miércoles, 2 de septiembre de 2015

MARÍA MELERO EN LA SALA BARBABLANCA

La irracionalidad brota cada vez que el pincel se aproxima al lienzo y los colores planos imprimen a las figuras una existencia inquietante. Los seres híbridos arrastran nuestra sensibilidad hasta las zonas más sombrías de la humanidad. Los animales, atrapados en una quietud ancestral, nos recuerdan que el dibujo nació del miedo y que los abismos interiores jamás serán conquistados. La simplicidad de los cuerpos transmiten nuestra relación, ambigua, cruel, con la naturaleza. Trazos a veces agresivos, a veces ácidos. Trazos. Líneas. Puntos. Origen. María Melero nació en Jerez y comenzó a dibujar. Ni sus estudios de Arquitectura ni de Ilustración y Diseño Publicitario lograron exterminar ese impulso. Quizás ser conscientes de las limitaciones de la realidad física sea el único camino para saber esbozar nuestra historia con libertad. Y ser libres en arte significa crear un estilo. Los senderos creativos de María Melero recorren la iconografía de Goya, del Renacimiento o del tatuaje tradicional. Así ha surgido su forma de trabajar en las obras dedicadas a la ilustración, el diseño y lo otro. Decía Max Zoster que la esencia de la ilustración reside en la capacidad de olvido. Lo otro es el impulso creativo que tiene sentido en sí mismo y te obliga a exponer, lejos de las revistas, lejos de las tazas, cerca del sueño primordial. Ha trabajado en el campo de la ilustración editorial, merchandising para South 36-32N, Galería No-Lugar, con Cristina Galeote, para revistas como Finerats, Oh! Dear zine o Zunder, para empresas de arte y diseño, coma la mexicana Dear deer o No Time Comunicación. Ha participado en numerosas exposiciones en España, en San Francisco, Japón, Australia. Exposiciones para La Mano Zurda en Madrid, para el Estudio Gráfico Malla en Cádiz… mariamelero.blogspot.com.es. Y lo importante es dibujar, cada día, para escondernos entre las líneas y reconstruir aquella trama personal, para que vean que se puede vivir de la libertad.