jueves, 26 de febrero de 2015

ÉTICA DE ROEDORES L: EL JUEGO

   ¿Entenderá el dinosaurio las reglas del arte? ¿Comprenderá su autonomía formal? Seguro que no, porque el dinosaurio sólo ve lo inmediato. Incluso los más sabios se quedan con lo que aparece. Mas sabe el roedor que todo arte es juego y que en el juego se abre un espacio de posibilidades infinitas. Ni siquiera distinguen entre las partes y el todo. No saben que el todo está siempre por encima. ¡Pobres dinosaurios! ¡Hay que explicárselo todo! Mientras, el roedor se entretiene en los recovecos de su obra. Y nada más existe. ¡Tanta historia del arte! No ha servido para nada. Todavía el dinosaurio espera comprender cada parte sin atender al todo. Todavía espera alcanzar la comprensión en lo material, en el significado. ¿Sabrá el dinosaurio que se trata de un juego formal, donde todo es posible y nada importa? ¡Tanta historia del arte para nada! Las pisadas de los dinosaurios siguen siendo igual de terribles y miserables. Mientras, el roedor se embelesa con los senderos infinitos, con la rueda infernal. Y no echa de menos la interpretación teológica de los grandes dinosaurios. El roedor no echa de menos nada. Sabe que todo sobra y que el arte es autosuficiente. Sabe que el dinosaurio acecha, con su pisada. ¡Tanta historia del arte! ¡Por favor, Duchamp, susurra algo al viejo dinosaurio! ¡Por favor, Bacon, regálales un espejo! ¡Braque, no te escondas! ¿Entenderá el dinosaurio las reglas del arte? Nadie lo sabe. Pero el roedor seguirá sin buscar la pesada comprensión...

miércoles, 25 de febrero de 2015

LA FUERZA DE LA DANZA Y EL CINE


         Félix Vázquez presentó el sábado su proyecto “Colección de retratos” en los gélidos Claustros de Santo Domingo. Los asistentes, con el paso de los minutos, nos fuimos convirtiendo en resistentes, a pesar de la excelente actuación de Leonor Leal y la película de Félix Vázquez. Obras de arte como éstas no se merecen un puñado de sillas de plástico dentro de un frigorífico repleto de resonancias insufribles. El contraste era terrible: los cuerpos sudorosos de los artistas frente a los temblorosos cuerpos de los espectadores. La belleza de los Claustros no es suficiente para convertirlos en un auditorio. Se necesita algo más: acondicionarlos para que el arte no se vuelva una tortura.
       
  En la inauguración, Leonor Leal, una de las artistas que participa en la película, nos ofreció su baile en directo como prólogo. La escena: sobre la tarima dos zapatos que tensan dos cintas elásticas atadas al otro extremo; fuera del tablao, otros dos zapatos sobre letras de diferentes estilos, pegadas en el suelo; en el vestido de Leonor, más letras; de fondo, la voz de Paco de Lucía hablando sobre el trabajo y la inspiración. La acción: el cuerpo y el movimiento aparecen en escena para mostrar el surgimiento de la creatividad, el dolor y el placer de crear. Porque todo acto creativo es una lucha contra fuerzas internas y externas. Al principio, esas fuerzas son difíciles de tratar. El cuerpo parece atrapado. Quizás sean las resistencias de la técnica, las reglas, o las limitaciones propias. Cuando Leonor se calza los zapatos de las letras, de la palabra, todo cambia, pero tras mucho esfuerzo. Y cuando el ritmo y la palabra impregnan el cuerpo, las fuerzas que antes oprimían ahora se convierten en liberadoras de belleza.
         Producida por SARAO FILMS y dirigida por Félix Vázquez, “Colección de retratos” es un conjunto de cortos en los que aparecen como protagonistas importantes artistas, sobre todo del baile: Mariano Bernal, Úrsula López, Rocío Molina, Andrés Marín, Niño de Elche, Cristina Hall, Tino Van Der Sman, Manuel Cañadas, Cristian Lozano, Tamara López, Leonor Leal, Raúl Botella, Vicente Gelo… Los pinceles sirven de transición para mostrarnos el trabajo del cuerpo y del ritmo en las situaciones menos esperadas. Son los momentos del ensayo, del esfuerzo diario, del viaje, de la estación, del avión, del servicio del tren, del semáforo o de la calle. El movimiento de la cámara y los planos tan cercanos transmiten la esencia de la comunicación en el baile: pies, uñas, miradas, percusión, espacio, flexibilidad, tiempo…

         Hay muchos retratos que se centran en la dimensión formal, estética, en cómo lograr ese encaje entre cuerpo y ritmo. Sin embargo, Félix Vázquez va más allá de lo estético con este proyecto. Muchas de las piezas nos recuerdan lo que hay al otro lado del escenario: los continuos viajes, el desgaste, el sacrificio, don dinero,…   
         Con las ruinas de la Acrópolis de fondo, en “Atenas”, una lata de comida para gatos comienza a rodar tras ser empujada por un zapato rojo. El sonido de la lata al golpear las piedras y adoquines genera ritmo. Sigue rodando y se va acercando a la Atenas nueva, donde es recogida por Leonor Leal. Otro retrato transcurre en los aseos de un tren. Los artistas entran y salen, con sus móviles, sus aplicaciones, sus prisas o su cante. En “La base de la comunicación. Un lenguaje común.”, asistimos a la creación de una coreografía con Andrés Marín. También contemplamos el proceso creativo de “Compás de Espera” de Manuel Cañadas, un cuerpo desplegándose en poco espacio. En el retrato del Niño de Elche una soleá adquiere un ritmo infernal…
        
http://www.lavozdelsur.es/roedores-de-cultura
         

sábado, 21 de febrero de 2015

VIDAS GITANAS: LUNGO DROM


         El Palacio Villavicencio, en el Conjunto Monumental del Alcázar de Jerez, acoge una exposición sobre el pueblo gitano, organizada por el Instituto de Cultura Gitana y Acción Cultural Española. LUNGO DROM significa “Largo camino”. Más de mil visitantes han recorrido ese sendero de tradición, sufrimiento y belleza; un sendero que conviene comenzar por la izquierda, por el presente, por las personas que llenan nuestros días; un sendero que somos nosotros, los que compartimos el aula, el hospital, la bulería, el mercado, el desempleo y el empedrado.
        
Nada más entrar contemplamos la escultura de Antonio Moya que se titula “El río”. Es un hombre que cruza el agua con un niño sobre los hombros. Quizás sea la mejor metáfora para describir a los gitanos. A hombros han transportado una lengua, la familia, unas costumbres y, sobre todo, una inmensa esperanza ante las fuertes corrientes que les han zarandeado a lo largo de los tiempos.
         La única forma de huir de los tópicos es mostrar la complejidad de los rostros. Las caras y cuerpos de gitanas y gitanos impregnan de dignidad todas las estancias de la muestra. Las fotografías, actuales y antiguas, ilustran cada hito histórico o cada contradicción social. Rostros y cuerpos bien elegidos transmiten la fuerza y el optimismo que brota de las adversidades dejadas atrás. Son las escenas ingenuas, espontáneas, de personas desconocidas, las que aniquilan los prejuicios y los tópicos tejidos durante años.
         Una lengua, el caló, ha servido para reforzar la identidad de los gitanos, para arropar los lazos étnicos y sociales. A lo largo de la exposición se habla de la familia, la mujer, el trabajo, los jóvenes, la religión, la educación, la política, las artes y la historia de los gitanos. Cada sección cuenta con textos precisos, imágenes, vídeos, y objetos relacionados con cada aspecto abordado. El visitante se encuentra con los zapatos de la Chunga, un facsímil de García Lorca, documentos oficiales referidos a la persecución, carteles de la transición, fotos de Juan de Dios Heredia, de tratantes de ganado, imágenes de Camarón, libros de poesía, de cultura gitana,…
         Como en toda exposición que habla de personas, de ciudadanos, cabe realizar dos recorridos. Algunos sólo se fijarán en los detalles, en las caras conocidas o en los viejos objetos. Sin embargo, otros se adentrarán en el trasfondo social. Verán cómo la familia gitana se ha transformado al integrarse en los modos de vida urbanos y cómo la mujer gitana se ha organizado para defender sus derechos. Verán cómo hay gitanos en todas las profesiones, cómo los jóvenes gitanos se han integrado en el sistema educativo y cómo ese sistema educativo todavía no habla lo suficiente de la cultura gitana española. Verán cómo se perciben todavía las consecuencias del urbanismo capitalista y la marginación que produjo en los años setenta. Verán cómo la industria cultural creó tópicos para desviar la atención y cómo las persecuciones de siglos pasados han dado paso a los procesos de “chabolismo vertical”. Y verán cómo resta mucha labor por hacer si deseamos construir una sociedad de ciudadanos libres e iguales.

VIRTUAL CONNECTIONS


         En la sala de Pescadería Vieja se exhibe algo más que una colección de pinturas. La muestra es el resultado de un trabajo interdisciplinar de investigación en el que se ha aplicado la teoría de los algoritmos evolutivos a la creación artística. Este proyecto ha recibido el Primer Premio de Arte, Diseño y Creatividad Evolutiva GECCO 2014 en Ámsterdam. La exposición de Jerez es una primicia, pues añade la serie XYZ. Las obras viajarán luego a Buenos Aires (2015), Brasil (2016) y Tijuana (2016).
         Un algoritmo es un conjunto de instrucciones finito y preciso para resolver un problema. Dividir, por ejemplo, es un algoritmo. Nos dan dos números y seguimos unos pasos hasta que obtenemos un resultado. Los algoritmos evolutivos son una técnica de resolución de problemas que toma como modelo la evolución de los seres vivos, la selección natural. Los biólogos nos explican cómo los individuos al reproducirse (copias de sí mismos) sufren variaciones. Los que al nacer poseen una variación, mutación, favorable para sobrevivir en un determinado entorno tienen más probabilidades de dejar descendencia y transmitir esa variación. Este sencillo proceso ha generado toda la diversidad y complejidad de formas que podemos observar en la naturaleza. Así surgen nuevas estructuras, por azar y necesidad…
         Los algoritmos evolutivos, estudiados en Inteligencia Artificial y otros campos de la ingeniería, procesan simultáneamente un conjunto de soluciones, una población. El algoritmo se va repitiendo, pero con una pequeña variación. De este modo surgen diferentes generaciones. Se define una función de adaptación para seleccionar los algoritmos que van naciendo. Y se inicia un bucle: reproducción, cruce, mutación, evaluación, selección, cruce, mutación… Los algoritmos evolutivos interactivos recurren a la intervención humana para controlar el proceso. El usuario interviene en la selección del algoritmo que debe reproducirse. En el caso del arte, se realiza una selección basada en criterios estéticos.
         El proyecto de esta exposición surgió en 2012, Universidad de Extremadura, de una propuesta de Francisco Fernández de Vega (Almendralejo, 1971). Es Doctor europeo en Informática por la Universidad de Extremadura y profesor titular en el área de Arquitectura y Tecnología de Computadores. Dirige desde el año 2002 el grupo de investigación GEA (Grupo de Evolución Artificial). Contó desde el principio con la colaboración de Cayetano Cruz (Badajoz 1970) que es Doctor en Bellas Artes y profesor de Diseño Industrial.
         En el proyecto XY han trabajado cinco artistas, simulando algoritmos evolutivos. Cada uno eligió una obra representativa de la historia del arte. Sería la Generación 0. Partimos de cinco obras: “Nacimiento de Venus” G0/1 de Botticelli, “Mujer sentada” G0/2 de Egon Schiele, “Ophelia” G0/3  de John Everett Millais, “Sitting male act 2” G0/4  de Egon Schiele y “La última Cena” G0/5 de Leonardo Da Vinci. La Generación 1 surge de realizar una obra mezclando ideas de dos obras de la Generación 0. Tenemos cinco cuadros de Generación 1. Se repite el proceso. Cada artista realiza un cuadro utilizando dos obras de la Generación 1. Surgen cinco cuadros de la Generación 2. Así hasta la Generación 10. Ejemplo: la obra de Luis Espada G1/1 ha surgido de cruzar G0/5 y G0/4.
         Diez generaciones XY que nacen de la intervención de cinco artistas, profesores e investigadores. Cayetano Cruz (Badajoz 1970) es Doctor en Bellas Artes y profesor de Diseño Industrial. Patricia Hernández Rondán (Cádiz 1976), Doctora en Bellas Artes, ya expuso en Jerez en 2012 (Exposición Colectiva Grabados en Vendimia. En la Escuela de Arte.) Lilian Navarro Moreno (Esplugues de Llobregat, 1979) es Licenciada en Bellas Artes y ha investigado en el campo la creación artificial y los algoritmos evolutivos. Luis Espada Carranza (Badajoz, 1955) es Licenciado en Bellas Artes, profesor en el Grado de Diseño Industrial e investigador en Grupo INNOVA. Tania Gallego (Granada, 1982) es Licenciada en Bellas Artes y profesora de Educación Secundaria.
         La exposición de Jerez aporta una novedad, ya que añade la obra nueva XYZ. Las diez generaciones XYZ cuentan con la incorporación de José Vicente Albarrán. Por lo tanto, cincuenta cuadros XY y sesenta de XYZ. Una tarea muy interesante para el espectador consiste en  pensar qué tienen en común las obras de cada generación, de cinco o seis cuadros.


sábado, 14 de febrero de 2015

LÚCIDOS BORDES DE ABISMO: UNA TEORÍA DE LA DESTRUCCIÓN

        Cuando me acerqué a pedirle la firma del libro le dije: “Usted domina la técnica de resucitar que utilizaba Leopoldo.” Porque Luis Antonio de Villena maneja la palabra como pocos saben. Su discurso es fluido, como su escritura, con todo su entramado vital y personal de fondo. Josefa Parra, en la introducción, nos recordó la trayectoria literaria del autor, poesía, relatos, novelas, premios,… Y destacó ese énfasis en la carnalidad y en la intimidad de sus escritos. Dice Josefa que Villena se muestra en todas sus obras, incluso cuando habla de otras vidas, y que si los escritores usan máscaras, la de Villena es liviana, veneciana… Se plantea el problema de la relación entre obra poética y biografía. ¿Es esencial conocer a fondo la trayectoria vital de un poeta para comprender sus versos? Aunque los documentales sobre los Panero han contribuido a crear un género propio y parece que lo sabemos ya todo sobre ellos, el libro de Villena aporta una mirada única, la del amigo y escritor que ha vivido sus vidas desde dentro, con la carga emocional que conlleva.
         “Lúcidos bordes de abismo”, editado por la Fundación José Manuel Lara en 2014, es una memoria íntima de su relación con los Panero, pero también es un ensayo literario sobre dos poetas y un tratado sobre la destrucción. Las páginas brotan de vivencias personales, íntimas, con la familia Panero. Sin embargo, el texto va más allá de las anécdotas y recuerdos. Luis Antonio de Villena nos deja interesantes retazos de la historia de la literatura, la historia de España y de la psiquiatría. También hay una apuesta ética por la diferencia y por la libertad en una sociedad, la nuestra, tan homogénea, estandarizada y aburrida.
         Luis Antonio de Villena nos habló, sobre todo, de Felicidad, la madre, y de sus hijos Juan Luis y Leopoldo. Felicidad aparece como la mujer de un poeta del régimen, un poeta que la ignora porque se dedica a conversar de forma indefinida con sus amigos, Luis Rosales entre ellos. Cuando muere su marido Leopoldo, Felicidad también quedará atrapada entre las vidas exageradas, conscientemente literarias, de sus hijos. Juan Luis quiere integrarla en su vida bohemia, en sus reuniones más o menos literarias. Leopoldo la integra en su enfermedad. Dice Villena que Felicidad repetía a menudo: “Algo he hecho mal”. Esa mala conciencia, quizás distorsionada, obliga a Felicidad a cuidar de su hijo, cada vez más deteriorado, a soportar incluso el maltrato. Leopoldo la quería y la odiaba. Cuando muere Felicidad, llega Leopoldo al tanatorio y la intenta resucitar con esa técnica que él conoce, una técnica muy antigua, similar a la que se aplica para resucitar a los ahogados…
         La figura de Leopoldo es muy atractiva, pero muy triste también. “Nunca supimos lo que tenía. Su madre decía que desde niño los médicos le habían encontrado algo. En principio era muy tratable. Pero fue a raíz de su regreso de un viaje a París cuando tuvo esa caída profunda…”, dice Villena. Comienza a comportarse, entonces, de forma extravagante, al margen de toda norma social. Hasta que tuvo que ser internado. Leopoldo se convierte progresivamente en una especie de monstruo literario, muy querido, muy soportado. Mientras que Juan Luis siempre quiso ser un respetado literato snob, escritor contradictorio y perdedor, construyéndose una imagen literaria a medida, Leopoldo, por el contrario, hizo todo lo posible por ser impertinente, un esperpento difícil de tolerar en muchas circunstancias. Pues bien, la gente no soportaba a Juan Luis y quería y toleraba, como si de un niño se tratara, a Leopoldo. Dos hermanos radicalmente separados. No se podían ver. ¿Y Michi? Fue el hermano que estuvo más perdido de los tres, dice Villena, porque no supo qué papel le correspondía en esa historia familiar.
        En el libro hay una teoría sobre la familia, sobre la austeridad, la sexualidad, sobre el estilo y las clases sociales… La madre, Felicidad, nunca mostró interés por el dinero, por enriquecerse. Aprendieron a vivir con lo justo, pero con estilo. La vida de los Panero es una historia de la destrucción absoluta, nos dice Villena. “Nada debió haber. Nada quedó”. Cada uno a su modo se dejó destruir por la vida o por sí mismo. La vida aparece como algo prescindible. Un sufrimiento que se podría haber evitado. El concepto de familia tradicional es aniquilado. Las vidas literarias, los psiquiátricos, el recuerdo del padre, la soledad de la madre, todo ello, sólo es el rastro de esa destrucción provocada.
         Y como la vida y los libros se entremezclan de la forma más insospechada, a mi lado alguien levantó la mano y dijo: “Hola, soy Sisita, la viuda de Michi Panero,…me ha encantado, pero se ha olvidado de lo más importante, la frivolidad de los Panero…”

   

         El autor, muy amablemente, respondió a nuestras preguntas, minutos antes de comenzar la presentación del libro.


¿Puede haber verdadera poesía sin un estilo de vida poético?

         Bueno, en teoría sí. Un persona que lleve una vida muy burguesa, muy poco interesante, muy aburrida, si tiene una mente muy activa, imaginativa, una mente fecunda, pues puede hacer una buena poesía en una vida muy aburrida y muy gris. Donde no puede haber poesía es en una mente gris. La mente tiene que estar funcionando plenamente, con mucha imaginación y creación. Si la creación está en la mente y no en la vida, se puede hacer buena poesía. Ahora, muchas veces parece que lo ideal es que la vida y la poesía se confundan un poco, se interpenetren un poco y eso es quizás el punto ideal. Aunque en ningún autor la compenetración es al cincuenta por ciento. En los mayores autores la vida siempre tiene que ver de alguna manera, se inmiscuye en su obra.

¿Puede haber poesía sin un impulso constante hacia la autodestrucción?

         En el caso de los Panero, en los hijos, no en el padre, en Juan Luis y Leopoldo, hay una pulsión autodestructiva muy grande, de manera diferente, porque cada cual la llevó de una manera muy distinta. Pero puede haber, de hecho hay, muchos poetas  que no tienen una pulsión autodestructiva grande, por lo menos consciente, a lo mejor inconscientemente… Por ejemplo, un poeta que en sus inicios fue muy notable, en su vejez menos, como Jorge Guillén, de Cántico, es un poeta de exaltación de la vida, de la vida como un portento, una maravilla. Cántico, que es un libro de poesía española del siglo XX, es una poesía antitanática, una total exaltación de la vida. Es curioso que haya más poesía sobre la melancolía, el daño, el dolor, o sobre la inclemencia de la vida que sobre la felicidad, pero también hay gran poesía sobre la felicidad.

Los poetas siempre escribieron en los bordes de algo: ¿Cuáles son los bordes de hoy para escribir?

         No lo sé. Lo sé en la gente de mi generación. En la gente de ahora, en los jóvenes, no lo sé, porque en este momento el mundo vive en una situación de cambio muy fuerte. Y realmente en España y muchos otros sitios tiene sentido el viejo dicho de Hölderlin: “son malos tiempos para la lírica”. A los poetas actuales, jóvenes, no los mayores, porque los mayores ya tenemos nuestro camino hecho, y tenemos que seguir, mejor o peor, nuestro camino, a los poetas jóvenes les cuesta mucho encontrar un camino. La poesía está desnortada, no porque necesite tener un único norte, la poesía es siempre plural, debe ser variada, puede haber una poesía realista, narrativa, visionaria, simbólica, racionalista, irracionalista, debe y puede haber de todo. La poesía tiene mil voces y es un tonto absoluto el que niegue la pluralidad de la poesía, pero a veces hay, según la época, ciertos caminos, que tú puedes negar, rechazar, aceptar… Pero cierto camino de la poesía en este momento no lo hay. Hay demasiada confusión. Y ese elemento de confusión hace que los poetas jóvenes en este momento lo tengan más difícil, porque no tienen una directriz clara, la cual afirmar o negar. Además, viven en un mundo en que su propia sociedad, la española, está en unos niveles culturales ínfimos, casi de vergüenza. Realmente sí son tiempos difíciles en ese sentido.

¿La poesía puede ayudarnos a acabar con el aburrimiento generalizado de nuestras sociedades?

         La poesía puede contribuir mucho siempre que la leas y seas una persona que tiene una cierta sensibilidad. Sin esa sensibilidad, no. Pero con esa sensibilidad, todo elemento cultural, la pintura, la música, la poesía, todo, puede contribuir. Eso está al nivel de todos, siempre y cuando haya cierta sensibilidad, que la da un cierto nivel de cultura. Sin ese nivel medio de cultura se convierte en inaccesible casi todo. Por eso el daño viene de los malos planes de estudio y de la cantidad de alumnado absolutamente ignorante que en este momento llena no diríamos los institutos, sino las universidades españolas. Están llenas de ignorantes. Es muy terrible porque vienen de planes de estudio malos, de profesores malos, salvo las pertinentes excepciones. Y eso es muy lamentable, pero es así. A veces da un poco de miedo, de vergüenza, de vértigo…

¿Qué está escribiendo ahora? 

        Estoy escribiendo poesía esencialmente y luego un libro sobre el Nueva York de la época maldita, el Nueva York de Andy Warhol, Lou Reed, William Burroughs…, ese Nueva York que en los años sesenta y setenta fue un referente mundial, un mundo que se acabó con la ola conservadora de Reagan, Thatcher… Fue una ola de conservadurismo que frenó (también el SIDA) una ebullición de libertad que había en ese momento y que se fue cortando. Creo que somos mucho menos libres que hace veintitantos años.

viernes, 13 de febrero de 2015

ÉTICA DE ROEDORES: XLIX: NOS OLVIDARÁN

   ¡Cuidado con los falsos roedores! Brotan de la maleza. Donde antes sólo había barro y podredumbre ahora hay muchos roedores, como caídos del cielo. Cuidado con ellos porque son de palabra fácil. Hablan demasiado estos falsos roedores. ¡Que nadie se fíe ya de nadie! Sabe el roedor que nadie puede delegar la humilde tarea de no creerse nada. Nadie representa al roedor. No podemos ceder nuestra libertad, dice el roedor, porque apenas nos queda. ¡Cuidado con los falsos roedores! ¡Cuidado porque sólo saben hablar de los dinosaurios! ¿Se olvidarán también de nosotros, los malditos roedores? No lo dudéis. Dominar los senderos del bosque es tarea apetitosa. Se enredarán entre las sombras y nos olvidarán. Y cuando todo pase, cuando llegue la gran piedra, todo habrá sido en vano, tanta palabra, tanto esfuerzo... Nadie recordará a los olvidados y malditos roedores, los que nunca fueron nada. ¡Que nadie delegue la humilde tarea de no creerse nada! ¡Es lo único que nos queda a los pobres roedores! Sólo el sendero que recorremos cada día tiene algún sentido. Todo lo demás es un cruel invento de dinosaurios y falsos roedores. ¡Que nadie olvide abrir los ojos cada mañana! ¡Que nadie olvide dudar de sí mismo, de sus miserias, de sus castillos en el aire, de sus privilegios! Hablarán de nosotros, por nosotros, contra nosotros, para nosotros... Hablarán para distraernos de nuestra humilde tarea. Sabe el roedor que todo es inútil y que toda ilusión supone una tarea doble, innecesaria. ¿Aprenderán los malditos roedores? ¿Aprenderán de su derrota miserable? Nadie lo cree. Y nos olvidarán.

jueves, 12 de febrero de 2015

PREGUNTAS

Los científicos plantean preguntas concretas para poder hablar de cosas generales; los filósofos plantean preguntas generales para no hablar de cosas concretas.

miércoles, 11 de febrero de 2015

MEDITACIÓN Y NEUROCIENCIAS

        Que los estados mentales son estados cerebrales parece poco discutible: nuestras actividades mentales sólo son funciones cerebrales, redes neuronales. El dualismo mente-cuerpo, además de carecer de apoyo empírico, es una hipótesis que va contra la regla de oro del método científico: no multiplicar innecesariamente los entes, las causas, para explicar los fenómenos. Nuestra mente es la función de un órgano, de un sistema, el cerebro.
         Las resistencias dualistas proceden tanto de las viejas creencias religiosas y metafísicas como de la experiencia cotidiana subjetiva. Como somos conscientes de nuestras ideas y sensaciones, pensamos que tienen algún tipo de realidad ajena a lo material. Nos resulta muy extraño comprender que el significado de una palabra, una imagen o un recuerdo sólo sean conexiones sinápticas. Cuestión de perspectiva. Cuestión de tiempo. Hace siglos se consideraba ridículo defender el heliocentrismo porque parecía obvio que no nos movíamos.
         En pocas décadas estas resistencias dualistas están cediendo. O los dualistas se han convencido de su error o han desarrollado una versión sofisticada que encaje con las investigaciones actuales de la neurociencia. Esta versión diría que el cerebro y el alma trabajan en paralelo, o algo parecido. Así que en la práctica habría que explorar el cerebro, sea uno materialista o dualista sofisticado.
         Hace décadas que estudiamos la localización de las funciones mentales básicas, como el lenguaje, el razonamiento, la percepción o la memoria. Los daños en un área determinada del cerebro implican el mal funcionamiento de una o varias operaciones mentales. Las lesiones han revelado mucha información. Al mismo tiempo, la aplicación de técnicas de neuroimagen nos muestra qué estructuras están activadas mientras ejecutamos una tarea. La precisión de estas técnicas nos ofrece la posibilidad de analizar procesos complejos.
        
Miguel Parra
    Las aplicaciones de los descubrimientos de las neurociencias a la educación son cada vez más frecuentes. Como ha ocurrido siempre en la ciencia, las ideas útiles pueden venir del campo menos pensado. En la revista Investigación y Ciencia (enero 2015), aparece publicado un artículo titulado “En el cerebro del meditador”, escrito por Mathieu Ricard, monje budista con formación en biología celular, Antoine Lutz, investigador en neurobiología de la meditación, y Richard J. Davidson, experto en neuroimagen y comportamiento. Los autores han estudiado los cambios cerebrales que producen la contemplación y las técnicas de meditación.
         En 2005 el líder del budismo tibetano fue invitado por la Sociedad de Neurociencia para dar un discurso en su reunión anual, en Washington D.C. Aunque muchos científicos protestaron, el dalái lama planteó una pregunta muy interesante. “¿Qué relación podría haber entre el budismo, una antigua tradición filosófica y espiritual de la India, y la ciencia moderna?”. Ya con anterioridad había promovido la creación del Instituto de Mente y Vida, dedicado al estudio de la ciencia contemplativa. Y el año 2000 propuso a los científicos que analizaran la actividad cerebral de los meditadores budistas expertos.
         Los ejercicios de meditación parece que aportan beneficios: ayudan a reducir el estrés, la depresión, o el dolor crónico. La meditación proporciona tranquilidad y sensación de bienestar general. Los escépticos siempre han dudado de los efectos reales de estas técnicas espirituales. Ahora, con la comparación de la actividad cerebral de meditadores expertos y no meditadores, los científicos han podido constatar los cambios fisiológicos concretos que produce la meditación: reorganiza las conexiones de los circuitos cerebrales.
         En el artículo se mencionan tres formas de meditación: atención focalizada, consciencia plena y compasión. Estos tipos de meditación son practicados, nos dicen, en colegios y hospitales de todo el mundo. Los investigadores han analizado los estados cerebrales asociados al ejercicio de atención focalizada, que consiste en centrar la mente en la respiración, evitando la distracción. En el proceso intervienen diferentes áreas de la corteza prefrontal medial, del giro cingulado posterior, etc. El resultado obtenido es claro: los meditadores expertos mostraban una mayor actividad en esas zonas que los novatos. Pero los más experimentados de todos exhibían un poco menos de actividad que los expertos. Esto significa que sus redes neuronales pueden ejecutar la tarea con menos esfuerzo, de forma más automática.
         También analizan los efectos de la consciencia plena, que consiste en desarrollar un estado mental “que responda de forma menos visceral a las emociones, pensamientos y sensaciones.” Los sujetos que practican este tipo de meditación mejoran en el proceso de la atención sensorial. Si te muestran dos estímulos muy seguidos, al fijarte en el primero ya no percibes el segundo. Los que han meditado sí consiguen ver el segundo. Se modifica la intensidad de la respuesta al primer estímulo. Esta distribución de la atención es útil para los tratamientos del dolor.
         Por último, el estudio de los efectos neuronales de la tercera forma de meditación, la compasión y la benevolencia, revela que los meditadores expertos presentan mayor actividad cerebral en las áreas encargadas de la empatía, las cortezas somatosensorial e insular. Puede ser muy interesante para la educación saber cómo mejorar el control de la atención y la empatía.

http://www.diariodejerez.es/article/jerez/1959363/meditacion/y/neurociencias.html

sábado, 7 de febrero de 2015

LA MALETA DE PORTBOU

          Nos parece muy extraño que en los últimos años, marcados por el avance de la esfera digital, hayan surgido nuevas revistas en papel, publicaciones periódicas que se venden en los quioscos y librerías de nuestras ciudades. Si además están dedicadas a las humanidades, más raro todavía. Quizás, dado el giro participativo al que estamos asistiendo, los ciudadanos soliciten teorías, herramientas conceptuales para enfocar su nueva actividad democrática. La maquinaria de las asambleas puede devorar el espíritu crítico si no tenemos un marco teórico sólido en el que expresar nuestras necesidades radicales. Sin teoría, todo quedará en una amalgama de parches, buenas intenciones o recetas imposibles.
         En las librerías podemos encontrar el número nueve, enero-febrero, de LA MALETA DE PORTBOU, dirigida por Josep Ramoneda y editada por Galaxia Gutenberg. Es una revista que desea recuperar la figura del intelectual europeo, comprometido con los procesos sociales reales. Hace tiempo que se echa en falta esa implicación de los sociólogos, filósofos, economistas y artistas. Daba la impresión de que se habían retirado o habían caído en un pesimismo paralizante. Son necesarias las publicaciones que recojan la reflexión teórica seria, crítica, e interdisciplinar.
         Este número contiene un dossier, “Vivir en las redes”, elaborado a partir de las jornadas Enter Forum, encuentro internacional sobre internet y privacidad. En los artículos se van describiendo los problemas de la identidad en internet y los nuevos mecanismos de socialización y resolución de conflictos. Andrés Ortega, por ejemplo, analiza el papel de las redes sociales digitales en los movimientos políticos cibernéticos. Son movimientos híbridos: virtuales y urbanos. Y además son autoorganizados y multinodales, no siguen líneas de subordinación jerárquica. Reflexiones muy interesantes para comprender los flujos políticos actuales de nuestra ciudad.
          Habría que destacar la entrevista a César Rendueles, autor del libro “Sociofobia”, que se dedica a pensar las contradicciones de la sociedad de la información: “Me pareció sorprendente que el actual proceso de debilitamiento social coexista con una ideología tecnológica que ensalza la colaboración y la creación de comunidades cuando éstas están mediatizadas por las tecnologías digitales, pero que las denuesta en el resto de los casos.” Es un sistema que “comercializa el mayor número de áreas sociales”. Define la sociofobia del sistema tecnológico como “la desconfianza en la posibilidad de que una participación política igualitaria nos permita resolver los retos colectivos”. Esta tecnología promueve un “profundo recelo hacia la deliberación política”. “No nos vemos capaces de hacer cosas juntos, pero la tecnología nos permite que las hagamos al mismo tiempo”.
         Destacamos, también en ese dossier, una selección de imágenes pertenecientes al taller “Tecnología y vigilancia” dirigido por Antoni Muntadas. Doce autores colaboran en ese proyecto, preocupados por las miradas, verticales y horizontales, que pueblan el nuevo espacio público y privado. Estos artistas presentan sus proyectos en el próximo Enter Forum 2015.
         Las contradicciones de esta sociedad de masas surgieron en el diálogo de dos pensadores de la Escuela de Fráncfort, Benjamin y Adorno. Alex Ross nos muestra cómo abordaron problemas como la reproducción técnica de las obras de arte y la posibilidad de un arte auténtico y crítico. La cultura popular frente a la alta cultura de la burguesía: la mercantilización del arte deja poco espacio para la emancipación. Benjamin fue más optimista respecto a las potencialidades emancipadoras del arte popular.
         Hoy seguimos dudando. Por un lado, la sociedad de la información nos ofrece capacidad de autoorganización. Pero, por otro, quizás sea una forma de dispersión, de control, de alienación, de alejamiento de la deliberación real. Quizás sea una buena ficción para tenernos entretenidos. Aunque, vista la congregación de personas reales en la manifestación de ayer en Madrid, todo es posible…
         Por otro lado, Milagros Pérez Oliva entrevista a Manuel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigaciones biomédicas de Bellvitge, en el que trabajan unos sesenta investigadores. Para Manuel Esteller, los grandes avances de la biomedicina de los últimos años han sido: la secuenciación del genoma humano, la medicina personalizada y la medicina regenerativa con células madre. En el diálogo se habla de las investigaciones en Epigenética: “diríamos que si el ADN es el esqueleto, la Epigenética es el vestido que lo cubre, y está formado también por una serie de marcas químicas que tienen la función de controlarlo.” Hoy se estudia la influencia de los factores externos en ciertas modificaciones epigenéticas.
         Por último, cabe recomendar las fotografías que Samuel Aranda ha realizado en los países más afectados por el ébola, donde no existen prácticamente sistemas de salud, la riqueza está en manos occidentales y la corrupción invade todas las instituciones. Las imágenes de Aranda nos recuerdan la crueldad del virus, la miseria en la que viven los infectados y la labor humanitaria de Médicos Sin Fronteras: guantes, muertos en las calles, familiares que lloran sin poder acudir al funeral, debido al alto riesgo de contagio… Mientras, la agencia de las Naciones Unidas creada para atajar la epidemia está lejos, en Ghana, donde no hay infectados pero sí hoteles de lujo para reuniones interminables, nos dice el fotógrafo.


jueves, 5 de febrero de 2015

ÉTICA DE ROEDORES XLVIII: LAS NIEVES

  El roedor admira la nieve porque la nieve sabe retirarse. Y no hay mejor forma de ser que ésa. Sólo la nieve domina ese arte. No se cansa el roedor de contemplar ese retiro del ser, tan suave, tan silencioso. Todo lo que hacemos, cada día, cada tarde, es un nefasto intento de retirada. Sólo la nieve sabe dar lecciones al roedor aprendiz. Mientras los dinosaurios sólo se fijan en la caída, el roedor espera ansioso la retirada, cuando todo se deshace y nadie mira. Saber irse: ¡qué ardua tarea! Primero huimos de los espacios públicos, de las calles, de las aceras y escenarios, y luego permanecemos en los sombríos, agazapados, observando... Nadie domina ese arte como la nieve, tan fría y distante. Mas sabe el filósofo que es en los sombríos, en los recodos, donde se condensa el cansancio, la desidia y el aburrimiento, reflejado en nuestros ojos de roedor. Escribir, leer, ruinoso mecanismo de pensar, vano intento de remedar el viejo arte de las nieves.