¡Tantas ideas! Ahora nos damos cuenta de que tenemos muchas ideas, millones de creaciones surgidas de las mejores intenciones. Nadie se pregunta qué será de todas estas imágenes. ¡Tantas ideas! Ahora hemos visto, entre los árboles, que los malditos roedores piensan y crean. En el enmarañado bosque de pálidas luciérnagas las ideas son simples sombras de hojarasca. Nadie se preguntará por las ilusiones de los roedores. ¿Será el bosque, con sus recovecos, una maldición o una trampa? ¿Para qué tantas creaciones? ¿Dónde quedarán? Recordad que todos los signos, símbolos, y significados nacieron de la miseria. Somos fruto de una miseria muy compleja. Veo Venus y Júpiter, hoy, al lado de la Luna, y me acuerdo de todas las ideas forjadas por la vieja humanidad, como si fueran algo, algo más que las sombras del bosque. ¡Tantas ideas! No despertarán, nunca, como si fuesen un mensajero enviado a un cometa. No despertarán porque las ideas no duermen. ¡Cuántos poemas ocultos! Si pudiéramos al menos modificar la luz... ¡Cuánta semántica! ¡Cuánta sintaxis! Todo olvidado.