Aunque hoy se confundan, pensar, escribir y publicar son
actividades diferentes. La obsesión actual por publicar se traduce en datos.
Cada año suelen aparecer en nuestro país entre cuatrocientas y quinientas
editoriales nuevas, sin contar a los autores-editores. Y el número de títulos
anuales ronda los setenta mil. La industria editorial genera al año unos tres
mil millones de euros en España y da trabajo a más de treinta mil personas. Las
mesas de novedades de las librerías no dan abasto y los libreros deben realizar
una selección cruel, por motivos de espacio.
Miguel Parra |
Cuando hablas
con alguien y le dices que te dedicas a dar clases de filosofía, te suele preguntar
si eres filósofo y publicas libros. Y si eres científico y trabajas en un
proyecto de investigación, sabes que una de las formas de evaluarte va a
consistir en comprobar cuántos artículos has publicado y en qué revistas,
porque no todas valen igual. Bruno Latour y Steve Woolgar en su libro “La vida
en el laboratorio” describen, como si fuesen antropólogos, lo que ocurre en los
centros de investigación. El objetivo de todas las acciones y procesos es
obtener un producto final, el artículo. No es de extrañar que la cienciometría
y la bibliometría sean casi lo mismo. La primera se encarga de estudiar la
producción científica, pero resulta que cuantificar las publicaciones es la
clave hoy en día. Si no publicas en revistas especializadas de gran impacto, no
existes como investigador.
Sartre
(1905-1980) escribía constantemente, tanto que no dedicaba el tiempo suficiente
a revisar y corregir. Lo importante era escribir y publicar, para transformar
el mundo… Corregir y revisar, preocuparse por el estilo, lo consideraba una
actitud burguesa. Escribía en cualquier sitio, en el café o en el cuartel. “El
ser y la nada” es una obra demasiado extensa. Escribe tanto, que sus proyectos
de publicación nunca terminan por cerrarse. Husserl (1859-1938), el padre de la
fenomenología, tampoco lo hizo mal. Sus obras abarcan cuarenta y cinco mil
folios. Y utilizaba una taquigrafía especial. En el libro “En el café de los
existencialistas” (Ariel, 2016), Sarah Bakewell describe la odisea que
sufrieron sus escritos al llegar los nazis al poder. El proceso de edición de
sus obras completas continúa.
Pero puede haber pensamiento sin escritura, y
escritura sin publicación. A lo largo de la historia ha habido y habrá grandes
pensadores que no necesitan pasar al papel sus ideas, bien porque les guste
dialogar, en el ágora o en los medios de comunicación, bien porque simplemente
piensan para un entorno muy reducido. Quizás no les importe la divulgación de
sus ideas ni que perduren en el tiempo. Conciben la filosofía más como una
actividad práctica que como una producción de documentos. Y los hay que
escriben muchísimo y casi no publican.
Leibniz
(1646-1716) quizás sea uno de los autores que más escribió y menos publicó en
vida. Doscientas mil hojas en siete lenguas, nos dice Eberhard Knobloch en el
artículo “El arte de editar a Leibniz” (Investigación y Ciencia, mayo de 2013).
Sus escritos incluyen cartas, tratados, esbozos, comentarios,.. El cuarenta por
ciento está escrito en latín, el treinta en francés y el quince en alemán.
También hay escritos en inglés, holandés, italiano y ruso. Sin embargo, en vida
sólo publicó una obra larga, “Teodicea” (1710). Escribía hasta en los márgenes
de los libros y documentos.
El pensamiento de Leibniz abarcó todas las ramas del saber. Desarrolló
el cálculo diferencial e integral, la combinatoria y la lógica. Se le puede
considerar uno de los padres de la computación. Diseñó una máquina de calcular
y el sistema de numeración binario. En filosofía se preocupó por la relación
entre alma y cuerpo, el problema del mal, el conocimiento… La edición académica
de sus obras completas está en marcha, pero aún quedan varias décadas para que
se complete. En español también hay un proyecto de edición. Este trabajo se
coordina desde la Universidad de Granada. Hay previsto publicar veinte
volúmenes, con la editorial Comares. En www.leibniz.es
se puede conocer el proyecto en su totalidad.