“La poesía vista desde el espacio se ve chiquitita.
Los periódicos, los expedientes, los contratos
no se ven.
Las estadísticas, los mapas físicos, el futuro
no se ven.
La poesía vista desde el espacio se ve chiquitita.”
No todas
las presentaciones de libros cuentan con el lector ideal, Helios Fernández
Garcés, lector que se ha zambullido en una experiencia estética sincera y ha
sido capaz de definirla con dos certeras palabras: “La presencia de la poesía
de David hace que la ciudad hoy sea más tierna y resistente. (…) Palabras
aparentemente contrapuestas, palabras que despliegan mapas. (…) A veces la
resistencia, como valor reivindicado por los de abajo, en el contexto de una
sociedad depredadora, tiende a arrasar, consciente o inconscientemente, todo
vestigio de ternura, de conexión con aquello que nos une. (…) La armadura de
frialdad y distancia que construimos para luchar y protegernos se convierte,
paradójicamente, en la jaula de nuestra propia humanidad. (…) ¿Cómo ayudar a
visibilizar, deconstruir, a través de esos interrogantes, el complejo entramado
de jerarquías de nuestra sociedad neoliberal…?”
Si la
poesía sirve para interrogar al mundo, tendrá que ser a través de la voz de
David Eloy Rodríguez. Si un poema puede transformar el mundo y acabar con el
tedio, será a través de la palabra dicha desde la raíz, desde donde escriben y
hablan los poetas. Porque no todo poema soporta bien el viaje que va del papel
al aire. Sólo unos pocos creadores saben encontrar el tono de lo que anhelan,
de lo que sugieren, de lo que son… Dominar la escena, los tiempos, los gestos,
la mirada, significa saber habitar la respiración del poema y saber
transmitirla con naturalidad.
Todo esto
es posible porque David Eloy Rodríguez (1976) es un creador que utiliza tanto
la palabra escrita como los recursos escénicos y audiovisuales. Ha escrito ya
varios libros de poesía: Chrauf
(1996), Miedo de ser escarcha (2000),
Asombros (2006) Los huidos (2008)… También ha trabajado en el proyecto Su mal espanta, con la Compañía de Poesía La Palabra Itinerante. Ha
escrito libros ilustrados para niños. En Italia ha publicado Il desiderio è un ospite (2012) y ha
sido incluido en la antología bilingüe Canto
e demolizione (8 poeti spagnoli contemporanei) (2013).
Desórdenes (Amargord,
2014) nos muestra los pliegues y recovecos de esta realidad aparentemente plana
y opaca. Lo inesperado sirve para cuestionar la gramática del mundo, su orden. La poesía vista desde el espacio (De la
luna libros, 2014) se adentra en la esencia de la poesía y en la potencialidad
del lenguaje poético. Aparecen las infinitas dimensiones de la palabra. Dos
libros que pueden leerse a la vez, pues son complementarios. En Desórdenes, el poema desvela las
posibilidades no pensadas de lo real. En La
poesía vista desde el espacio, el poema aborda la posibilidad misma de
desvelar algo, la función de lo poético y nuestra relación con la palabra. La
capacidad transformadora de la poesía se concreta aquí en esa construcción de
inesperados espacios vitales, ejemplo de la función liberadora del lenguaje.
DESAPLICACIONES
¿Qué pasaría si no viniese lo esperado?
Si hubiera una tregua, y encarnaran el desmando y las reconcilia-
ciones, si hubiera plácido furor
de ser y no emboscadas.
Desconfiamos de lo mudable, por eso no percibimos su secreto.
Ser libre es, sobre todo, crear espacios de libertad.
Antes de
comenzar la presentación estuvimos hablando con el autor:
¿Cómo son estos dos libros que nos va a
presentar hoy?
Son dos
libros de poemas que han coincidido en el tiempo de su publicación: Desórdenes, editado por la editorial
madrileña Amargord; La poesía vista desde el espacio,
editado por la editorial extremeña De la
luna libros. Desórdenes se acerca
a la aparición de lo imposible, de lo asombroso, de aquello que construye vida
a partir del desorden, de lo sorprendente, de lo inesperado, en sus diferentes
aspectos vitales, en el amor, en las circunstancias de este tiempo y de estos
espacios que nos tocan. La poesía vista
desde el espacio supone pensar y sentir los aprendizajes de todo este tiempo
que uno lleva dedicado a la poesía, viviéndola desde el punto de vista de autor
y lector, en un sentido amplio, vital. Recoge poemas que tratan de la poesía
como forma de estar en el mundo, como forma de vivir, como escritura.
¿Concibe la poesía como una herramienta emancipadora?
Es una herramienta de comunicación
distinta, con una textura especial, con una energía y una fuerza diferentes, y
por lo tanto la considero una herramienta de comunicación esencial y
transformadora, porque lo he vivido y lo siento. La buena poesía, de todos los
tiempos, ayuda a vivir, acompaña a quien la encuentra y señala pistas y
posibilidades para la construcción de mundos mejores. Es una forma de ser, de
estar en el mundo y de participar en la construcción de un mundo mejor.
¿Esa capacidad transformadora conecta con la escena, con el recital…?
El libro de
poemas es un buen vehículo de comunicación con aquellos lectores que se asomen
a la página escrita. Además, de forma complementaria, para amplificar, extender,
y hacer más efectivo y diverso el alcance de los poemas, está la oralidad,
acercar los poemas de viva voz, o aquellas artesanías o elaboraciones escénicas
que procuran mejorar la relación de la palabra con los públicos. Por ejemplo,
he trabajado la conexión de los versos con el flamenco, con la música, con la
imagen, fotografía, audiovisuales, con el arte dramático, diferentes maneras de
hacer que la poesía llegue más y mejor a quien la encuentra.
¿Esa pluralidad de géneros le ayuda en el proceso creativo? ¿Hay trasvase
de ideas de uno a otro?
De toda
experiencia de investigación, de exploración, creativa y vital se aprende y se
vuelve enriquecido del viaje. En cada relación que he tenido con diferentes
artistas, del género que sean, hay un enriquecimiento mutuo, en el diálogo, en
el proceso, sin duda. El poema en el papel es una cosa, en viva voz es otra. El
poema en diálogo con los cuerpos, con las imágenes, con la escena y con los
públicos se transforma, se diversifica, se vuelve más complejo, revela su
esencia, también se simplifica,.. En
fin, los poemas llegan mejor, de otra forma.
¿En qué consiste el proyecto Su Mal Espanta?
Es uno de
esos proyectos donde colaboro con varios artistas. Hace más o menos un año
presentamos un libro-disco, publicado por la editorial Libros de la Herida, incluye poemas recitados, cantados por Daniel
Mata en el Callejón del Gato, ilustrados por Patricio Hidalgo, y que recogen el
espíritu y la energía del espectáculo del mismo nombre. Este libro-disco nos ha
dado muchas alegrías. Lo hemos presentado en muchos lugares, en España y en el
extranjero. Nos ha permitido acercarnos a muchos públicos, muy diversos. Y
tenemos el privilegio de que esté prologado por los poetas Juan Carlos Mestre e
Isabel Escudero, poetas que admiramos.
¿Cómo ve el panorama cultural?
Creo que
pensando y haciendo juntos se puede construir mejor de lo que hay, en mejor
dirección de lo que se ha construido hasta ahora. Me gustaría que hubiera
sincera preocupación por la cultura en las instituciones políticas y que la
cultura no fuera sólo “industria cultural” como en los últimos años se nos ha
hecho creer. La cultura son esas expresiones que más merecen la pena de nuestro
pueblo. Por eso deben ser conservadas y compartidas. La cultura merece atención
por sí misma, porque es útil para vivir y hace mejor la vida, no por el hecho
de convertirse en dinero o tener algún tipo de traducción económica.
¿Qué proyectos tiene en mente?
Andamos muy enredados, en muchas cosas a
la vez. Por estar aquí en Jerez quiero acordarme del espectáculo Deseo, que hemos tenido el privilegio de
estrenar en el Festival Internacional de Dublín, con letras flamencas poéticas
escritas por José María Gómez Valero y por mí. Tiene un elenco de artistas del
que nos sentimos muy orgullosos. Trata de manera interdisciplinar de relacionar
el flamenco con la poesía, la creación audiovisual, con la pintura en directo,
con Patricio Hidalgo. (https://vimeo.com/117420196)