sábado, 27 de enero de 2018

TRAMAS

     
Chiharu Shiota


 La memoria atraviesa todas las políticas y las tiñe de nostalgia. El pasado, tiempo cristalizado en hechos, está ahí para proporcionar cimientos sólidos a los arquitectos del presente. Nadie sabe dónde están los acontecimientos, quizás en las inscripciones, en los documentos y en las ruinas. Nuestra memoria personal se entrelaza con la memoria colectiva, ese conjunto de hechos hilvanados con el hilo transparente de la hermenéutica ideológica. Mi existencia, tan fragmentaria y deslavazada, adquiere sentido en los sistemáticos libros del fluir y del narrar. Sé quién soy porque pertenezco a una corriente ordenada de tiempo. Sé quien soy porque mi historia encaja con la Historia. La memoria atraviesa todas las políticas y las embadurna de legitimaciones tardías. Los ingenieros del tiempo descubren de dónde viene todo lo que necesitamos hoy para actuar con toda la razón del mundo. Pueblos, fronteras, identidades, tradiciones, banderas, imperios y revoluciones… Creamos recuerdos y los vendemos al que está de paso. Creamos tradición para llenar la ruta y el folleto. Hay ruinas que deben ser demolidas y hay ruinas que deben ser plastificadas. Hay huellas que debemos conservar y tasar porque generan riqueza, y hay huellas que son el recuerdo de la opresión y la barbarie. La memoria atraviesa todas las políticas y las impregna de arbitrariedad documentada. Este ruinoso mecanismo de pensar no comprende cuándo un templo es riqueza cultural y cuándo es el siniestro humo del opio del pueblo. Tampoco sabe si el palacio es un símbolo del poder de la clase dominante o el patrimonio del pueblo que la desidia de los gobernantes no logra conservar. Y no sabe si el nombre de la calle es una celebración que hay que eliminar o una injusticia que no debemos olvidar... La incertidumbre histórica sirve para legitimar todo, tanto lo uno como lo otro. Las efímeras existencias recuerdan los recuerdos fabricados por los ingenieros del pasado, técnicos de la nostalgia. Nos enseñan hermenéutica para que nuestras vidas cobren sentido a través de los legajos, dispersos y polvorientos, tan ajenos a todo… Debemos conocer el pasado para que sepamos quiénes somos y cuáles son nuestras raíces, dicen los topógrafos del tiempo. Aprender del pasado… Mas este ruinoso mecanismo de pensar no sabe si hay que conocer la urdimbre sagrada de los hechos para que no se repitan o para que no perdamos el hilo. El montaje de la instalación Lost Words de Chiharu Shiota muestra muy bien cómo trabajan los ingenieros del tiempo.
( www.youtube.com/watch?v=6e8hwQsbJNQ) https://laandalucia.org/tramas/