sábado, 18 de febrero de 2017

ÉTICA DE ROEDORES: LA VENDA

Francis Bacon.
 Se reunieron los dinosaurios, cosa extraña, para juzgar a los dinosaurios reales. Nadie entendía nada. Se reunieron  para decirnos que todo sigue igual y que la balanza es la misma de siempre. Y que la venda se ha extraviado. Pobres roedores, malditos roedores, tan obsesionados con lo suyo, con sobrevivir con dignidad... Se reunieron los dinosaurios y decidieron que todo sigue igual y que los sueños de los roedores son un invento, un cruel espasmo. Se reunieron para recordarnos que el uso de la razón tiene un límite, el que ellos han establecido. Y los roedores enfadados, como en siglos anteriores, husmean viejos senderos, olvidados, arcaicas rutas para recuperar la venda. Pobres roedores, tan asustados, tan olvidadizos y serviles... Sólo se acuerdan de la balanza cuando la medida arruina la economía de sus guaridas. Sólo se acuerdan de la armonía universal cuando su cocina se resquebraja. Pero los dinosaurios conocen todo, cada pensamiento del roedor, cada lágrima. Por eso el fiel de la balanza marca la hora de nuestro final.