“Cuando me despiertan las palabras en la noche
rugen los versos”.
La
presentación del libro Transparente
(La Isla de Siltolá, 2014) estuvo impregnada de poesía, pintura, música y
emociones. En la Casa de la Poesía,
expresión que suele utilizar Josefa Parra, resonaron los acordes y la voz de
Jéssica Báez junto a los poemas de Charo Troncoso. Y, al fondo, un nuevo
retrato de Caballero Bonald, realizado por Hernán Cortés para la serie de
Premios Cervantes, escuchaba aquellos ritmos de perfil. Julia Bellido, la
presentadora, y también poeta, desveló la esencia de la poesía, el núcleo de
todo buen poema: las emociones que palpitan entre sus palabras y que nos
permiten acercarnos a nuestros iguales, los demás.
Rosario
Troncoso (Cádiz, 1978) define la poesía como goce de los sentidos, una
reflexión para tomar perspectiva de la realidad que nos rodea, para sacar todo
el jugo a estos cuatro días que tenemos por delante. El libro tiene dos partes.
Derribos controlados, dice Julia
Bellido, nos muestra el espacio más íntimo de una mujer luchadora y valiente: “Cómo se atreve/el día a amanecer/ sin ti”
(Buenas noches). La segunda parte, Ya no
son infalibles las rutas conocidas, realiza un vuelco hacia afuera, hacia
el exterior, aunque sin dejar Charo de ser ella misma: “Lo decía siempre el abuelo:/no hay que fiarse nunca de las paredes”
(Desahucio).
Julia
Bellido reconoció que Trasparente la
había trasladado a experiencias pasadas, a lugares comunes donde se reflejan
sus propios recorridos emocionales, sus vivencias. Sin pretender llevar a cabo
un análisis técnico del libro: “Me gustaría hablar de Transparente desde el único tema que me interesa, las emociones. No
voy a detenerme en la música vigorosa y limpia, bien temperada de sus versos o
en ese desarbolamiento que se permite cometer a veces, en esa mujer que se
yergue poderosa o vulnerable según soplen los vientos, en su acertado manejo de
un vocabulario propiamente femenino, en su agradecida libertad métrica o en su
lenguaje impulsivo, sencillo y a la vez demoledor, de una poesía que hiere, en
el mejor de los sentidos, la sensibilidad de quien lo lee.” Aunque también
añadió: “Es cierto que he echado en falta quizás una voz más queda y algún que
otro silencio explícito”.
NADA
Quizás ya nada tenga la importancia.
Ya nada importa nada.
No importa que se abran
los hilvanes, de pronto,
y quiebre la certeza
cayendo el equilibrio
al fondo del olvido.
Quizás hoy todo sea esto: la nada.
Y la piel y el calor
un virtual algoritmo:
amor enfermo, muerto
por saludos cordiales.
Quizás nada ya importe demasiado
cuando no hay asideros,
ni veo ninguna luz en esta orilla.
Rosario Troncoso, licenciada en Humanidades,
y Máster en Periodismo por la Universidad de Sevilla, publicó su primer libro
en 2006. Se titula Huir de los domingos
(Editorial Padilla). Luego han llegado Delirios
y mareas (Publicaciones del Sur, 2008), Juguetes
de Dios (CVA Ediciones, 2009), El eje
imaginario (Ediciones en Huida, 2012), Yo
no soy Dorothy, y esto no es el Reino de Oz. (CVA Ediciones, 2012) y Fondo de Armario (Los libros de
Umsaloua, 2013). Ha realizado una adaptación didáctica de La Celestina (AE, 2009). Y ha participado en numerosas antologías
de poesía, como Autores docentes de la
provincia de Cádiz en torno a la Generación del 27 (Consejería de
Educación, Junta de Andalucía, 2007) y Estrofalario.
Voces nuevas en Cádiz (Quorum Editores, 2009). Coordinadora también de esta
antología, con prólogo de José Manuel Benítez Ariza. Ha impartido talleres de
creación literaria y ha participado en diversos proyectos culturales y
editoriales.
De todas estas inquietudes pudimos hablar
con ella antes de iniciar la presentación de su libro:
¿Qué es Transparente?
Es un libro
de poemas, pequeño, pero concentrado. Y es un punto de inflexión en mi
trayectoria. No es que lleve muchos años escribiendo, pero sí que es verdad que
de todo ese tiempo que llevo experimentando con la poesía, es el libro que,
según dicen mis amigos, mejor me ha salido, porque es el que más he trabajado,
porque he ido madurando lo que iba escribiendo, contrastando con mis lecturas,
descartando mucho,… Estoy muy satisfecha con el resultado porque el libro ha
quedado redondo y espero que guste a la gente. De momento, mis amigos poetas,
que son muy críticos conmigo, dicen que el resultado ha sido positivo. Aunque
no me lo creo del todo, eso me anima a seguir y a aprender.
Algunos de los poemas del libro son muy pesimistas, como el titulado Nada…
Es cierto
y, además, me lo han dicho, que quizás tiene un trasfondo negativo. Según se
mire, más que negativo, realista. En los libros anteriores sí que es verdad que
había poemas más erótico-festivos, más lúdicos, más de juego con el lector, y
en este profundizo un poco más en mí misma, como autora, pero también mirando
lo que ocurre a mi alrededor. Estamos en unos tiempos complicados y, aunque soy
una persona feliz y no tengo grandes problemas, tengo bastante conciencia
social y hago una crítica a lo que veo alrededor, siempre desde un punto de
vista muy personal.
¿Cómo surge el poema? ¿Cómo arranca la creatividad?
Antes sí
que era más ordenada y tenía un hábito a la hora de sentarme a escribir, el
oficio, como suelen decir, pero ahora mismo todo es un poco caótico, desde que
soy madre y los horarios de mi hija se imponen. Robo al día y a la noche el
tiempo que puedo. Y si la inspiración viene en medio de la noche, soy capaz de
levantarme y escribir la idea que tenga en la cabeza. El poema me saca de la
cama, aunque luego lo deje reposar y lo retome y lo trabaje. Me puede venir en
cualquier instante porque en este momento de mi vida el hábito de sentarme a escribir
no funciona, ya que acabo muy agotada. Ahora escribo menos y leo más. Estoy
nutriéndome. Los ratos que tengo libres los utilizo más para leer que para
escribir.
Ha realizado talleres de creación literaria: ¿se puede enseñar a escribir
poesía?
Se puede
enseñar lo que sea a una persona que quiera aprender, da igual la disciplina
que tratemos. He tenido suerte en mis talleres literarios porque siempre he
contado con gente que ha asistido para aprender. Sabían a lo que iban y hemos
logrado entre todos resultados muy interesantes. El último fue un taller de
poesía erótica que impartí en Cádiz. De ahí han salido amigos con los que luego
he compartido tertulias, cafés, y lo que vamos escribiendo, amigos como Paco
Márquez, un gran escritor. Los talleres son lugares de encuentro. Claro que se
puede enseñar poesía, también es técnica.
¿Y en el sistema educativo es posible enseñar a crear?
Ahí es más
complejo. Depende del centro donde impartas clase, las edades… Hay que
enseñarles a los chavales cosas que estén en consonancia con lo que ellos
viven, con su mundo. Si a unos chavales de un barrio complicado les hablas del
sintagma nominal y de gramática pura y dura, pues no se enteran. Pero si a la
hora de enseñarles literatura les pones un rap o una canción de las que ellos
escuchan y les muestras que eso también es poesía, entonces quizás les abras lo
ojos de otra manera.
Ha colaborado también con Indocentes,
un grupo de profesores dedicados a la creación literaria…
Sí,
colaboraba antes con ellos. Son amigos míos. Realizan una gran cantidad de
actividades y muy interesantes. Los envidio, pero no puedo ir ni a la mitad de
las que organizan. Aunque de vez en cuando me reúno con ellos, ya no estoy tan
implicada.
Sí, es una
publicación que empezamos con la intención de que fuese semestral pero es
imposible. La hemos dejado anual, con más páginas, más contenidos y más
elaborada. Esto sí lo puedo llevar a cabo porque tengo más tiempo y un equipo
que me echa unos cables increíbles…
¿Qué función tienen las revistas literarias, de poesía? Y en papel...
Sí, es en
papel. Vamos a dar el salto a digital en cuanto podamos. El número cinco sale
ahora y es en papel. Somos muy románticos y estamos muy pegados al papel
todavía. Nuestra revista es más cultural que literaria, porque tenemos de todo,
es multidisciplinar. Ahora hay revistas de poesía, como La Gaya Ciencia, que combinan muy bien el papel con lo digital y
están funcionando muy bien. La Isla de
Siltolá, que es la editorial de este libro, también edita una revista de
poesía que a mí me encanta y tiene gran prestigio. A la gente le gusta.
También participa en una editorial…
Hace un par
de años Paco Mármol y yo montamos una editorial, Dos Mil Locos Editores, y hemos publicado tres títulos y la
revista, desde el tercer número. Ahora estamos en espera, viendo cómo va
surgiendo todo. Queremos seguir editando. Aunque ahora estoy sola. Mi amigo ya
no sigue con la editorial, aunque me ayuda y se va uniendo más gente.
Escribe artículos de opinión en la prensa: ¿Cómo ve el periodismo cultural?
Me gusta.
Y ahora que me están solicitando colaboraciones aprovecho y me quito la
espinita de escribir en otros ámbitos. Tengo muchos amigos que trabajan en ello
y actualmente está complicado, como todo. Sin embargo, quizás ahora se está
remontando. Se está acercando a unos buenos momentos. Soy optimista. Veo que
hay mucha actividad. Tengo esa percepción. Hay un resurgir de medios. De hecho,
Mª Ángeles Robles, que es periodista, acaba de publicar una revista digital que
se llama CaoCultura, en la que
también colaboro, junto con José Manuel Benítez Ariza, Manuel Ruiz Torres…
¿Qué otros proyectos tiene?
Además de seguir editando la revista, me gustaría dar el salto a la narrativa. Tengo un proyecto de novela, a largo plazo, pero de momento quiero publicar un libro de relatos, de cuentos.
Además de seguir editando la revista, me gustaría dar el salto a la narrativa. Tengo un proyecto de novela, a largo plazo, pero de momento quiero publicar un libro de relatos, de cuentos.