jueves, 30 de abril de 2015

ÉTICA DE ROEDORES LVIII: ARRAIGOS

  ¿Cómo saber dónde arraiga el sinsentido? Imagínate a unos humanos intentado educar a otros, para conducirlos por ciertos senderos, todos contingentes, llenos de señales. Rara experiencia, inofensiva, pero harto peligrosa. La pisada del dinosaurio no puede ser esquivada, por eso debemos conocerla en todos sus detalles. Dedicaremos cada hora a una uña. Y que nadie olvide el protocolo, el de la miseria. Que nadie invente historias raras, donde los roedores viven sin miedo, sin pánico. Esas leyendas hacen mucho daño. Aprenderemos a ser aplastados por la terrible pisada del dinosaurio. Y si no existen, los construiremos, con nuestras debilidades, con nuestra tristeza. ¿Cómo saber dónde arraiga la ruina? Olvida aquellos sueños, los que hablaban de nuevos senderos, desconocidos. Olvídalos, no tienen nombre. Nunca lo tuvieron. ¿Acaso la espesa niebla tiene nombre? Imagínate a unos humanos dirigiendo la miseria de otros humanos, noble tarea para embaucar al aburrimiento. Ya sabemos hasta dónde llega la mirada, ya hemos situado el horizonte, y no deseamos ver más allá, porque no merece la pena.

lunes, 27 de abril de 2015

EXPOSICIÓN COLECTIVA SOBRE EL LIBRO DE RICHARD BRAUTIGAN: EN AZÚCAR DE SANDÍA

“Hemos construido meticulosamente nuestras vidas a partir de azúcar de sandía, y luego hemos viajado hasta nuestros sueños por caminos flanqueados de pinos y piedras.”


         Si hay un libro donde todo es posible, el arte verdadero es posible. Cualquier registro artístico cabe en el rastro de este libro, unas páginas donde puede ocurrir de todo, donde la sandía es la materia esencial, un libro donde cada frase es un pequeño poema. Quien lee un libro así sabe que tiene que pintar, sabe que tiene que dibujar un futuro posible. Todas las obras que vemos en la exposición son insuficientes para captar una escritura tan sencilla, tan ingenua, naif. Si se ha calificado de contracultural es porque la sencillez es hoy contracultural, revolucionaria. ¿Que todo esté hecho de azúcar de sandía significa que es un mundo ideal, un mundo hecho de sueños o una utopía? No lo sabemos.


“Si pensáis en algo que pasó hace mucho tiempo: alguien os hizo una pregunta y no supisteis la respuesta.

         Ése es mi nombre.”


         ¡Todo es tan extraño en yoMUERTE…! Ni el nombre del protagonista se deja atrapar por la vieja racionalidad. Es el escritor que escribe lo que sucede en esa población, comuna, aldea, espacio de la imaginación, del deseo… Es un escritor que narra en otro tiempo, ajeno a las categorías de la burocracia oficial. No tiene un nombre porque posee todos los nombres, quiere tenerlos todos. Habla de ese mundo con frases sencillas, de recién nacido. Diríamos, con Nietzsche, que usa palabras despojadas de la pesada carga de la rancia civilización.

 
Daniel Diosdado
“El viejo Chuck se acercó al puente abandonado, sacó una cerilla de quince centímetros de su mono y encendió el farol del lado del puente que daba a yoMUERTE. El puente abandonado ha estado así desde la época de los tigres.”

         Describe un territorio con lugares inquietantes, como Olvidería; con personajes malos, como enHERVOR; con animales que hablaban, como los tigres; con seres entrañables, símbolos de algo quizás profundo; con estatuas de verdura, como la alcachofa; con tumbas en el lecho del río… ¿Se trata de un territorio que ha sufrido un gran desastre? ¿Qué quieren olvidar? ¿Qué han olvidado? ¿Es el mundo después del gran cataclismo? No lo sabemos.


         “Justo antes de llegar a yoMUERTE, la cosa cambió. yoMUERTE es así: siempre cambia. Es para bien. Subí los peldaños hasta el porche de  delante, abrí la puerta y entré.”


         La exposición de la calle Santo Domingo, organizada por Infusiones Urbanas, Suricatta Gallery y Ungatoenbicicleta Librería Arte,  debe invitar a leer el libro. Más de treinta artistas han trabajado alrededor de la obra de Richard Brautigan: Daniel Diosdado, Emilio Subirá, Ana Barriga, Rosario Rodríguez, Alejandro Ginés, Laura Pintado… La pluralidad de estilos y técnicas encaja bien con las palabras, muy poéticas, simbólicas, oníricas, de un escritor considerado contracultural. Las obras acuden al collage, al pop-art, al cómic, a la abstracción, a los tejidos… Los artistas se han acercado a este hermoso libro desde sus perspectivas, como lectores y como creadores. Al lado de cada obra hay un fragmento del texto. Es una novela donde casi cada frase, diálogo, descripción, es un poema o un pensamiento, lo que permite exprimir su potencial plástico con bastante libertad creativa. Que los objetos se salgan del cuadro o que las miradas de las figuras sean dulces caricaturas sólo se comprende si leemos y contemplamos “En azúcar de sandía” con la ingenuidad desbordante que propone el novelista.


Fragmentos de las obras, de Suricatta Gallery. “En azúcar de sandía” está editado en Blackie Books. 

       

viernes, 24 de abril de 2015

ÉTICA DE ROEDORES LVII : LOS GATOS

  Y los roedores, conscientes de la magnitud del desastre esencial, contemplan a los gatos, tan temidos en la mitología. Y los gatos, moribundos en los rincones de la ciudad, se tambalean entre los instantes no elegidos, como nosotros, igual. Cuando la vida se agota, toda explicación es una figura literaria, retórica. No puede con su pequeño cuerpo: ya no hay energías. Todo se desvanece, como nosotros, igual. Quizás sea propio del gato morir en la calle, observado por un filósofo ignorante, un ser vivo asustado ante los viejos recuerdos. Acurrucado en una esquina, aturdido, cansado, así muere el gato, como nosotros, igual. Ni la esencia, ni la existencia, ni lo necesario, ni lo contingente, ni la causalidad... Quizás sea propio del filósofo ser interrogado por la muerte del gato, interrogado desde los adoquines... El gato se tambalea, muere, como nosotros, igual. Ninguna mitología podrá ocultar la debilidad del gato. En los adoquines, en la puerta de tu casa, sin nada más, bajo la mirada de un roedor triste, muere el gato, como tú.

miércoles, 22 de abril de 2015

PIENSO PARA PERROS

            Si editar es una tarea difícil, editar pensamiento libre constituye una hazaña propia de héroes como Abelardo Linares, de la Editorial Renacimiento. Porque Pienso para perros (Renacimiento 2014) es precisamente eso, pensamiento libre condensado. La noble labor de los editores debería ser recordada más a menudo; me refiero a los editores de verdad, los que leen, degustan, dialogan, piensan, escuchan y arriesgan. Un editor sensible y comprometido con su oficio no sabe resistirse ante las muestras de ingenio, tan escasas hoy. Y no puede resistirse porque entiende la edición como un acto cultural, ilustrado, como una obligación con los ciudadanos y con la verdad.
         Luis Martínez de Mingo (1948) ha reunido en este libro reflexiones, pequeños relatos, anécdotas, notas de viaje, pensamientos sobre escritores, poemas, apuntes,… Es el pensamiento de fondo de un autor que no para de crear y de escribir. Es el rastro de una labor literaria de décadas: el poso que dejan las lecturas y las conversaciones con otros escritores; el sedimento de la vida diaria, captada por una profunda sensibilidad.
    El poeta Luis Lamillar recordó en su presentación a los cínicos, los filósofos del perro. Recuerden a Diógenes, que vivía en un tonel, con lo justo, con lo mínimo. Recuerden que criticaba todo lo accesorio y la banalidad de las costumbres. Las necesidades artificiales son las que nos embrutecen, nos esclavizan. Criticaba a los filósofos que hablaban de grandes Ideas, demasiado abstractas, y luego se olvidaban de lo concreto, de cómo vivir con libertad.
         Pienso para perros presenta una escritura directa. Luis Martínez de Mingo dice lo que tiene que decir, de sí mismo y de los demás. Pero sabe combinar muy bien ese estilo corrosivo con un tono poético. Vamos leyendo fragmentos, entradas, en diferentes géneros, con registros muy distintos. Sin embargo, la tensión creativa y crítica del autor permanece en todas las páginas. Por eso el libro es entretenido, divertido, ácido, triste a veces, y, en cierta forma, utópico, en el buen sentido. A pesar de la realidad, de las miserias del mundo literario, el libro rezuma libertad: todavía se puede ser independiente en la literatura.
         Su labor intelectual ha abarcado todos los géneros. Es Doctor por la Universidad de Barcelona con una tesis sobre el romanticismo. Ha sido Catedrático de Lengua y Literatura. Ha publicado libros de poesía, relato, novelas, biografías, ensayo y ha escrito artículos en varios periódicos. Cabe resaltar la biografía sobre José Luis Borau y un tratado sobre miedo y literatura.

         Les dejo dos muestras de Pienso para perros y una entrevista que nos concedió muy amablemente unos minutos antes de la presentación del libro, una presentación a la que acudió incluso el guitarrista de su boda…

Clínica oftalmológica en Salamanca. A las doce del mediodía me someten a 40 disparos de láser en la retina de mi único ojo válido, el izquierdo, para sujetármela hasta que se pueda. Ya es la tercera vez. Mi novia buena, aguanta sentada detrás de mí y me cuenta que bramaba, contenido, como cuando los terneros barruntan el matadero. Cuando el verdugo acabó se acercó a enchufarme amor y dice que sudaba como en trance: “Olías a azufre, a huevos podridos, como si se hubiese abierto en ti el centro de la tierra”. La ceguera, amor, huele a tierra preñada de sangre. Dentro de la tierra la soledad es negra como la pez; ahoga.


Hoy, que ya caen las horas en mi mano
como mercurio sobre la palma.
Hoy, que siento también
a dónde he llegado con esto de la literatura:
a ningún sitio,
a la orilla del miedo, donde siempre estuve
como rabo de cérvido.
Hoy, que ya conozco además a suficientes poetas,
declaro que no hay más llama que la vanidad
ni más pretexto que seguir escribiendo:
no se puede librar la mente
de esta sarta encadenada de milongas
que es lo que somos.
Y no hay más.
Hasta que se consuma el fuego.

   
¿Qué es Pienso para perros?

         Es un dietario de reflexiones y notas que el escritor va tomando a medida que escribe la obra de fondo, la novela o los ensayos que el escritor tenga entre manos. La palabra dietario es de Josep Pla, que es el primero que comenzó a realizar dietarios en castellano. Uno va tomando notas, reflexiones sobre caracteres que se encuentra por la vida o libros que va leyendo, viajes… Y al cabo del tiempo uno vuelve sobre sus notas y selecciona. El resultado de esa selección es este libro. Había más de quinientas páginas y me quedé con ciento veinte. Lo que pretendo es la densidad y, sobre todo, no aburrir al lector. Quiero que el lector vaya avanzando y lo pase bien sin que le pese. Se mezclan los aforismos con las reflexiones, pequeñas historias y pequeños cuentos.

He visto que es muy variado, hay incluso crítica literaria…

         Sí, hay de todo, notas de viajes, opiniones sobre colegas, sobre Trapiello, sobre Vila-Matas,… sobre muchos compañeros escritores. Y reflexiones personales, porque el escritor también debe tener autocrítica. Hay opiniones en contra de mí mismo. Incluso la portada, que ya ha sido criticada en la red, quiere ser una analogía del personaje que se va revelando a medida que se lee. Es un personaje desengañado, duro, que muestra las huellas que la vida va dejando, el rostro del sujeto, del escritor.


Es corrosivo y con un sentido del humor ácido…

          Sí. Ya llevo unos cuantos libros. Fui finalista del Premio Nadal con El perro de Dostoievski. Tengo otro libro sobre Francis Bacon,  premio de novela corta, titulado Pintar al monstruo, y me atraen los personajes con la vis expresionista, que han vivido la vida al límite, como Bacon y Dostoievski. Aborrezco este chisgarabís de la burguesía en que estamos metidos y esta cursilería de los perritos que acompañan a la gente, las mascotas,... A mí lo que me preocupa es la gente que se está muriendo cada día en Italia, en Melilla,… Ahí es donde está la llaga, no en que los perros lleven el pelo cardado o lleven bufanda…

Usted quiere ser independiente. En uno de sus aforismos dice que nunca entró en el Partido Comunista porque intuía que le iban a pedir que renunciara a su individualidad…

         No, nunca he tenido carnet. Mi padre fue socialista, de Tierno Galván. Mi padre sufrió el bombardeo de Guernica. Luego estuvo en los campos de concentración. Soy un hijo de la postguerra. Entonces la tendencia era ir al partido, al Partido Comunista. Pero exigían entregar las señas de identidad, dejar tu individualidad en nombre de la ideología. Y a mí las ideologías me parecen una abstracción. Nunca he sido de ningún partido. Pero ahora estoy con PODEMOS, porque me conformo con que hagan el diez por ciento de lo que dicen, que ya es más de lo que promete el resto. Todavía no he votado, pero ya he puesto dinero para el crowdfunding de PODEMOS.

¿Es fácil ser independiente en la literatura y mantener una posición crítica?

         Como escritor, y eso lo sabe uno de mis maestros, Caballero Bonald, o eres tú o no hay nada que hacer. La literatura es la historia individualizada. Es la historia que cuenta el sujeto que ha vivido los distintos episodios de su devenir. O eres tú, con todo lo que eso tiene, de Quijote, de indefenso, pero insobornable, o no eres nadie. Desde esa posición, que está sometida a toda la crítica y a toda erosión, sigo defendiendo toda mi individualidad. Las opiniones que vierto en el libro son mías. Y que las contradiga o sopese el que quiera.

Y los géneros están al servicio de su pensamiento. Por eso va de un género a otro con tanta libertad…

         Tengo tres libros de poemas publicados, y de cuentos, hace muchos años. También libros de ensayo, novelas,… Cuando uno se dedica a las humanidades, pues está en el fango, es todo… Y los géneros, por supuesto, están al servicio del pensamiento, del devenir poético del sujeto. Sujeto, decía Lacan, como supuesto saber. Yo soy un supuesto saber. Yo intento saber. Yo no sé. Lo único que hago es verter preguntas.

También ha escrito en los periódicos: ¿Cómo ve la escritura de la prensa? ¿Hay pensamiento libre?

         No, cada vez menos. El año pasado estuve en el jurado de Premio de la Crítica, de la asociación de críticos españoles. Y la crítica cada vez tiene menos peso. Pero es que la literatura está perdiendo densidad y está perdiendo interés en la sociedad por momentos. El intelectual antes era una persona que tenía importancia y se le consideraba algo. Hoy en día es un mindundi. No tiene nada que ver con lo que era Unamuno, con lo que era Baroja, a principios de siglo, o en la generación del cincuenta con Caballero Bonald o Gil de Biedma. Hoy un intelectual no vale para nada. No tienen ninguna relevancia. Lo que sí tiene relevancia es Sálvame Deluxe y lo que sale en la tele.

¿Y qué futuro hay?

         Tengo sesenta y seis años. No soy adivino. Lo único que pretendo es seguir leyendo y escribiendo. Pretendo tener tensión para que el que se acerque a mis libros pueda decir “aquí hay un tío comprometido con la literatura y que piensa de modo tenso”. Pero hacia dónde va esta sociedad no tengo ni idea. Es una sociedad que está atrincherada contra los que nos invaden, por Sicilia y Melilla. Y defendemos nuestros privilegios sin nada más. No veo valores en contra de los otros. Es una democracia de unos pocos. ¿Qué pasa con los desheredados, con el sueño del proletariado de Marx? La vida se ve de forma diferente a los veinte, a los cuarenta y a los sesenta. Sólo pretendo hacer lo mío. Me encuentro bien conmigo mismo y respondo de mi literatura. El que se acerque a mi libro que me hable de su calidad, nada más. No pretendo ser profeta.

¿Qué está escribiendo ahora?

         Ahora tengo una novela que sale pronto, para la Feria del Libro de Madrid, publicada por una editorial hispano-cubana llamada Verbum. Es una novela histórica, sobre el siglo XIX, se titula La reina de los sables, sobre Isabel II, Espartero, Prim,… sobre ese cambalache que dio lugar al ruedo ibérico de Valle Inclán. Isabel II era una ninfómana, que no sabía ni vestirse. Intentó toda su vida aprender francés y no dijo ni comment allez-vous? Una señora inútil que tenía el palacio lleno de perros, de distintas razas… Se acostó con todos, con Serrano, Narváez… Impresentable, como todo el mundo sabe.

domingo, 19 de abril de 2015

EN LAS PALABRAS

¿Cómo hablar hoy de poesía sin hablar de Juan Bosco Navarro? En todos los versos habitan todos los poetas. Quizás sea la poesía un arte donde los derechos de autor carecen de sentido, porque el espacio poético es un espacio común. Y con más razón cuando hablamos de Bosco, él, prudente, defensor del bien común, él, sensible, amante de la cultura, él, poeta, capaz de atrapar lo sublime con la sencillez de quien sabe escuchar... Sabía usar la palabra, ser la palabra, la que nunca hiere, la que abraza, la que sugiere... Sabía mirar, valorar, matizar y dialogar... ¿Cómo hablar hoy de poesía sin hablar de Juan Bosco Navarro?

sábado, 18 de abril de 2015

ÉTICA DE ROEDORES LVI: SENDEROS

  ¿Sabrán, por fin, que sólo los senderos de la ciencia conducen a alguna parte? ¿Necesitaremos más siglos para comprender algo tan sencillo? Es difícil renegar del oscurantismo. ¡Es tan cómoda la oscuridad! Y volver a caminar a palpas, entre fantasmas aburridos ante semejante descalabro. Nunca reconocerán los dinosaurrios que sólo los senderos de la ciencia, el escepticismo institucionalizado, pueden alumbrar en medio del bosque. Pero prefieren la enmarañada ignorancia y la esclavitud. Porque de ellas se nutre el dinosaurio, de ellas brota su teología, la superstición y el miedo. ¿Es que los roedores conocen el camino? Imposible, pues no hay un camino, sólo senderos efímeros, los que proporcionan la razón y la experiencia. ¿Y si además los roedores crean sus senderos, los que creen necesarios? El dinosaurio dirá que la ignorancia del roedor debe ser remediada con el único camino, el de sus pisadas terribles.

viernes, 17 de abril de 2015

ROSARIO TRONCOSO: TRANSPARENTE

“Cuando me despiertan las palabras en la noche
rugen los versos”.


         La presentación del libro Transparente (La Isla de Siltolá, 2014) estuvo impregnada de poesía, pintura, música y emociones. En la Casa de la Poesía, expresión que suele utilizar Josefa Parra, resonaron los acordes y la voz de Jéssica Báez junto a los poemas de Charo Troncoso. Y, al fondo, un nuevo retrato de Caballero Bonald, realizado por Hernán Cortés para la serie de Premios Cervantes, escuchaba aquellos ritmos de perfil. Julia Bellido, la presentadora, y también poeta, desveló la esencia de la poesía, el núcleo de todo buen poema: las emociones que palpitan entre sus palabras y que nos permiten acercarnos a nuestros iguales, los demás.
         Rosario Troncoso (Cádiz, 1978) define la poesía como goce de los sentidos, una reflexión para tomar perspectiva de la realidad que nos rodea, para sacar todo el jugo a estos cuatro días que tenemos por delante. El libro tiene dos partes. Derribos controlados, dice Julia Bellido, nos muestra el espacio más íntimo de una mujer luchadora y valiente: “Cómo se atreve/el día a amanecer/ sin ti” (Buenas noches). La segunda parte, Ya no son infalibles las rutas conocidas, realiza un vuelco hacia afuera, hacia el exterior, aunque sin dejar Charo de ser ella misma: “Lo decía siempre el abuelo:/no hay que fiarse nunca de las paredes” (Desahucio).
         Julia Bellido reconoció que Trasparente la había trasladado a experiencias pasadas, a lugares comunes donde se reflejan sus propios recorridos emocionales, sus vivencias. Sin pretender llevar a cabo un análisis técnico del libro: “Me gustaría hablar de Transparente desde el único tema que me interesa, las emociones. No voy a detenerme en la música vigorosa y limpia, bien temperada de sus versos o en ese desarbolamiento que se permite cometer a veces, en esa mujer que se yergue poderosa o vulnerable según soplen los vientos, en su acertado manejo de un vocabulario propiamente femenino, en su agradecida libertad métrica o en su lenguaje impulsivo, sencillo y a la vez demoledor, de una poesía que hiere, en el mejor de los sentidos, la sensibilidad de quien lo lee.” Aunque también añadió: “Es cierto que he echado en falta quizás una voz más queda y algún que otro silencio explícito”.

NADA

Quizás ya nada tenga la importancia.
Ya nada importa nada.

No importa que se abran
los hilvanes, de pronto,
y quiebre la certeza
cayendo el equilibrio
al fondo del olvido.

Quizás hoy todo sea esto: la nada.

Y la piel y el calor
un virtual algoritmo:
amor enfermo, muerto
por saludos cordiales.

Quizás nada ya importe demasiado
cuando no hay asideros,
ni veo ninguna luz en esta orilla.




         Rosario Troncoso, licenciada en Humanidades, y Máster en Periodismo por la Universidad de Sevilla, publicó su primer libro en 2006. Se titula Huir de los domingos (Editorial Padilla). Luego han llegado Delirios y mareas (Publicaciones del Sur, 2008), Juguetes de Dios (CVA Ediciones, 2009), El eje imaginario (Ediciones en Huida, 2012), Yo no soy Dorothy, y esto no es el Reino de Oz. (CVA Ediciones, 2012) y Fondo de Armario (Los libros de Umsaloua, 2013). Ha realizado una adaptación didáctica de La Celestina (AE, 2009). Y ha participado en numerosas antologías de poesía, como Autores docentes de la provincia de Cádiz en torno a la Generación del 27 (Consejería de Educación, Junta de Andalucía, 2007) y Estrofalario. Voces nuevas en Cádiz (Quorum Editores, 2009). Coordinadora también de esta antología, con prólogo de José Manuel Benítez Ariza. Ha impartido talleres de creación literaria y ha participado en diversos proyectos culturales y editoriales.
         De todas estas inquietudes pudimos hablar con ella antes de iniciar la presentación de su libro:


¿Qué es Transparente?

         Es un libro de poemas, pequeño, pero concentrado. Y es un punto de inflexión en mi trayectoria. No es que lleve muchos años escribiendo, pero sí que es verdad que de todo ese tiempo que llevo experimentando con la poesía, es el libro que, según dicen mis amigos, mejor me ha salido, porque es el que más he trabajado, porque he ido madurando lo que iba escribiendo, contrastando con mis lecturas, descartando mucho,… Estoy muy satisfecha con el resultado porque el libro ha quedado redondo y espero que guste a la gente. De momento, mis amigos poetas, que son muy críticos conmigo, dicen que el resultado ha sido positivo. Aunque no me lo creo del todo, eso me anima a seguir y a aprender.

Algunos de los poemas del libro son muy pesimistas, como el titulado Nada

         Es cierto y, además, me lo han dicho, que quizás tiene un trasfondo negativo. Según se mire, más que negativo, realista. En los libros anteriores sí que es verdad que había poemas más erótico-festivos, más lúdicos, más de juego con el lector, y en este profundizo un poco más en mí misma, como autora, pero también mirando lo que ocurre a mi alrededor. Estamos en unos tiempos complicados y, aunque soy una persona feliz y no tengo grandes problemas, tengo bastante conciencia social y hago una crítica a lo que veo alrededor, siempre desde un punto de vista muy personal.

¿Cómo surge el poema? ¿Cómo arranca la creatividad?

         Antes sí que era más ordenada y tenía un hábito a la hora de sentarme a escribir, el oficio, como suelen decir, pero ahora mismo todo es un poco caótico, desde que soy madre y los horarios de mi hija se imponen. Robo al día y a la noche el tiempo que puedo. Y si la inspiración viene en medio de la noche, soy capaz de levantarme y escribir la idea que tenga en la cabeza. El poema me saca de la cama, aunque luego lo deje reposar y lo retome y lo trabaje. Me puede venir en cualquier instante porque en este momento de mi vida el hábito de sentarme a escribir no funciona, ya que acabo muy agotada. Ahora escribo menos y leo más. Estoy nutriéndome. Los ratos que tengo libres los utilizo más para leer que para escribir.

Ha realizado talleres de creación literaria: ¿se puede enseñar a escribir poesía?

         Se puede enseñar lo que sea a una persona que quiera aprender, da igual la disciplina que tratemos. He tenido suerte en mis talleres literarios porque siempre he contado con gente que ha asistido para aprender. Sabían a lo que iban y hemos logrado entre todos resultados muy interesantes. El último fue un taller de poesía erótica que impartí en Cádiz. De ahí han salido amigos con los que luego he compartido tertulias, cafés, y lo que vamos escribiendo, amigos como Paco Márquez, un gran escritor. Los talleres son lugares de encuentro. Claro que se puede enseñar poesía, también es técnica.

¿Y en el sistema educativo es posible enseñar a crear?

         Ahí es más complejo. Depende del centro donde impartas clase, las edades… Hay que enseñarles a los chavales cosas que estén en consonancia con lo que ellos viven, con su mundo. Si a unos chavales de un barrio complicado les hablas del sintagma nominal y de gramática pura y dura, pues no se enteran. Pero si a la hora de enseñarles literatura les pones un rap o una canción de las que ellos escuchan y les muestras que eso también es poesía, entonces quizás les abras lo ojos de otra manera.

Ha colaborado también con Indocentes, un grupo de profesores dedicados a la creación literaria…

         Sí, colaboraba antes con ellos. Son amigos míos. Realizan una gran cantidad de actividades y muy interesantes. Los envidio, pero no puedo ir ni a la mitad de las que organizan. Aunque de vez en cuando me reúno con ellos, ya no estoy tan implicada.

Dirige El Ático de los Gatos

         Sí, es una publicación que empezamos con la intención de que fuese semestral pero es imposible. La hemos dejado anual, con más páginas, más contenidos y más elaborada. Esto sí lo puedo llevar a cabo porque tengo más tiempo y un equipo que me echa unos cables increíbles…

¿Qué función tienen las revistas literarias, de poesía? Y en papel...

         Sí, es en papel. Vamos a dar el salto a digital en cuanto podamos. El número cinco sale ahora y es en papel. Somos muy románticos y estamos muy pegados al papel todavía. Nuestra revista es más cultural que literaria, porque tenemos de todo, es multidisciplinar. Ahora hay revistas de poesía, como La Gaya Ciencia, que combinan muy bien el papel con lo digital y están funcionando muy bien. La Isla de Siltolá, que es la editorial de este libro, también edita una revista de poesía que a mí me encanta y tiene gran prestigio. A la gente le gusta.

También participa en una editorial…

         Hace un par de años Paco Mármol y yo montamos una editorial, Dos Mil Locos Editores, y hemos publicado tres títulos y la revista, desde el tercer número. Ahora estamos en espera, viendo cómo va surgiendo todo. Queremos seguir editando. Aunque ahora estoy sola. Mi amigo ya no sigue con la editorial, aunque me ayuda y se va uniendo más gente.

Escribe artículos de opinión en la prensa: ¿Cómo ve el periodismo cultural?

         Me gusta. Y ahora que me están solicitando colaboraciones aprovecho y me quito la espinita de escribir en otros ámbitos. Tengo muchos amigos que trabajan en ello y actualmente está complicado, como todo. Sin embargo, quizás ahora se está remontando. Se está acercando a unos buenos momentos. Soy optimista. Veo que hay mucha actividad. Tengo esa percepción. Hay un resurgir de medios. De hecho, Mª Ángeles Robles, que es periodista, acaba de publicar una revista digital que se llama CaoCultura, en la que también colaboro, junto con José Manuel Benítez Ariza, Manuel Ruiz Torres…


¿Qué otros proyectos tiene?

       Además de seguir editando la revista, me gustaría dar el salto a la narrativa. Tengo un proyecto de novela, a largo plazo, pero de momento quiero publicar un libro de relatos, de cuentos.

martes, 14 de abril de 2015

LA CIENCIA EN LA CALLE: RETOS DE LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA

  Desde la mítica serie de Carl Sagan han sucedido muchas cosas en el ámbito de la divulgación científica, tantas, que hasta los términos han cambiado. La expresión “divulgación científica” ha sido sustituida por una más amplia: “comunicación científica”. Detrás de cada palabra hay un mundo, un universo. En este caso, el cambio terminológico implica un nuevo acercamiento a la actividad científica real.
         La comunicación científica abarca un conjunto de prácticas muy diferentes dentro del sistema tecnocientífico. La divulgación en los medios es sólo una de ellas. Las instituciones científicas, públicas o privadas, tienen que diseñar estrategias para que el conocimiento circule, se transfiera. Los equipos de investigación redactan informes y artículos para dar a conocer sus proyectos y sus resultados. El investigador comunica sus trabajos a otros investigadores o a los directivos de la institución para la que trabaja. Estos procesos de comunicación hoy sabemos que son esenciales porque los científicos trabajan en redes o en instituciones complejas. La planificación de la investigación, su financiación y su ejecución dependen de esa transferencia de conocimientos.
Miguel Parra
         Lo que se hace en los laboratorios luego se concreta en teorías, leyes, técnicas… La producción de un equipo se mide por sus publicaciones en revistas científicas. El prestigio académico de un proyecto depende, en gran parte, del impacto de las publicaciones que genera en revistas especializadas. Tanto a nivel individual como colectivo, saber comunicar las investigaciones es hoy imprescindible.
         Las teorías consolidadas pasan a formar parte de los libros de texto, herramientas todavía básicas para difundir los cimientos del paradigma vigente. En los diferentes niveles del sistema educativo los profesores transmiten conceptos, leyes, procesos y valores. A algunos no les gusta escuchar que los profesores somos divulgadores científicos, sea de las ciencias de la naturaleza o de las ciencias humanas. Los términos “cultura científica” y “comunicador” tienen más éxito.
         La divulgación se suele identificar con las revistas, periódicos, programas de radio y televisión, y ahora blogs, páginas web, redes sociales, etc. Los periodistas especializados en ciencia y tecnología, muchos de ellos con formación científica, escriben artículos con un vocabulario accesible a todo el mundo y exponen lo que se está investigando en física, biología, neurología,…  
         Pero hay más formas de comunicar la ciencia, formas que den más protagonismo al que aprende. Hay dos modelos básicos de entender la divulgación. En el clásico, se piensa que los ciudadanos son meros receptáculos vacíos, con una carencia que hay que subsanar. El espectador o el lector, según esta idea, es un ser pasivo que debe limitarse a asimilar lo que los expertos le transmiten. Sin embargo, hace tiempo que este modelo ha sido sustituido por el modelo participativo.
         Las ferias de la ciencia, por ejemplo, dan mucha importancia a la participación del alumnado en todas las dimensiones de las prácticas científicas. Los alumnos proyectan una experiencia creativa. Intervienen en todas las fases del proyecto. Investigan qué repercusión social tiene el problema que van a tratar, qué teorías científicas son relevantes, qué técnicas de trabajo se utilizan, qué materiales son necesarios… Ya no se trata de saber lo que hacen los científicos, de comprenderlo teóricamente, ahora se trata de acercarse a las prácticas reales de las ciencias.
         En el sistema tecnocientífico están conectados varios subsistemas, el productivo, el político, el educativo,… La comunicación  científica, la divulgación, tiene hoy una función social y política. En una sociedad democrática, que debería ser participativa, los ciudadanos tienen que ser conscientes de la importancia de los proyectos de I+D+i para nuestro futuro y nuestro modelo de vida. Los diseños de esos planes no pueden realizarse al margen de los ciudadanos. Aunque es evidente que los expertos representan un papel relevante, hay decisiones que exceden su competencia científica. Los ciudadanos debemos debatir sobre las necesidades básicas y el modelo de bienestar que deseamos. Para lograrlo hace falta que el ciudadano adquiera una cultura científica sólida y amplia. Pero también hace falta que existan mecanismos de participación reales. Si la comunicación científica se reduce a un espectáculo de masas, puede convertirse en un simple acto de propaganda.     

http://www.diariodejerez.es/article/jerez/2006292/la/ciencia/la/calle/retos/la/divulgacion/cientifica.html

sábado, 11 de abril de 2015

ÉTICA DE ROEDORES LV: LAS TARDES

   Y por las tardes, cuando la luz huye, el roedor recuerda todo lo que pudo haber sido. Y lo recuerda porque no queda otro remedio, porque la memoria puede ser la mejor aliada en casos de necesidad extrema, es decir, cada minuto, cada segundo. No es que la luz estorbe, pero su huida es necesaria. En la oscuridad todo es posible, por eso nos aterra. No estamos preparados para tanta posibilidad. El roedor, al atardecer, cuando las sombras recorren el adobe y el atrio, imagina el futuro, porque entonces todo es futuro... Y sólo asoma el miedo, como cualquier sombra mediocre. Huye la luz, porque es necesario. Y el roedor, atrapado en sus sueños, sabe que todo está allí y no hay nada más. Sabe que todo empezó y terminó con el ruido de un vencejo o el calor del horno. Huye la luz... y huyen los ruidos de la maquinaria infernal. Son las tardes, recuerda, cuando el horno parece que se enfría y no hay mañana... Son las tardes, olvida, cuando las ascuas luchan contra las campanadas de las seis y media... No hay forma de deshacerse de aquel presente, de harina y encina o roble, de aquel tiempo, el tiempo. Para eso inventaron la luz, para que desaparezca al anochecer y se lleve todo, tanto el presente como el presente... Inventaron la luz para que hubiera tardes, terribles tardes, y el roedor pudiera recordar lo que no fue.

sábado, 4 de abril de 2015

ÉTICA DE ROEDORES LIV: ESCULTURAS

Senda de Ursi
    Entre las esculturas, agazapado para evitar el viento, se esconde el roedor. Extraños árboles, piensa. Extrañas piedras, duda. Quizás sean restos de una civilización perdida, la civilización, la que no supo contener su bella racionalidad. Quizás sean las sombras de una mala conciencia. Extrañas figuras, imagina. Amasijos de hierro con formas altaneras, eso son. Piedra y madera modeladas con la soberbia, eso son. Porque la civilización que agoniza hace tiempo que olvidó los senderos del bosque y los robles. Olvidó las nieves y los musgos. Y estas esculturas son nuestras pesadillas.