En la cima, la nada.
Pero todo se arriesga por la cima
del amor o del arte.
Escribir
siempre implica algún tipo de compromiso. Quien escribe poemas sin buscar la
belleza, la libertad o la justica cae en una contradicción. En el arte contemporáneo,
cuando las formas y los estilos son infinitos, cuando parece que todo vale, ese
compromiso es esencial para identificar el acto creativo verdadero. Pero no se
trata de pintar o escribir para fines externos a la propia obra, al propio
hacer, pues se perdería la autonomía de la creación. Se trata de un compromiso,
ante todo, con la obra misma, con cada trazo, con cada palabra, con una
sensibilidad determinada o con unas ideas. Ese compromiso, si es sincero, se
funde con el estilo. Entonces, hablamos de un artista auténtico.
La
Fundación Caballero Bonald contó el jueves pasado con las palabras de una
creadora comprometida con los clásicos y con las mujeres. Del mismo modo que no
puede haber literatura o filosofía sin los griegos, tampoco es comprensible una
democracia sin la lucha por la emancipación de la mujer. Amar a los clásicos no
significa quedarse en el mero barniz erudito. Si así fuese, sería una traición.
Amar el mundo clásico consiste en pensar sus problemas, que siguen siendo los
nuestros, y sentir con sus cuerpos, que siguen siendo también los nuestros.
Releemos la poesía griega para saber sentir y pensar con mesura y atrevimiento,
y así poder ser más libres cada día. Y si ellos establecieron los cimientos de
la democracia, nuestra labor es llevarla donde ellos no alcanzaron. Aurora
Luque, como escritora y editora, ha recuperado voces olvidadas de mujeres,
voces muy valiosas pero tristemente ignoradas. Dos compromisos, pues, con los
clásicos y con la igualdad.
Josefa
Parra resaltó la capacidad productiva de la autora. Es difícil resumir sus senderos
creativos sin verse desbordado por la admiración. Aurora Luque (Almería 1962)
es poeta, traductora, editora y profesora. Ha traducido a los poetas griegos y
latinos. Ha dirigido colecciones de poesía. Y ha recibido premios por sus
libros de poemas. Hiperiónida fue
Premio García Lorca de la Universidad de Granada en 1982. Problemas de doblaje recibió un accésit del premio Adonais en 1990.
Carpe noctem se hizo con el Premio
Rey Juan Carlos en 1994… Todas estas tareas las desempeña, como se percibe al escucharla,
con la alegría del que sabe aprovechar el momento oportuno, el presente, para
encontrar la excelencia.
Aurora nos
presentó dos libros, atravesados por su amor al mundo clásico, por la
sensibilidad mediterránea y por los problemas de nuestras sociedades. Sus
poemas recuperan y actualizan ese saber vivir de los griegos, una sensualidad
racional que invita a disfrutar con naturalidad de lo cercano, del mar, del
cuerpo y de la palabra. Los mitos nos sirven para traducir inquietudes
universales, por eso siempre están ahí, como modelos, como bellas sugerencias.
La poesía de Aurora Luque está empapada de una sabiduría clásica sincera, es
decir, aquella que utiliza las metáforas y las imágenes, no para quedarse en la
mera apariencia, sino para encontrar los senderos del placer y de la
inteligencia en cada gesto cotidiano.
Personal
y político está editado por
la Fundación José Manuel Lara. Contiene poemas que proceden de diferentes
experiencias. Algunos son críticas al modo de vida que llevamos. Otros son
reflexiones que nacen de viajes, observaciones, personajes literarios o
televisivos… Aurora sabe intercalar la experiencia personal, la crítica social
y el trasfondo literario. Ofrece poemas muy variados. Su libertad creativa se
concreta en temas y tonos muy diferentes. Nos leyó el poema Temporada de cruceros, un poema que
utiliza la estructura del conocido poema de Cavafis, Ítaca, para analizar las contradicciones y absurdos de los actuales
viajes organizados. Frente al viaje esencial, está el viaje de consumo, el
programado. Quizás ese poema recoja muy bien el impulso poético y crítico de
Aurora: sensibilidad griega para estar vivos en un mundo homogéneo y aburrido.
También nos leyó este certero poema sobre Grecia, sobre Europa, sobre nuestra
civilización…
REALISMO
El único final feliz es el de Ulises.
Por lo demás, qué realismo en Grecia.
Los amores se truncan, el deseo
se transforma en un deseo ingobernable,
la ceguera convierte a un hombre en títere.
Orfeo, solitario, se deprime.
Fedra se rompe por un jovencito.
De Ariadna se sirven como de un cerrajero.
De Helena triunfa, en cambio,
la belleza soberbia que quisiéramos
saber escarnecida. La guerra ha sido inútil:
¿cabe más realidad?
No comieron perdices. Nunca fueron
demasiado felices los helenos.
No nos dan para un guión americano.
No nos dan para un guión americano.
La autora,
muy amablemente, conversó con nosotros minutos antes de comenzar su
intervención.
¿Por qué dos libros, ahora?
Surgen
porque llevaba tiempo sin publicar poesía; entonces se han concentrado en estos
meses. No sólo son estos dos libros, también dos antologías que salieron en
otoño, una en Pretextos y otra en Fondo de Cultura Económica. Y estos dos
libros que hoy presento: uno es de poemas inéditos hasta ahora, Personal y político; el otro, Cuaderno de Flandes y otros poemas, la
mitad también es de poemas inéditos, y la otra mitad es una antología de mis
libros anteriores. Este libro es bilingüe, francés-español.
Pregunta
difícil. Cada poeta, cada lector, debe encontrar ese sentido, pero algo debe
tener escribir cuando seguimos en ello. Realizamos una actividad a veces muy
poco reconocida, con escaso calado social. Pero quien se dedica a esto, tanto a
escribir como a leer, se apasiona y mantiene muy viva la tarea. No concibo mi
vida sin poesía. Al escribir van surgiendo preguntas, no respuestas. Voy de
libro en libro. La poesía es el filtro a través del cual veo la vida.
¿Cómo aparece un poema?
Brotan de
maneras muy diferentes. Precisamente en el libro Personal y político surgen de manera distinta a otros libros. Unos
nacen de notas de diario de viaje. En lugar de redactar esas notas en prosa,
veía destellos, impresiones, verdaderos gérmenes de poemas. Y otros surgen de
personajes de series de televisión, la nueva épica. Como estudiosa y aficionada
del mundo clásico he detectado que muchos protagonistas exhiben gran fuerza
poética, trágica, como, Heisenberg, en Breaking
Bad. Lo que me llevó a dialogar con ellos, con esos mundos, a través de los
poemas. Es un libro más abierto, inmediato; quizás en otros libros he
interiorizado más o he condensado más las reflexiones. Cada época tiene unas
exigencias, unos lenguajes. Esta época de crisis pedía estos temas.
¿Por qué es el mundo clásico tan importante para usted?
Porque
decidí muy pronto que amaba la literatura, que quería dedicarme a la
literatura. No sabía muy bien cómo, pero descubrí muy pronto que debía comenzar
por el principio. Y en el principio estaba Grecia. Si quería entender la
literatura posterior, pensé que debía estudiar filología clásica porque así iba
a estar en contacto con esos poetas tan fundamentales y tan hermosos. Y me
ocupó tanto que quizás descuidé otras épocas, otras literaturas, hasta el punto
de dedicarme a traducir a esos clásicos. Ahora voy a publicar otro libro más,
en Acantilado, en abril, que es una antología de poesía del mar en Grecia. He
hecho la selección, desde Homero a los epigramistas tardíos, y Quinto de
Esmirna, que completa, de manera un tanto artificial, la épica entre la Ilíada
y la Odisea. Fragmentos que hablan del mar desde puntos de vista muy distintos,
con matices, con una riqueza… No hay poeta griego que no hable del mar. Es un
libro que he seleccionado y traducido porque me hubiera gustado haberlo tenido
ya, haberlo leído, que alguien lo hubiera escrito ya. Como no existía me puse a
hacerlo poco a poco. Y me he enamorado todavía más de los griegos.
Se palpa esa sensibilidad mediterránea en sus poemas…
Nací en
Almería. Nunca he vivido lejos del mar. Ahora vivo en Málaga. El mar me
alimenta. Me llena de energía. Además, también es fuente de intuiciones. Y hay una
grandísima tradición de poetas mediterráneos que vehiculan una forma de ver el
mundo y que deberíamos cuidar un poco más, porque es una manera muy sabia de
vivir. Por eso los griegos inventaron todo lo que inventaron, un buen vivir, un
hedonismo sobrio basado en atender a lo verdaderamente importante. Por eso la
filosofía surge allí, porque se trata de ir a lo esencial y de no perderse en
cosas absurdas que no nos ayudan a disfrutar de la vida.
Usted ha recuperado a mujeres olvidadas: ¿queda todavía mucho por avanzar
en igualdad en la literatura?
He tomado como compromiso personal y literario rescatar, en traducciones o estudios, autoras desconocidas, sorprendentemente, como la dramaturga María Rosa de Gálvez o como la embajadora republicana Isabel Oyarzábal, malagueña, la primera mujer embajadora en España, que escribió unos diarios magníficos, en inglés (era bilingüe, de madre Escocesa). También he traducido a Safo… Ese es mi compromiso. También en este nuevo libro, Personal y político, hago homenajes a maestras puntuales, micromagisterios que he tenido en muchas épocas. Lecturas de Virginia Woolf o Ana María Matute, o de Mujercitas. Me he dado cuenta, con el tiempo, de que un personaje de ese libro, Jo, me ayudó a dar un paso, a ser lo que ahora soy. Es un intento de reconocimiento, de pagar ciertas deudas, de lo que me han dado vitalmente esas escritoras, como Emily Dickinson o la música de Cesária Évora…
http://www.lavozdelsur.es/roedores-de-cultura
He tomado como compromiso personal y literario rescatar, en traducciones o estudios, autoras desconocidas, sorprendentemente, como la dramaturga María Rosa de Gálvez o como la embajadora republicana Isabel Oyarzábal, malagueña, la primera mujer embajadora en España, que escribió unos diarios magníficos, en inglés (era bilingüe, de madre Escocesa). También he traducido a Safo… Ese es mi compromiso. También en este nuevo libro, Personal y político, hago homenajes a maestras puntuales, micromagisterios que he tenido en muchas épocas. Lecturas de Virginia Woolf o Ana María Matute, o de Mujercitas. Me he dado cuenta, con el tiempo, de que un personaje de ese libro, Jo, me ayudó a dar un paso, a ser lo que ahora soy. Es un intento de reconocimiento, de pagar ciertas deudas, de lo que me han dado vitalmente esas escritoras, como Emily Dickinson o la música de Cesária Évora…
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