“Hemos construido meticulosamente nuestras vidas a partir de azúcar de
sandía, y luego hemos viajado hasta nuestros sueños por caminos flanqueados de
pinos y piedras.”
Si hay un
libro donde todo es posible, el arte verdadero es posible. Cualquier registro
artístico cabe en el rastro de este libro, unas páginas donde puede ocurrir de
todo, donde la sandía es la materia esencial, un libro donde cada frase es un
pequeño poema. Quien lee un libro así sabe que tiene que pintar, sabe que tiene
que dibujar un futuro posible. Todas las obras que vemos en la exposición son
insuficientes para captar una escritura tan sencilla, tan ingenua, naif. Si se
ha calificado de contracultural es porque la sencillez es hoy contracultural,
revolucionaria. ¿Que todo esté hecho de azúcar de sandía significa que es un
mundo ideal, un mundo hecho de sueños o una utopía? No lo sabemos.
“Si pensáis en algo que pasó hace mucho tiempo: alguien os hizo una
pregunta y no supisteis la respuesta.
Ése es mi nombre.”
¡Todo es
tan extraño en yoMUERTE…! Ni el nombre del protagonista se deja atrapar por la
vieja racionalidad. Es el escritor que escribe lo que sucede en esa población,
comuna, aldea, espacio de la imaginación, del deseo… Es un escritor que narra
en otro tiempo, ajeno a las categorías de la burocracia oficial. No tiene un
nombre porque posee todos los nombres, quiere tenerlos todos. Habla de ese
mundo con frases sencillas, de recién nacido. Diríamos, con Nietzsche, que usa
palabras despojadas de la pesada carga de la rancia civilización.
“El viejo Chuck se acercó al puente abandonado, sacó una cerilla de quince
centímetros de su mono y encendió el farol del lado del puente que daba a
yoMUERTE. El puente abandonado ha estado así desde la época de los tigres.”
Describe un
territorio con lugares inquietantes, como Olvidería; con personajes malos, como
enHERVOR; con animales que hablaban, como los tigres; con seres entrañables,
símbolos de algo quizás profundo; con estatuas de verdura, como la alcachofa;
con tumbas en el lecho del río… ¿Se trata de un territorio que ha sufrido un
gran desastre? ¿Qué quieren olvidar? ¿Qué han olvidado? ¿Es el mundo después
del gran cataclismo? No lo sabemos.
“Justo antes de llegar a yoMUERTE, la cosa
cambió. yoMUERTE es así: siempre cambia. Es para bien. Subí los peldaños hasta
el porche de delante, abrí la puerta y
entré.”
La
exposición de la calle Santo Domingo, organizada por Infusiones Urbanas, Suricatta
Gallery y Ungatoenbicicleta Librería Arte, debe invitar a leer el libro. Más de treinta
artistas han trabajado alrededor de la obra de Richard Brautigan: Daniel
Diosdado, Emilio Subirá, Ana Barriga, Rosario Rodríguez, Alejandro Ginés, Laura
Pintado… La pluralidad de estilos y técnicas encaja bien con las palabras, muy
poéticas, simbólicas, oníricas, de un escritor considerado contracultural. Las
obras acuden al collage, al pop-art, al cómic, a la abstracción, a los tejidos…
Los artistas se han acercado a este hermoso libro desde sus perspectivas, como
lectores y como creadores. Al lado de cada obra hay un fragmento del texto. Es
una novela donde casi cada frase, diálogo, descripción, es un poema o un
pensamiento, lo que permite exprimir su potencial plástico con bastante
libertad creativa. Que los objetos se salgan del cuadro o que las miradas de
las figuras sean dulces caricaturas sólo se comprende si leemos y contemplamos “En azúcar de sandía” con la ingenuidad
desbordante que propone el novelista.
Fragmentos de las obras, de Suricatta Gallery.
“En azúcar de sandía” está editado en Blackie Books.