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Francis Bacon |
Recuerda que todas las arterias conducen a Roma, recuerda. Jamás menosprecies una víscera. Hasta una calle muerta, como la calle Francos, tiene las suyas, formas orgánicas fuera de lo común, mentes creativas que cultivan el caos. Recuerda que las venas transportan el humus secreto del universo, recuerda. Y que las máscaras nos miran y derraman desidia. Las máscaras, recuerda. En el Damajuana tramamos el orden del mundo, la disposición de los seres, la bifurcación de los canales. Porque habrá un orden irreconocible para las mentes cansadas y cobardes, un orden travieso que se escurre entre los dedos. Recuerda que las vísceras arrojan ideas sobre un viejo balde de zinc, para que los cerebros sientan envidia de los riñones. No estamos acostumbrados a la poesía de los mataderos, claro que no. Nadie puede vivir con semejante culpa. Aunque no es desazón suficiente como para crear otro mundo. En la calle Francos, la muerta, las vísceras se revuelven, se agitan, impacientes, y añoran tiempos mejores, pero no tan creativos. Recuerda que todas las entrañas poseen memoria del futuro, tanta como para vivir sin el azogue de los malditos espejos. Manuel del Valle enseña gramática al tiempo.