lunes, 29 de mayo de 2023

Elecciones artificiales (VII)

  

    Ahora resulta que el muerto quiere resucitar. Cuando todo parecía acabado, incluso esta serie de reflexiones sobre las urnas y sus circunstancias, viene el doctor y se pone a realizar su último experimento, el definitivo: dar vida a un despojo. Como mucho, nacerá un monstruo, dicen los más utópicos, un ser informe, amasijo de carne cosida con apresuradas puntadas. Los más escépticos piensan que hace falta mucha electricidad para dar vida a la chacina. Pero el doctor maneja bien sus tretas y artilugios. Sabe cuándo apretar el botón, cuándo subir la tensión... Es el momento de la vida artificial, la del verano y sus sombrillas. Nada mejor que la época estival para desafiar a los dioses. Resucitar un despojo en verano, con tanto calor y podredumbre... ¿No sería mejor esperar los fríos de diciembre? Hay que ser entendidos en biología extrema, en embutidos sazonados, en congelados de alta mar, para comprender el arte del revivir de un día para otro. ¿Se imaginan que el engendro garrapiñado, el puzle vital, se arranca a cantar por soleares en pleno mes de julio? Es cierto, la luz está por las nubes y se necesita mucha potencia para rehabilitar a un acribillado San Sebastián que disfruta de las olas y el sol como último recurso existencial.

miércoles, 24 de mayo de 2023

Elecciones artificiales (VI)

 

  No se puede ni pasear tranquilo. La gente está desatada. Hablan sin parar sobre los proyectos de los partidos políticos. Discuten cada punto del programa. Se enredan en largas discusiones sobre movilidad, economía o urbanismo. He visto a gente dialogando mientras se abría el semáforo. Jamás vi cosa igual, discusiones sobre el centro histórico en el bar, dando la espalda al partido de fútbol. Un policía ha tenido que moderar un debate en la sala de espera del centro de salud. Los medios de comunicación reciben miles de cartas y llamadas para pedir información. Hay ferias en las que se ha prohibido la música, para no entorpecer los rifirrafes políticos. Pararon un partido de baloncesto para discutir sobre educación en un tiempo muerto. Te aborda cualquiera por la calle y te dice lo que piensa. Es mejor no salir de casa. Incluso los niños aconsejan a sus padres. Exigen ser tenidos en cuenta. He visto al perro de mi vecino olisquear un folleto electoral... La gente no para de hablar y valorar, da igual si es la cola de la panadería o la ferretería. He visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves en llamas más allá de Orión...

lunes, 22 de mayo de 2023

El silencio que baja

    El silencio de las noches acompaña a todos los seres que escuchan. Hay silencio en las casas vacías y en el campo. Sabemos que siempre llegará el silencio. El viento que viene de las peñas no ayuda. Parece que duele, que incomoda a la bestias y que trae malos presagios. No me digas que es un viento amable, no te creo. Mueve las ramas de los árboles y sacude los recuerdos. Los animales lloran como bestias. Saben más que nosotros del tiempo y las horas. El silencio de las noches baja de las peñas, entre sombras, y merodea por el pueblo. Ya nada volverá a ser igual. Hasta las bestias lo saben. Solo el ruido de las mentes tristes hace frente al silencio dañino de la noche. Los árboles y la lluvia siguen a los suyo, ofuscados con el ciego devenir. Menos mal que llegará la mañana, con sus chimeneas, con los pitidos del panadero y con la ilusión de haber derrotado otra vez al silencio.

sábado, 20 de mayo de 2023

Elecciones artificiales (V)

     

    Acabamos con la V de victoria, que es lo que todos persiguen y todos alcanzan. Hoy nadie pierde porque nadie puede perder. Pero la V también es de visitante. Me acuerdo de la serie aquella en la que unos lagartos comían roedores como aceitunas. Los reptiles y sus semejantes siempre se alimentan de roedores. Se ponen máscaras humanas, pero son reptiles. Van disfrazados de humanos, bellos y sonrientes, pero luego comen roedores como si fuesen pipas. A la hora de la verdad, el roedor acaba en la tripa del lagarto prometedor. Nadie pierde. Los lagartos han diseñado un mundo a su medida. Ha llegado la hora de la victoria, claro. La rebelión contra los reptiles, contra los dinosaurios. Pero no es nada fácil. Saben camuflarse tras la piel del humano. Y para ser lagartos extraterrestres, la verdad sea dicha, no tienen nada que envidiar a los homo sapiens. Por eso nos seducen, con sus tretas y engaños. Pobres roedores... Sabemos lo que nos espera y acudimos cada cuatro años a la cita. Es el ritual de siempre, ver cómo se arrancan la piel humana para mostrar su rostro de reptil irracional. Han vuelto a ganar y volverán a ganar. Ni el sabio de Hortaleza lo tenía tan claro.

domingo, 14 de mayo de 2023

El despojo de Conil


  Unos decían que era un delfín, otros un cocodrilo y otros un avestruz. Los bañistas se quedaron embelesados, dando vueltas al amasijo de carne enrevesada. Como no había biólogos cerca para librarnos de tanta incertidumbre, nuestro cerebro comenzó a elaborar hipótesis. Es una reacción asociada a la supervivencia. Lo desconocido siempre es una posible amenaza. Para tranquilizarnos, necesitamos una interpretación que conecte lo nuevo con lo que ya sabemos. Además, lo monstruoso también nos atrae, cierto. Sentimos placer al contemplar lo nunca visto. Otra vez la selección natural. La curiosidad nos empuja a observar. Así que exploramos nuevos territorios para ampliar los espacios de vida. Pero pronto nos dimos cuenta de que era imposible descifrar el misterio del despojo marino. El interés fue decreciendo y los bañistas se dispersaron. Después de tanta hipótesis, quizás llegamos a una certeza: ese bicho estaba muerto y descompuesto. Y ante esa verdad incómoda, nuestro foco de atención giró. Otra vez el instinto de supervivencia. Al inicio y al final de la vida todo se vuelve igual de amorfo y confuso. La materia vuelve a perder orden, la entropía hace de las suyas y la nada asoma otra vez.

martes, 9 de mayo de 2023

Los marcos de referencia

    
Ilustración de Luis Miguel"MOGA"

    
   Acaba de aparecer en las librerías Mil cerebros (Tusquets, 2023), una obra de divulgación científica que propone “una nueva teoría de la inteligencia”. El autor es Jeff Hawkins, ingeniero informático que investiga desde hace años en el campo de la neurociencia. Nos cuenta de forma clara y rigurosa cómo ha llegado a formular una nueva teoría sobre el cerebro. Su lectura atrapa porque transmite pasión por la investigación teórica y experimental, desde la honestidad intelectual y el deseo de saber.

    Nuestro cerebro maneja modelos de la realidad para estar en el mundo e interactuar con él. Con esos mapas del entorno, el cerebro realiza predicciones. Cuando hay algo que no encaja, se modifica el modelo. Jeff Hawkins ha elaborado una explicación: la clave está en los marcos de referencia que llevan a cabo las columnas de neuronas de la corteza cerebral, el neocórtex. Esta teoría permite describir cómo percibimos, cómo nos orientamos en el mundo, y cómo hablamos y pensamos.

    Tenemos unas 150.000 columnas corticales en el cerebro, hilos de un milímetro cuadrado. Cada columna tiene varias capas de neuronas. Jeff Hawkins sostiene cuatro hipótesis. Afirma que cada columna puede aprender modelos de objetos completos. Para ello utilizan células de cuadricula y de lugar. Son neuronas especializadas en construir marcos de referencia, una especie de mapas para ir colocando lo que se percibe. La segunda hipótesis es que esos marcos de referencia básicos son utilizados por el cerebro tanto para crear modelos de objetos físicos como de conceptos abstractos. La tercera es que toda la información se almacena a través de marcos de referencia. Y la última, el pensamiento es una forma de movimiento, de desplazamiento en esos marcos, para localizar y relacionar, como una manera de orientarse en un mapa.

    El cerebro trabaja de forma distribuida. Jeff Hawkins pone en cuestión la teoría clásica basada en las jerarquías. El conocimiento está distribuido en miles de columnas. De hecho, no hay un solo modelo sobre un objeto. Hay miles, de ahí el título del libro. Si tenemos la sensación de que solo manejamos un modelo es porque hay una votación. Es una metáfora, claro. De la intersección de varios modelos, de marcos de referencia y de datos sensoriales diferentes, surge uno común en otro nivel. No hay un centro ejecutivo. El pensamiento abstracto funciona igual.

    La teoría de los mil cerebros alumbra una nueva visión de la mente humana y de la inteligencia artificial. Jeff Hawkins es bastante optimista. Construiremos inteligencia artificial general en las próximas décadas. Pero para ello habrá que cambiar de paradigma. Para que haya máquinas conscientes se requiere una inteligencia artificial flexible. Las neuronas artificiales y el aprendizaje profundo que se está utilizando ahora dan buenos resultados solo para tareas concretas.

    La aplicación de la teoría de los mil cerebros sí puede desembocar en inteligencia artificial general. Se trata de construir máquinas que trabajen como el cerebro, aunque luego puedan ser muy diferentes a los humanos. La clave está en procesar marcos de referencia y entender la mente como un sistema sensomotriz. De ahí que sea necesaria una fusión entre IA y robótica, dos proyectos que hasta hace poco iban por distintos caminos. Los robots utilizan sensores y marcos de referencia para orientarse en sus tareas. Esa es la línea que debe seguir toda la IA. Jeff Hawkins cree que la conciencia artificial puede alcanzarse, basta con generar marcos de referencia para procesar la memoria y la atención. 

     Al autor le preocupa el futuro de la humanidad. Los mayores riesgos proceden, no de la IA en sí misma, sino de las creencias falsas, por un lado, y del dominio del cerebro antiguo, el de los deseos primarios y egoístas, por otro. El cerebro crea modelos del mundo. Vivimos con simulaciones de la realidad que vamos actualizando y corrigiendo. El problema es cuando falsos modelos se extienden de forma viral y nos hunden temporalmente en la ignorancia. El libro arranca con la neurociencia y termina con las grandes preguntas filosóficas del ser humano.

domingo, 7 de mayo de 2023

Elecciones artificiales (IV)

  

Obra de Alba Cabrera Francesca Poza

    Recorren las calles y los mercados a pie, aunque les gustaría ir a cuatro patas o de rodillas. Es la forma de demostrar que están al tanto de lo que ocurre en la ciudad real. Pero su caminar es impostado. Se parece a una procesión en la que realizan penitencia por los pecados que van a cometer. Porque ya lo saben. Ya tienen cargo de conciencia. En esa marcha por las calles, exponen sus cuerpos, se ofrecen en sacrificio. Pueden recibir gritos, graves acusaciones, desprecios, incluso empujones. Estos falsos paseos tienen mucho de película de terror. Da la impresión de que las estatuas de bronce han cobrado vida. Los zombis deambulan como pollos sin cabeza, diciendo a todo que sí, cómo no. Estas apariciones descolocan al pueblo, no por inesperadas, sino porque interfieren en las tareas diarias. Los ciudadanos del mercado, de la plaza o de la terraza del bar sufren lo suyo. Sin comerlo ni beberlo, tienen que escuchar frases incomprensibles, galimatías y lugares comunes, conversaciones de ascensor, aforismos de campaña, sentencias incongruentes... Quieren demostrar que son tan humanos como nosotros. Es la marcha del humanismo, la caminata del homo sapiens, un gran paso para la humanidad... Si vienen a tu ciudad es que se preocupan por ti. Si pisan tu barrio es que desean conocer tus necesidades. Es un paseo sociológico, o mejor antropológico. Irán a tu trabajo y a la feria, y allí dirán una frase lapidaria. Como si no supieran lo que significa escribir en el agua o en el albero.