar lo que estoy viviendo. El método es sencillo. Una canción, una imagen, el canto de un pájaro, los colores de una planta... Todo vale, si queremos predecir la nostalgia. ¡Recordaré esta brisa en mi cara! ¡Recordaré las caras de mis hijas! Sabemos que todo fue hace demasiado tiempo. Y nosotros, los de ahora, queremos construir nuestra nostalgia... Recordaremos,
quizás en el último instante, aquellos reflejos ingenuos del mundo, los que son más comunes. Recordaremos una palabra, una mirada, o el recuerdo de una palabra o una mirada. La única tarea que tenemos es preparar esa última imagen, la que resume todo y nada... No hay pócima secreta. No hay fórmula matemática que sirva para definir ese instante supremo, ése que todos viviremos o moriremos... Tenemos toda una vida para querer ese último bosquejo. Y arrastraremos los deseos de nuestros padres, de nuestros abuelos... ¡Todo fue hace tanto tiempo, que parece hoy, ahora, cuando escribo y tú lees! Sabe el filósofo que la memoria es un invento terrible, apasionante y cruel, un invento de los roedores para sobrevivir entre los musgos... ¡Construye tus recuerdos, roedor! Y volveremos, en el último momento, a sentir aquellos ojos, aquellas manos, aquel olor, aquel calor, aquellas lágrimas! ¡Sé libre y construye tus últimas imágenes! Porque el espacio y el tiempo son creaciones de tu deseo, recovecos de una existencia azarosa y contingente. Pero la última imagen, la última sombra, por favor, ¡que sea tuya!
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Nadav Kander |
martes, 12 de abril de 2016
CULTURA CIENTÍFICA ILUSTRADA
Dentro de unos días tendrá lugar la cuarta edición de la Feria
de la Ciencia en la Plaza del Arenal. Sin ánimo de exagerar, cabe afirmar que
es una de las actividades educativas más importantes del curso. O mejor: es una
de las principales actividades culturales de la ciudad. Es un proyecto en el
que trabajan alumnos, profesores, instituciones educativas, científicas y
políticas. Además, la feria contagia entre la población el amor al saber,
basado en la razón y la experiencia, un saber que nos debería alejar de la
superstición, los fanatismos y las injusticias.
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Miguel Parra |
Hoy se habla
de “cultura científica” para hacer referencia a ese conjunto de conocimientos
básicos que todo ciudadano debería poseer si quiere desenvolverse con soltura
en nuestras sociedades. Porque nadie puede ignorar que habitamos un sistema
tecnológico en el que ciencia, tecnología y sociedad forman un entramado
complejo. Lo que no está claro es cuánta ciencia necesita conocer un ciudadano
y cómo hay que comunicar esos contenidos.
Determinar qué
teorías científicas son básicas implica saber qué estructura tiene la comunidad
científica y qué función cumplen las diferentes disciplinas. Los proyectos de
investigación necesitan financiación… Todas las áreas de trabajo se presentan
como vitales ante el ciudadano. Por otro lado, comunicar la ciencia, divulgar
las teorías y métodos, no es tan fácil como se pensaba. Hay muchas formas de
divulgar, tantas como medios para transmitir información. Todos los géneros
literarios sirven para enseñar. El ensayo de divulgación y las revistas
tradicionales son de sobra conocidos. Pero también sirve el cómic, el teatro,
el cine, los monólogos, la poesía, los relatos de ficción, la animación, la
pintura, la escultura y todo el arte conceptual... Cuando los alumnos exponen
un experimento en la feria, están representando una pequeña pieza teatral, con
un guión, un escenario y un público al que hay que enseñar y entretener…
Uno de los géneros
que puede dar mucho de sí a la hora de hablar de ciencia es el cómic y la
ilustración. Los aficionados a los tebeos y las artes gráficas saben que
existen en esos campos grandes creadores. Si visitamos una librería,
comprobaremos que las viñetas y la ilustración creativa están entrelazándose
con todos los géneros y abarcando todas las temáticas. Voy a mencionar tres
buenos ejemplos.
“Enigma. La
extraña vida de Alan Turing”, publicado por la editorial Norma, es una
biografía en cómic de Francesca Riccioni y Tuono Pettinato. La vida de este
matemático contiene muchos episodios apasionantes. Sus trabajos en teoría de la
computación hicieron posible el surgimiento de los primeros ordenadores y el
final de la Segunda Guerra Mundial. Su personalidad da mucho juego a los
guionistas. El segundo ejemplo es un proyecto que nació en la red y que tiene
como lema “Una única cultura”. Se trata de Principia, una revista de
divulgación científica que utiliza muy bien la ilustración y el diseño como
vehículos para hablar de asuntos científicos y tecnológicos actuales. Han
realizado dos números en papel. Son textos muy cuidados. No son largos ni
complejos. La maquetación y las ilustraciones convierten estos dos números en
verdaderas obras de arte. Por último, más allá de la divulgación, les
recomiendo la serie “Los proyectos Manhattan”, en Planeta DeAgostini, tramas de
ficción con la realidad tecnológica y científica de fondo: “¿Y si el
departamento de investigación y desarrollo creado para construir la primera
bomba atómica hubiera sido la tapadera de otra serie de programas más
inusuales?”
Divulgar es
una tarea arriesgada y creativa. Los riesgos más comunes son: la excesiva simplificación
de los contenidos; convertir la ciencia en un espectáculo vacío; quedarse sólo
con lo anecdótico y llamativo; utilizar mal las metáforas; deformar al
simplificar; olvidar la metodología; no cuestionar los proyectos; no fomentar
el escepticismo; convertir la divulgación en propaganda… El ideal sería una
comunicación crítica, participativa y rigurosa de los proyectos de
investigación. Es fundamental que los propios científicos se impliquen en las
tareas de divulgación científica. La imagen que tenemos de la ciencia se aleja,
en la mayoría de los casos, de las prácticas científicas reales. Si somos
conscientes de cómo y para qué se llevan a cabo los proyectos concretos de
investigación, podremos participar en la política científica y tecnológica de
nuestras sociedades.
sábado, 9 de abril de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: CREA UN MUNDO
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Escher |
viernes, 1 de abril de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: LO REAL
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Escher |
Todo transcurre como un día normal, como cada tarde, hasta que uno se da cuenta de que hay novedades, claro. Tenemos una máquina nueva de pinball y un individuo que quiere rellenar la hoja de reclamaciones porque le han cobrado uno setenta por una copa de fino. El universo es misterioso, extraño, complejo. Los físicos y los cosmólogos están a años luz de esta realidad. No necesitamos un acelerador de partículas para comprender la esencia de un mundo como el nuestro, lleno de ramajes y musgos. Nuestra normalidad es digna de estudio. Echo una partida en la máquina, luego otra y otra... Extraño universo de bolas de acero desplazándose entre enrevesados mecanismos, con luces y sonidos embaucadores... Es lo real... Todo transcurre como un día cualquiera, sí, como esos días en los que el tiempo se diluye o se disuelve. ¿De dónde ha salido ese individuo que rellena la hoja de reclamaciones? ¿Será de este mundo cruel? Sabe el filósofo que estos casos son especiales, ajenos a toda ley, a toda categoría. Ni la metafísica ni la física podrán dar cuenta de estos hechos, quizás la psicología... Echo otra moneda y el mismo resultado. La máquina es cruel, siempre. Sabe el roedor que la máquina es terrible y que acabará con cualquier pensamiento.
miércoles, 23 de marzo de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: GRAMÁTICAS
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Nadav Kander |
La nieve reseca en las peñas anuncia tiempos oscuros. Porque el viento helado agrieta cualquier sendero de la razón. ¿Sabremos huir de este tenebroso laberinto? El roedor jamás comprenderá la lógica de los grandes dinosaurios. Ni debe intentarlo. Quiere la bestia que vivamos en su laberinto y aceptemos su bucle de falacias. No hemos aprendido a huir lo suficiente... Nos falta imaginación para generar otras gramáticas ajenas a los grandes bichos. De sus batallas en la montaña sólo obtendremos pisadas, las pisadas de siempre, las que ha recibido el aturdido roedor desde que el bosque es bosque. ¡Que nadie acepte su lógica! Sabe el filósofo que necesitamos una gramática de la huida. Si nos enredamos en su laberinto todo se oscurecerá y la nieve reseca de las peñas jamás se derretirá.
sábado, 19 de marzo de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: ESTATUAS
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Nadav Kander |
viernes, 11 de marzo de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: ROSTROS
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Nadav Kander |
Y el bosque sobrevivió porque todos los seres compartieron el barro y la oscuridad, incluso las alimañas... Nadie se olvidó de nadie. Hasta los insectos fueron escuchados, cuando todo parecía perdido, cuando el bramido de las bestias se diluía en la niebla. Si el bosque permanece vivo es gracias a los humildes gestos de los roedores, gestos que transcurren a la sombra de una encina o de un roble, quizás entre los musgos. Nadie se olvidó de nadie. Mientras los dinosaurios agonizan en la montaña, abatidos por sus miedos, los roedores tejen la trama de los días, de las tardes, de las noches... Sabe el filósofo que las vidas de las gentes son lo único real y que todo lo demás es una cruel ficción. Mirar a la cara de cada roedor no está de más si lo que deseamos es conservar la dignidad del bosque, con sus miserias y sus dolores. Ni los grandes expertos en árboles pueden librarse de esta condición... Los bosques, con sus roedores y alimañas, siempre sobreviven. Tarde o temprano la ruina de los días acabará con todo. Y sólo el viejo y ruinoso mecanismo de pensar nos librará del aburrimiento que el desastre acarrea.... Pero los rostros, los infinitos rostros, perduran a pesar de las nubes. Nadie lo ignora: las miradas del que perdió todo son más fuertes que toda la materia acumulada por el vil dinosaurio. Sólo necesitamos la paciencia del sabio roedor, aquel que sabe ver el trabajo condensado en la mirada. Nadie se olvidó de nadie. Hasta las alimañas poseen rostro...
martes, 8 de marzo de 2016
PENSAR LA POLÍTICA SIN DISOLVERLA
Las crisis económicas y políticas generan pensamiento fresco
y estimulan la creatividad. En política, cuando las cosas van bien parece que
las herramientas conceptuales funcionan. Nos sirven para explicar lo que ocurre
y no reparamos en ellas. Pero cuando los asuntos se tuercen, las teorías se
vuelven trastos viejos que no sabemos si conviene arreglar, reciclar o
sustituir. La indignación ética ante las injusticias sociales y la corrupción
de muchos de nuestros representantes ha provocado un renacer de la filosofía
política. Cuando parecía que las democracias liberales y el sistema capitalista
constituían el mejor de los mundos posibles, todo comenzó a tambalearse.
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Miguel Parra |
Los ciudadanos
muestran hoy interés por la política. Hay preocupación ética. Conocen los casos
de corrupción, las cifras del paro, los recortes en gastos sociales… Si bien
esta toma de conciencia es buena y necesaria, algunos filósofos de la política
comienzan exigir otro paso más. Aunque hemos tocado fondo, no basta con el
escepticismo destructivo, porque no podemos vivir sin política, sin
instituciones que gestionen lo común. Si no salimos de ese pesimismo radical,
dicen, la espiral de erosión de la democracia no se invertirá. Abandonada la
utopía política, por ser peligrosa o mera literatura de salón, los teóricos de
la política han comenzado una tarea similar a la que realizó Descartes con su
duda metódica: revisar todo el edificio y ejecutar las operaciones de
desescombro oportunas para comprobar qué parte de los cimientos sirven todavía.
Es una labor realista y optimista. Si nosotros no recuperamos el ámbito de la
política, dejaremos las decisiones sobre lo común en manos de los despiadados
poderes económicos.
Daniel
Innerarity en “La política en tiempos de indignación” (Galaxia Gutenberg, 2015)
nos ofrece una buena caja de herramientas para llevar a cabo esta tarea. Daniel
es catedrático de Filosofía Política y Social en la Universidad del País Vasco.
En este texto sintetiza las reflexiones que ha llevado a cabo en sus tareas
docentes e investigadoras. Los capítulos pueden ser leídos de forma
independiente, como breves ensayos, con un planteamiento del problema, una
discusión y unas conclusiones. Es una buena introducción a la teoría política
actual porque parte de los asuntos que nos preocupan a todos, no de los
conceptos puros o de las teorías. Daniel razona con claridad argumentativa y
añade ejemplos muy cercanos.
Quizás no
hayamos entendido todavía qué es la democracia, nos dice. Precisamente, los
defectos que más nos indignan de este sistema son los rasgos, las condiciones,
que lo hacen posible: la incertidumbre, el conflicto permanente, las promesas
incumplidas, la falta de acuerdos, los discursos y su retórica, el sistema de
partidos, los mecanismos electorales, etc. La lógica democrática implica todo
eso. En un sistema abierto, donde la crítica y la negociación son esenciales,
la imperfección, la sensación de caos e ineficacia son naturales. El diálogo
abierto genera la posibilidad de desacuerdo; la complejidad de los problemas
conlleva fracaso en las soluciones; los ideales políticos nunca se plasmarán en
la realidad; en los discursos hay siempre intereses y emociones; nadie posee la
verdad absoluta… Todo es mejorable, pero esto es la democracia.
Daniel habla
de una “democracia posheroica” o “democracia compleja”. La democracia ha de
entenderse como una actividad que se desenvuelve en lo contingente, lo
precario, donde no hay lugar para la épica ni para las contraposiciones claras
o las políticas basadas sólo en ideales y principios puros: “Creo que lo mejor
es partir de una constatación muy liberadora: la política es una actividad
limitada, mediocre y frustrante porque así es la vida, limitada, mediocre y
frustrante, lo que no impide, en ambos casos, tratar de hacerlas mejores. Y en
segundo lugar, nuestras mejores aspiraciones no deberían ser incompatibles con
la conciencia de la dificultad y los límites de gobernar en el siglo XXI.”
http://www.diariodejerez.es/article/jerez/2236078/pensar/la/politica/sin/disolverla.html
viernes, 4 de marzo de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: ESFUERZOS
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Nadav Kander |
Tantos esfuerzos de los poetas para atrapar la belleza... Quizás los admiremos por ese desequilibrado intento, como si la belleza fuese algo esencial... Y escriben todas las tardes, incluso las lluviosas, cuando la humedad traslada la tristeza, cuando la luz ya no es una constante universal. Escriben, aunque la poesía no sirva para disfrazar el abismo, escriben. Tanta desidia de los lectores para degustar lo sublime... Y cada noche, sin esperar nada, acuden al encuentro con las sombras o con la memoria, con la insania o la injusticia. Ni el abatido roedor comprende a los viejos poetas de los bosques. Pero le atraen esas enrevesadas formas, esas palabras encadenadas por la tristeza, y la mirada ajena a todo. Nadie espera nada de los poetas. Nadie quiere versos ni rimas. Porque los versos nos observan desde esa dimensión de la realidad tan extraña llamada inteligencia... Los poemas nos acusan de nuestra mediocridad, de todo ese aburrimiento condensado en nuestro sentido común. Saben los poemas de qué hablan, aunque los poetas lo ignoren... Y escriben todas las mañanas, cuando la luz nos hiela con su verdad y el día se presenta intratable... Tanto lenguaje no cabe en este mundo, dicen. Necesitamos más espacio, suplican. Quizás sea suficiente el hueco de mi ignorancia o el vacío de mis deseos, replico.
viernes, 26 de febrero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: LA MONTAÑA
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Nadav Kander |
miércoles, 24 de febrero de 2016
ANATOMÍA
Divisibles por infinitos tanteos y necesarios juegos de azar, engarzados a los deseos que nos zarandean en el incomprensible mar, somos o queremos ser, como si no hubiésemos aprendido del azúcar o de la sal.
viernes, 19 de febrero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: LA VOZ
Trae la tarde lluvias, nubarrones y oscuridad. Nadie desea cristales ni vidrios. Quizás la luz que nos atraviesa es dañina porque transporta la verdad. Y el dinosaurio enfurecido se revuelve contra los espejos traidores. Se enrosca frente a su imagen, distorsionada por la propia maldad. Nadie desea espejos ni vidrios... Sabe el filósofo que todo es impuro y que la realidad se estremece cuando reconoce su silueta al atardecer. Nadie anhela la luz. Pero la palabra recorre los viejos senderos del bosque para recordar a los roedores que la podredumbre acecha y los días están contados. Trae la noche sombras y miedos pretéritos. A no ser que grites, roedor, todo volverá a repetirse y la miseria de los días disolverá cualquier sueño. Nadie sabe quién nos protegerá de los terribles peligros. Nadie sabe quién nos protegerá de los malhechores. Mas sabe el filósofo que sólo las palabras resistirán y que el silencio será abatido. No hay más senderos en el frondoso bosque.
jueves, 18 de febrero de 2016
FUEGO
En el horno de la memoria las llamas hacen justicia porque otorgan y arrebatan la vida sin contemplaciones. Si los recuerdos son meras cenizas, lo ignoramos. Si el blanco de la harina se opone a la oscuridad de tus miedos, lo sabemos. En la fermentación de aquellos olvidos el calor hace justicia porque dilata viejos sueños. Ascuas de la tarde o leña del norte acompañan al logos.
lunes, 15 de febrero de 2016
TIERRA
Para quien la trabaja, se decía, con la sorna descabellada del que sueña efluvios del Tártaro. Espectros. Abandonados en la algaida, nunca estaremos tan cerca del agua ni del secarral. Raíces cúbicas o pesadillas de Timeo. La tierra para quien muere, se decía, con la certidumbre del que zozobra entre las terrosas rémoras del pensar. Porque el Etna te espera y las sandalias ya no importan.
sábado, 13 de febrero de 2016
AGUA
En el fondo del pozo o en los abismos de los teoremas resuena la húmeda carcajada del eclipse de la inteligencia. Y lloras, por la contumacia acumulada, por el mundo líquido de Zygmunt y por la lenguaraz hipotenusa. Presos de una sed infinita, buscamos las viejas fuentes de la vida y de la muerte, como organismos.
jueves, 11 de febrero de 2016
AIRE
Aire como el aire, luz como la luz y luego una tenue respiración. Anaxímenes medita al atarceder, atravesado por brisas desconocidas, inspirado y azorado porque percibe la continuidad de los tiempos, de los seres que respiran asfixiados.
martes, 9 de febrero de 2016
LA HERENCIA DE MINSKY
El 24 de enero nos dejó Marvin Minsky (1927),
uno de los pioneros en las investigaciones, tanto teóricas como prácticas,
sobre inteligencia artificial. Formado en Harvard, obtuvo también un doctorado
en el Programa de Matemáticas de Princeton. En 1950 fundó junto con John
MacCarthy el laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT, Instituto
Tecnológico de Massachusetts. Alcanzó grandes logros en la robótica: brazos,
pinzas y sistemas de aprendizaje. Escribió con Seymour Papert el libro titulado
“Perceptrons”. En este texto explicaban las limitaciones computacionales del
conexionismo. Recordemos que en el seno de la Inteligencia Artificial hubo dos
enfoques antagónicos, dos modelos. El modelo simbólico o sintáctico, serial, se
centraba en la manipulación formal de símbolos. El enfoque conexionista, por el
contrario, creía que la clave estaba en la simulación de redes de neuronas
trabajando en paralelo. Minsky propuso en sus obras “Sociedad de la mente” (1988)
y “La máquina de las emociones” (2006) un modelo original. La mente moviliza un
conjunto de agentes o recursos para realizar sus funciones.
Todavía
recordamos aquella predicción tan rotunda que lanzó al principio de su carrera.
Más o menos decía: “En el futuro deberíamos estar agradecidos si los robots nos
aceptan como servidores suyos, como mascotas”. Eran tiempos optimistas, cuando
las máquinas jugaban al ajedrez y demostraban teoremas matemáticos. Los
algoritmos para reproducir la racionalidad humana eran pan comido. Pero las
expectativas se diluyeron con el paso del tiempo. Los ingenieros se dieron
cuenta de que no todo es tan fácil de formalizar. Se toparon con el lenguaje,
la percepción y las emociones.
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Miguel Parra |
Ahora
se sigue con la tarea, pero con los pies en el suelo. La robótica ha pasado por
sucesivas fases de modestia. Lo sistemas expertos aparecieron como algoritmos
especializados en áreas concretas de la actividad humana. Dada la complejidad
de la inteligencia, se apostó por simular a profesionales. Surgieron programas
capaces de pilotar un avión o realizar un diagnóstico tras escuchar al
paciente. Con campos semánticos acotados y una heurística específica, formas de
razonar, era más factible aproximarse a lo que realizamos los humanos cuando
somos racionales. Y de paso se patentaron programas útiles y comercializables,
aunque no todos, claro. En el campo de la robótica se insistió en la
percepción. Que una máquina capte un objeto sobre un fondo e interactúe con él
se convirtió en uno de los asuntos más arduos para la ingeniería, pero se
avanzó. Hoy hay autómatas que se mantienen de pie y se desplazan por sinuosos
entornos, aunque no manejen una representación del espacio similar a la
nuestra.
En
el camino se perdió el problema de la conciencia, la identidad y el lenguaje. A
pesar del optimismo teórico de pensadores como Minsky, Dennett o Penrose, no
resulta nada sencillo explicar estos procesos, que con tanta facilidad
dominamos los humanos. Hay dos tipos de obstáculos, los científicos y los
filosóficos.
Todavía
no disponemos de una descripción de los mecanismos físicos, químicos y biológicos
que intervienen en el hecho de estar conscientes. Aunque se van localizando las
rutas neuronales implicadas, la explicación no es completa ni se sabe en qué
nivel se encuentra, es decir, si es una propiedad emergente de alto nivel o hay
factores de carácter micro, como piensa Penrose.
Los
obstáculos filosóficos tienen que ver con ese miedo que tenemos los humanos a
las naturalizaciones. Tememos ser convertidos en lo que somos: un objeto
material, bien organizado, pero material. Tememos ser desplazados del centro
del mundo: después del heliocentrismo, el darwinismo, el marxismo y Freud, no
queremos abandonar el último reducto de lo humano. Y la inteligencia
artificial, que seguramente nos hará la vida más placentera, se presenta como
la amenaza fantasma, o algo así.
El
legado teórico de científicos como Turing o Minsky dará mucho de sí en las
próximas décadas. Fueron pensadores que abordaron la complejidad de la
inteligencia humana, primero para comprenderla y luego para reproducirla con el
fin de mejorar nuestras existencias. Si esto no es humanismo…
sábado, 6 de febrero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: PREGUNTAS PERDIDAS

viernes, 5 de febrero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: OSCURIDAD
Nadav Kander |
La oscuridad de las calles, cómo no, me obligan a hablar de la extrañeza del tiempo. No lo niegues: todos hemos sentido pánico ante la oscuridad de las calles. Si el día prometía nuevos universos, las esquinas de gélidas penumbras te asustaban cuando llegaba la noche, tan terrible, tan opaca, la que teme todo roedor. Nadie es ajeno a la oscuridad porque nacimos inmersos en ella, como si fuese un regalo de la naturaleza profunda. ¡Ahora comprendes la atracción azul del atardecer! Han pasado los años, maldito roedor, y todavía te asustas con las sombras pálidas que te persiguen cada tarde, sin piedad. No hay forma de librarse de los viejos miedos, no te hagas ahora el valiente, porque ya nada importa, has resuelto el acertijo de la existencia... Ahora sabes por qué te asustaba el ladrido de los perros en la lejanía. Ya encontraste, maldito roedor, el significado de todos los ruidos que se aproximaban en la noche, cuando el futuro era incierto y el pasado una historia triste. Los miedos de entonces son los mismos que los de ahora. Todos los niños reconocen la nada a primera vista y se asustan para siempre.
viernes, 29 de enero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: TACTO
Nadav Kander |
Todo es superficie, la de tu piel. Lo demás es oscuridad. Intentas atravesar los objetos, claro, y sólo ves la superficie. Bien, es el tacto, única herramienta del miedo, no cualquier miedo, el esencial, lo que nos define cada segundo. La profundidad es un invento terrible de los cobardes, decía el filósofo, el amigo de Wagner. Todo es superficie, la de tu mirada. Porque no hay nada más bello que lo efímero, lo que huye de nuestras manos, de nuestros ojos... ¡Y que sepan los dioses que su eternidad es una cruel amenaza para nuestros días! No deseamos nada más que esa superficie, la de tu piel. Aquí permanece todo ese infinito, el de tu calor antes de dormir. No deseamos nada más, no hay sitio para nada más en este viejo universo. Sabe el filósofo que los abismos son insondables, que el miedo es la luz de los días y que las palabras nos cobijan por misericordia.
jueves, 28 de enero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: MECANISMOS INFERNALES
Nadav Kander |
Nadie puede imaginar qué significa vivir atado a un cerebro que no funciona bien, encadenado a una maquinaria neuronal capaz de tirar sillas y saleros contra cualquier ser vivo. Y los que cuidan esos cerebros, los cuidadores, las madres y padres, nadie sabe quién cuida de ellos... Cambiarán los tiempos, las políticas y las tecnologías, cambiarás tú.... Nadie puede imaginar qué implica vivir con redes neuronales enrevesadas, violentas, destructivas, autodestructivas... Porque al caer la tarde, cuando cruzas la plaza, observas que una joven vive ajena a la razón y que los seres queridos siguen su azaroso rastro con la mirada ensombrecida por el cansancio de los días y la falta de ayuda... Y recuerdas, como roedor que eres, que hay algo en el bosque que no funciona bien y que los terribles dinosaurios ignoran la dureza de los días. Nadie puede imaginar lo que significa vivir atado a la inconsciente violencia de un cerebro arruinado por las pisadas del azar, de la materia, de la vida...
lunes, 25 de enero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: REGRESO
Siempre hay alguien que te mira y sabe más que tú, recuerda, más que tú. ¡Roedor, recuerda tu ignorancia! La insolencia genera sombras, nunca luz... Siempre hay alguien que posee una mirada más limpia que la tuya: el que sufre en el desierto o el que se muestra tal como es. Quizás sea el momento de ocultarse como todo roedor sabe, a tiempo, antes de ser cazado por la terrible insolencia. Siempre hay alguien que sabe más que tú... Debería aburrirte tanta palabra hueca, la tuya, la que oculta la ignorancia de tus entrañas. La inmensidad del desierto y el eco de las palabras sinceras de los jardineros deberían ser suficientes para que descubrieses otra vez el lúgubre bosque, al que perteneces por naturaleza.
viernes, 22 de enero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: ESE SEGUNDO
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Caballo de Pablo Palomo |
Ese segundo, en el que el universo se pensó a sí mismo, ese segundo... Pasó, como pasa todo, sin dejar rastro. Y nosotros, los humildes roedores, obsesionados con las sombras. Ese segundo... ¡Quién te iba a decir que los eternos días de la infancia se convertirían en eso, en nada! Pero ahora recuerdas las promesas, los sueños, como si fuesen la esencia de ese maldito segundo. Y piensas que todo se perdió en aquellas decisiones, tan inconscientes, tan libres... Daríamos todo por unas milésimas de segundo, de ese segundo innoble en el que fuimos abrumados por la ingenuidad de nuestros silencios o por la nobleza de nuestros deseos, cuando todo era un solar y había que diseñar este terrible universo... ¡Quién no daría todo por recuperar el calor de las tardes...!
viernes, 15 de enero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: LOS ARTESANOS

martes, 12 de enero de 2016
ARTE, VIDA Y TECNOLOGÍA
Los senderos creativos forman una red, por
eso las ideas nuevas jamás se agotarán. Hay quien piensa que el arte
contemporáneo ha tocado techo y que lo hizo hace varias décadas. Ya es
imposible sorprender con algo nuevo, original, dicen. Sin embargo, aparecen
nuevos territorios, nuevos campos de experiencia generados por las ciencias y
la tecnología. Hay creadores que se mueven por las fronteras con atrevimiento,
como es debido, si queremos avanzar.
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Miguel Parra |
Daniel
López del Rincón ha publicado “Bioarte. Arte y vida en la era de la
biotecnología” (Akal, 2015), libro que describe un movimiento artístico
reciente, en pleno desarrollo, el bioarte, lo que obliga a realizar precisiones
terminológicas y conceptuales. Hay dos grandes tendencias, la biotemática y la biomedial.
La primera agrupa a los artistas que utilizan la biotecnología como tema, bien
sea para criticarla o ensalzarla. Estos autores incluyen en sus obras
referencias al ADN, a la ingeniería genética, a los transgénicos, etc., pero
sin manipular materialmente esos procesos. La tendencia biomedial trabaja directamente
con la vida y recurre a las técnicas utilizadas por los científicos para crear.
Mientras que para la corriente biotémática el laboratorio es sólo una fuente de
imágenes y datos, para la biomedial el laboratorio se convierte en el taller
del artista. Algunos bioartistas han pasado largas temporadas investigando en
laboratorios de biotecnología. No se trata de algo esporádico o anecdótico. En
el arte biomedial es esencial experimentar directamente con la vida y utilizar
las mismas técnicas que los científicos.
El
libro de Daniel López pretende ser sistemático. Realiza una historia del
bioarte y habla de cuatro fases. La primera transcurre desde 1920 a 1985, desde
las ciencias de la herencia a la genética molecular. La segunda fase va desde
1980 a 1992, en la que surge la primera generación de bioartistas. La tercera
fase es desde 1993 al 2001, segunda generación de bioartistas, se pasa de la
hegemonía del arte genético a la heterogeneidad del arte biotecnológico. La
cuarta fase va desde el 2002 a la actualidad, la consolidación del bioarte como
movimiento artístico. Son interesantes las obras de Eduardo Kac, Marta de Menezes,
Tissue Culture & Art, Critical Art Ensemble, Paul Vanouse, Allison Kudla,
Joaquín Fargas, Empar Buxeda…
En
la primera fase ya quedan definidas las dos tendencias. Edward Steichen
inaugura el arte biomedial con sus trabajos sobre la herencia en los delphinium.
Utilizaba un fármaco llamado colchicina para modificar genéticamente las
plantas y obtener variedades nuevas. Exponía tanto las fotografías como las
plantas mismas. Esta primera fase es de carácter mendeliana, no se abordan
técnicas de genética molecular. Por otro lado, Salvador Dalí representa en sus
obras la doble hélice del ADN. El tema de la biotecnología aparece como icono,
como estructura formal o como asunto controvertido sobre el que reflexionar. La
tendencia biotemática trabaja sólo con representaciones, nunca con la vida
directamente.
Ya desde los inicios surgen las primeras
controversias, no con la tendencia biotemática, sino con el enfoque biomedial.
Modificar organismos vivos, sean plantas, bacterias o conejos, con fines
exclusivamente artísticos no ha sido bien recibido por todos, incluidos muchos
artistas. Si ya es conflictivo transformar el ADN de un ser vivo con fines
médicos o alimentarios, se puede uno imaginar fácilmente los argumentos que
cabe esgrimir contra aquellos que sólo pretender crear obras de arte. Una de
las razones por las que el bioarte tardó en arrancar fue que aún acechaba la
oscura sombra de la eugenesia, sobre todo nada más acabar la Segunda Guerra
Mundial.
La biotecnología ha abierto
nuevos campos de experiencia. Ahora bien, cabe preguntarse qué nos puede
aportar el bioarte, el biomedial, el que modifica organismos en el laboratorio.
Si toda la reflexión sobre las nuevas tecnologías se hace desde fuera, corremos
el riesgo de acabar en la ignorancia y carecer de herramientas conceptuales
para realizar una crítica seria. El bioarte hace visibles los procesos y nos
invita a conocer lo que se está haciendo. Por otro lado, genera obras de gran
valor artístico, jamás realizadas, no sólo por su riqueza conceptual, sino por
su belleza, con nuevas texturas y formas procedentes de la misma naturaleza.
Los artistas pueden, incluso, aportar analogías, comparaciones, metáforas,
figuras, dinámicas y relaciones con valor epistemológico en el contexto de
descubrimiento, para generar nuevas hipótesis, nuevos caminos. Gran parte del
libro está dedicado a estas reflexiones: diálogos interdisciplinares, nuevos
materiales, robótica y arte digital, arte y naturaleza…
domingo, 10 de enero de 2016
ÉTICA DE ROEDORES: EXTRAÑA SENSACIÓN

miércoles, 23 de diciembre de 2015
ÉTICA DE ROEDORES: ACURRUCADOS

jueves, 17 de diciembre de 2015
ÉTICA DE ROEDORES: EL DÍA
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Nadav Kander |
viernes, 11 de diciembre de 2015
DODOTIS PARA LAS ZAMBOMBAS
Entre el orín y la herrumbre accedemos a la calle Francos. Lo de herrumbre lo leí en algún pasaje de la Biblia. Ya saben, contrastes conceptuales para resaltar el verdadero bien. Suena la pandereta entre el olor a orín en el centro de Jerez. Vale, no es muy delicado, pero es la verdad navideña. Le digo a Ana que hay que escribir sobre este asunto tan delicado y me dice que sí, que lo haga. Es tan bonita la navidad, con su orín y todo. Atravesamos el callejón y nos sumergimos en la podredumbre. Dice Ana que es como una inmersión lingüística... Es la calle Francos... Los renos y los camellos, animales sufridos, reparten regalos, presentes, nunca futuros, porque desde su animalidad saben que el futuro está pohibido en Jerez y en Siria. Si aguantamos la respiración, quizás podamos atravesar el espejo y llegar al otro lado, donde todo es posible y las calles sean calles.
LA REALIDAD SE OCULTA
No sabemos cuándo, ni lo sabremos, pero hubo un tiempo en
el que nos bastaban las apariencias para vivir y sobrevivir. Con una corteza
cerebral más compleja, los seres humanos pronto comenzamos a pedir
explicaciones, a exigir la verdad. Hubo un momento en el que las apariencias se
convirtieron en un obstáculo para conocer la verdadera realidad, su esencia. Se
inició así un nuevo sendero, el de la racionalidad, quizás con los griegos, el
sendero del logos. Ahora bien, con las verdaderas explicaciones el sentido
común se irritó. Ya nada es lo que parece. Resulta que los objetos, que
parecían tan verdaderos y naturales en su ser, en su aparecer, ya no son nada,
son una mera ficción. Y la realidad está al fondo, oculta, sólo accesible para
el que sabe de estructuras, para el matemático.
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Ilustración de Miguel Parra |
Lo que
Newton jamás llegó a comprender se aclaró con el concepto de campo de Faraday y
Maxwell, el primero intuitivo y el segundo con ecuaciones. Y Einstein,
acostumbrado a vivir con campos, ya que su padre trabajaba en centrales
eléctricas, descifró el enigma. Tras cien años de relatividad general, seguimos
perplejos. Lo que las ecuaciones muestran parece difícil de captar por nuestra
imaginación. Las metáforas no sirven si la complejidad es inabordable,
inconmensurable. Tanto la teoría de la relatividad, las dos, como la física
cuántica suponen un reto creativo apasionante.
Einstein
era capaz de imaginar soluciones, conceptos físicos, dinámicos. La matemática
vendría después. Que la gravedad tenga que ver con la curvatura del
espacio-tiempo provocada por una masa no parece asunto fácil para el sentido
común. Nos cuesta representarlo gráficamente. Implica gran esfuerzo entender
eso de que el espacio y el tiempo forman una especie de malla. Una bola de
hierro sobre un mantel hunde el espacio, sí, pero nos cuesta entender que
también el tiempo. No manejamos todos los planos a la vez ni todas las
dimensiones. Nuestra imaginación ha surgido por selección natural, en un
entorno de objetos a nuestra medida. Los problemas con los que se enfrentaron
los organismos que nos precedieron han sido problemas macro, a velocidades y
escalas limitadas, las propias de un mamífero. Nuestra percepción, que emerge
de la interacción de partículas elementales, funciona en un mundo de cualidades
globales que también emergen de esas partículas. Aunque comprendamos
matemáticamente cómo funciona la teoría de la relatividad o la física cuántica,
nuestra imaginación debe consolarse con una aproximación.
Cien
años de relatividad general no son nada. Y es una teoría que ha confirmado sus
predicciones. La luz se desvía al pasar por una masa como el Sol. El tiempo
transcurre más despacio cerca de una masa que lejos de ella. Y como la
aceleración es equivalente a la masa, pues un objeto que se mueva a grandes
velocidades produce la misma curvatura y el tiempo transcurre más despacio. La
gravedad queda por fin explicada: los cuerpos son atrapados por ese hundimiento
de la malla. A ver cómo encaja todo esto nuestro sentido común… Resulta que el
espacio y el tiempo no constituyen ese armazón fijo en el que transcurren los
acontecimientos, los hechos.
La estructura de la realidad parece sencilla. Unas pocas
ecuaciones, simples y bellas, lo explican todo. Una hilera de símbolos es
suficiente para describir cómo se comporta el espacio-tiempo o cómo se
comportan las partículas elementales. La verificación de las predicciones y el
uso tecnológico que hacemos de ellas nos dicen que algo tienen que ver con el
mundo real. Todo es tan simple que no lo entendemos a la primera. Todo es tan
simple que la complejidad de nuestra vida cotidiana nos ofusca. El excelente
libro de Carlo Rovelli “La realidad no es
lo que parece”, editado por Tusquets, explica con sencillez todo esto y
mucho más.
http://www.diariodejerez.es/article/jerez/2172212/la/realidad/se/oculta.htmljueves, 10 de diciembre de 2015
ÉTICA DE ROEDORES: EL GESTO DE PIRRISKY
Nadie habrá oído hablar del Gesto de Pirrisky, a pesar de la nobleza del trazo. A los roedores nos gustan esos gestos, los que se pierden en la inmensidad de los días y convierten una mañana cualquiera en una obra de arte. Hominen te esse cogita es el aroma a oloroso que rezuma ese noble esbozo inesperado de Pirrisky, entre los viejos toneles. Si mis escritos pudiesen correponder como es debido... Mas sabe el roedor que toda palabra es vana ante los rostros puros de los muros. Y basta una mirada para descubrir a qué distancia estoy de la verdad...
domingo, 6 de diciembre de 2015
INQUIETANTE COSMOS

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