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Chiharu Shiota |
Ya sé que no temes ni a Teseo ni al Minotauro. Sé que entrarías ahora mismo, sin miedo, en cualquier laberinto y que desembarcarías en Naxos infinitas veces. Mas los que desconfiamos de Poseidón, en nuestro tormentoso y eterno regreso, urdimos emarañados y obsesivos laberintos cerebrales. Ya sé que en astucia igualas al protegido de Atenea. Sé que eres capaz de acabar con los terribles monstruos, ya sean quimeras o lestrigones. Pero los que regresamos vivimos aturdidos por la incertidumbre que acarrea todo viaje. ¡Si fuésemos capaces de liberar nuestra inteligencia de esas bellas ataduras de acero, tan fuertes que ni los envidiosos dioses pueden desatar...!