sábado, 11 de junio de 2022

La pegatina II

     Ya la han quitado. Justo el mismo día en el que me llegó al buzón propaganda electoral de un partido político distinto. Será un casualidad. De la contigüidad espacial y temporal de dos hechos no puedo deducir una relación causal de buenas a primeras. Pensé, desde mi ingenuidad, que vería envejecer la pegatina. No ha llegado ni a la adolescencia, la pobre. No ha durado ni la mitad de la campaña electoral. Quedan unos restos, los que siempre se resisten a salir del primer tirón. Arrancar una pegatina es un acto técnico que requiere pericia. Con lo fácil que es ponerla... El que la ha quitado no estaba pensando en hacerme un favor y limpiar mi fachada. Si fuese así, no habría dejado esos restos. Es la guerra de los carteles, la lucha por el espacio. Cada vez se ponen menos, pero sigue habiendo disputas. Son como niños, basta que uno ponga elija un sitio para que se le antoje al otro. De repente, aquel insignificante rincón se convierte en el enclave estratégico que todos quieren conquistar. Se trata de una dialéctica espacial, o algo así. El empujón sustituye al argumento. Creen que ahí se van a fijar los indecisos, porque todos los que no han decidido su voto pasan por ese rincón. Si el espacio físico fuese infinito, no tendría gracia. Es lo que ocurre con la red, por eso es más aburrida la campaña en ese entorno virtual. Aunque habrá intentos de piratear los anuncios digitales.... No vaya a ser que los indecisos que visitan esa página...

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