Zimoun |
Ni la izquierda ni la derecha saben qué hacer con él. La
clase trabajadora no entiende de patrias ni de fronteras, dirán unos. La nación es
una, indivisible, dirán otros. La nación, dirán unos, está formada por la
clase trabajadora, no por los parásitos burgueses. La nación, dirán otros, ha
sido construida por los empresarios, emprendedores, gente que, además de
arriesgar su capital, protege en su castillo las esencias de la tradición. Y
los demócratas a secas, los que afirman que todo lo decide el pueblo, no lo
tienen menos difícil, porque nada puede ir en contra de la Constitución,
elegida por el pueblo. Aunque nada hay más democrático que votar para cambiar
esa Constitución o para diseñar un nuevo Estado.