miércoles, 26 de noviembre de 2014

ÉTICA DE ROEDORES XXXVIII: LETRAS

   Inventaron las siglas para no pensar. ¡Qué cansancio! Tanto detalle, tanto caso concreto, no nos conduce a nada, dijeron. Pensaremos con siglas y contra siglas, suspiraron, muy tranquilos. Las inventaron por comodidad. Así, bastaba pronunciar dos o tres letras para emitir un certero juicio, un económico juico. ¡Qué cansancio! Tanto detalle, tanto caso particular, tanta realidad... Desde que se inventaron las siglas, los cerebros consumen mucha menos energía. ¡Cuánto derroche! Son siglas ecológicas, letras que salvarán al mundo, letras que piensan por mí. Ya sean consonantes o vocales, me evitan enredarme en el ruinoso mecanismo de pensar. ¡Si son mayúsculas, es suficiente! Pero el roedor añora los viejos tiempos, cuando lo importante era elegir bien el sendero, el camino entre las hoja secas, entre el olor a humedad, cuando cada detalle era un mundo. Las siglas acabaron con el bosque. ¡Qué cansancio! ¡Cuántos detalles! Menos mal que los sabios dinosaurios nos regalaron las siglas, juicios condensados para la eternidad, juicios ajenos al tiempo, siglas...