¡No hay mayor placer estético que escuchar con atención cómo un artista o un escritor dicen no, al poder o al rebaño!
lunes, 30 de noviembre de 2015
viernes, 27 de noviembre de 2015
QUISE
Le digo a Miguel Parra que no puedo, que lo he intentado y ha sido imposible. Quise hablar del contraste entre la sensibilidad racional y la ofuscación violenta, pero no pude. Quise describir mi miedo ante lo que presencié, un acto violento, y no fui capaz. Y todo ocurrió en la calle Francos, cuando volvía de una conferencia de Eliacer Cansino, que nos había hablado del espacio y el tiempo, de la relación de la escritura con otras artes, nada más... Le digo a Miguel Parra que he sido incapaz de reflejar esa violencia, esos lloros de los niños, en mis palabras. Quise explicar mi miedo ante la muerte inminente de otras personas y no pude, imagínate a un hombre fuera de sí con una papelera de hierro en sus manos y con la intención de matar a otro que se resgurada en la tienda del Rubio. Y los niños lloraban y yo llamaba a la polícía y la policía llegaba y el hombre violento huía por las enrevesadas calles de Jerez. No he podido escribir sobre todo eso porque la escritura necesita el transcurso del tiempo. Y mi miedo fue instantáneo. Como dice Eliacer Cansino, ese es el límite de la literatura. Quizás todo sea como el cuadro de las Meninas, un viaje al infinito tiempo y al infinito dolor. No sabemos la música que suena cuando tenemos mucho miedo porque entonces somos sordos y ciegos.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
ÉTICA DE ROEDORES: MIRADAS
A veces los roedoeres desfallecen y caen rendidos en las orillas de los senderos, aturdidos. Se miran unos a otros mientras recuerdan el miedo de los días pasados. Abatidos, los roedores se preguntan por el sentido de su caminar. No saben si merece la pena esquivar las sombras del gran dinosaurio. Su pisada es fuerte, hasta en los sueños. Y desfallecen porque las palabras de la mañana parecen caer por un gran precipicio. Al final sólo se percibe un gran estruendo o un susurro. Pero las palabras, tan cargadas de libertad, se retuercen de dolor. Abatido, el roedor recuerda que las bellas intenciones se agotan y que mañana, hoy, la muerte y la sinrazón, brotarán como el musgo. El sendero se oscurece y las alimañas acechan. Sabe el roedor que con el nuevo día volverá el gran rugido. Las orillas de los senderos del bosque están repletas de roedores derribados por la insolencia de las tardes. Se niegan a aceptar que las bellas palabras de la mañana, plenas de utopía, se hundan en los barros del camino, donde la locura abunda. Si al menos las miradas sirvieran para construir otros mundos para ellas...
lunes, 23 de noviembre de 2015
FRÍOS
Cuando el verano se estiraba demasiado deseaba que llegase el frío, los días cortos, las heladas. Quería el frío porque con él llegaba el calor del enroje, las sopas de ajo y las patatas asadas que mi padre hacía con las ascuas que aún quedaban de haber cocido por la mañana. Ese viento norte, que venía de las peñas, nos obligaba a recorrer las aceras como huidos de la justicia. Quién me iba a decir que esas peñas lejanas iban a tener para mí otros significados, otros placeres... Aquellos primeros fríos, entre la encina y el roble para el horno, me empujaban al calor del suelo, la gloria, donde no esperaba más días, no esperaba nada ya. Quería que todo se quedara así, para siempre, que nada pasara, que el mañana se anulara porque así lo deseaba. Todo eso volvía con el frío, entre la harina y las campanas. Ese viento cortante del norte aparecía sin piedad, quizás traído por las encinas o por la misma nieve. Pero ese viento cortante del norte también nos daba la palabra casa y el deseo infinito de arruinar el viejo mecanismo del tiempo.
viernes, 20 de noviembre de 2015
ÉTICA DE ROEDORES: MEJOR SEGUIR ADELANTE
Nadav Kander |
lunes, 16 de noviembre de 2015
REFUGIADOS
Los dioses, si es que existen, son caminantes, refugiados que huyen de una realidad que no llegan a comprender. De nada sirve una inteligencia infinita, si ante tu mirada hay un dolor infinito. Los dioses huyen con lo puesto, entre el lodo y la podredumbre. Y mientras escapan piensan en atardeceres frente al mar o en el olor del espliego. Caminan aturdidos porque ven cómo todas las fronteras se cierran a su paso. Son refugiados que buscan otra realidad, otro cosmos, quizás creado por otros dioses más sabios.
jueves, 12 de noviembre de 2015
ESPACIOS DE RESISTENCIA Y LIBERTAD
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Miguel Parra |
Recuerda que las palabras te servirán para huir de la mediocridad y el aburrimiento. Te ayudarán a perder el sentido de la realidad, pero también a encontrarlo. Y si deseas aventuras, te sumergirás en tu sombra, en tu maldita sombra, tan tierna, tan curel, tu sombra. No lo olvides, los libros serán el único refugio de los inconstantes, de los utópicos y de los que sueñan. Frases bellas, historias apasionantes, argumentos enrevesados, todo lo necesario para hilvanar tu soledad. Recuerda que el saludo de los libreros es algo más que un saludo, porque custodian tus sueños, dedican sus vidas a tu mirada, como si fuese la más importante del universo, porque para ellos lo es. Recuerda las primeras lecturas, quizás de tu madre o tu padre, en voz alta. Esas palabras son las que custodian nuestros libreros...
SOLEDADES
Los Estados siempre son muy grandes, demasiado. Cuando hay un conjunto de personas, emerge esa propiedad autorreguladora que denominamos poder. Cuanto más grande es el grupo, más violentas son esas estructuras. Cuanto más pequeño es, más posibilidades hay de que emerjan estructuras horizontales de gestión, menos violentas.
martes, 10 de noviembre de 2015
PASIONES, EMOCIONES Y OTROS ACTORES NO TAN SECUNDARIOS
Como las bacterias, los dualismos se vuelven resistentes.
Todavía andamos enredados con alguna de sus variantes. Cuando parece que hemos
acabado con uno, aparece otro, a veces disfrazado, para que no salten las
alarmas. Materia y forma, alma y cuerpo, naturaleza y cultura, razón y pasión,
son pares de conceptos de gran utilidad analítica y persuasiva…
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Miguel Parra |
La razón
nos sirve para conocer verdades eternas, como los teoremas de la geometría.
Todos los seres humanos los entendemos porque captamos algo objetivo, que está
ahí, con independencia de nuestros intereses, deseos o estados de ánimo. La
razón, por lo tanto, trabaja al margen de las emociones y las pasiones. Razonar
significa calcular, derivar, relacionar, separar y otras operaciones de
carácter formal. Razonamos bien si transformamos bien, según las reglas, unas
proposiciones en otras.
Siguiendo
con el relato racionalista tradicional, las pasiones, los sentimientos y las
emociones son algo confuso, oscuro, difícil de atrapar y entender, son fuerzas,
disposiciones y actitudes que pertenecen a nuestra denostada dimensión física.
Las emociones nos arrastran y enturbian el intelecto. Aunque son necesarias
para actuar, si no interviene la claridad de la razón, carecen de orientación,
incluso pueden desbordarse y arruinar todos los cultivos de la inteligencia
calculadora y previsora.
Este relato
habla de una razón que conoce cómo es el mundo, descubre qué debe hacer y a
continuación transmite ese contenido proposicional a la voluntad para que se
inicie la acción. Las buenas decisiones son las que parten de un conocimiento
adecuado del mundo y de uno mismo, las malas decisiones son las que se han
forjado desde el impulso ciego de las pasiones, los deseos o las necesidades.
Pronto aparecieron críticas a esta concepción del ser humano. Hume y otros filósofos señalaron que las acciones jamás parten de razonamientos. Las razones no son el motor de nuestras acciones. Son las pasiones, los deseos y las necesidades las que dirigen nuestra conducta. Las razones vienen después, para justificar ese movimiento de la voluntad. Argumentamos sobre lo que nos agrada o desagrada, lo que nos atrae o repele. Como mucho, la razón encauza, pero no genera esa corriente.
Pronto aparecieron críticas a esta concepción del ser humano. Hume y otros filósofos señalaron que las acciones jamás parten de razonamientos. Las razones no son el motor de nuestras acciones. Son las pasiones, los deseos y las necesidades las que dirigen nuestra conducta. Las razones vienen después, para justificar ese movimiento de la voluntad. Argumentamos sobre lo que nos agrada o desagrada, lo que nos atrae o repele. Como mucho, la razón encauza, pero no genera esa corriente.
La
filosofía hoy ha superado esas caricaturas dualistas, esos esquemas, sobre todo
el racionalista puro. Y los ha superado porque ha tenido en cuenta los avances
en psicología cognitiva y neurociencias. Si bien es cierto, como dice Victoria
Camps, que ya Hume y Spinoza hablaron con sensatez sobre la importancia de las
emociones en la ética, han sido los avances de las ciencias del cerebro los que
han promovido un cambio de paradigma.
Desde el
punto de vista ético, nadie duda ya de que las emociones son esenciales, tanto
a la hora de decidir como para ser una persona comprometida con lo que nos
rodea. La indignación moral ante las injusticias sociales no arranca de una
argumentación, sino del malestar que provocan semejantes atrocidades humanas.
Al elegir las premisas de nuestras argumentaciones están funcionando nuestros
deseos, emociones y estados de ánimo. No hay contenidos proposicionales
carentes de aspecto emocional. Nuestras creencias sobre el mundo son creencias
que ya valoran emocionalmente el mundo: describir ya es valorar.
Y desde el
punto de vista de las neurociencias, aunque el cerebro posee estructuras más o
menos diferenciadas, su funcionamiento transcurre en paralelo. No hay una
secuencia lineal en la que la información del exterior vaya pasando por varios
departamentos hasta que se toma la decisión final. La complejidad de las redes
neuronales y la modulación de las sinapsis, a niveles moleculares, nos hacen
pensar que todo el organismo actúa a la vez y que nuestra realidad siempre se
presenta bajo el aspecto, el color, de nuestros estados de ánimo.
viernes, 6 de noviembre de 2015
GOZNES
![]() |
Nadav Kander |
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