viernes, 25 de mayo de 2018

JARDÍN SUR

 
Ana Erman
      Pertenecen a las profundidades de los bosques, y algunas tardes lluviosas de mayo habitan los claros. Son seres muy raros, ingenuos, gente atrapada en sueños. Enredados en la escritura de la vida o en el diseño del cosmos, son criaturas de las raíces, impregnadas de olores exóticos y cercanos. Aprovechan los días nublados para retar al Sol y leer a Cyrano. Gozan con la siembra porque saben que la felicidad nace en vísperas. Pertenecen a las sombras y escuchan el rumor de la Luna para trasladarlo al libro secreto que siempre están escribiendo o al cuadro imposible que nunca acaban de pintar. Buscan lo humano desde los sombríos, donde la humedad recuerda el origen a cada paso. Son seres estrafalarios y vanguardistas, capaces de habitar en una viñeta sin salida. Escurridizos como los roedores, son temidos y pisoteados con salvaje irracionalidad. Viven siempre al sur de los bosques. Y las tardes lluviosas de mayo imaginan otro universo, el jardín sur.