La irracionalidad brota cada
vez que el pincel se aproxima al lienzo y los colores planos imprimen a las
figuras una existencia inquietante. Los seres híbridos arrastran nuestra
sensibilidad hasta las zonas más sombrías de la humanidad. Los animales,
atrapados en una quietud ancestral, nos recuerdan que el dibujo nació del miedo
y que los abismos interiores jamás serán conquistados. La simplicidad de los
cuerpos transmiten nuestra relación, ambigua, cruel, con la naturaleza. Trazos
a veces agresivos, a veces ácidos. Trazos. Líneas. Puntos. Origen. María Melero
nació en Jerez y comenzó a dibujar. Ni sus estudios de Arquitectura ni de
Ilustración y Diseño Publicitario lograron exterminar ese impulso. Quizás ser
conscientes de las limitaciones de la realidad física sea el único camino para
saber esbozar nuestra historia con libertad. Y ser libres en arte significa
crear un estilo. Los senderos creativos de María Melero recorren la iconografía
de Goya, del Renacimiento o del tatuaje tradicional. Así ha surgido su forma de
trabajar en las obras dedicadas a la ilustración, el diseño y lo otro. Decía
Max Zoster que la esencia de la ilustración reside en la capacidad de olvido.
Lo otro es el impulso creativo que tiene sentido en sí mismo y te obliga a exponer,
lejos de las revistas, lejos de las tazas, cerca del sueño primordial. Ha
trabajado en el campo de la ilustración editorial, merchandising para South
36-32N, Galería No-Lugar, con Cristina Galeote, para revistas como Finerats, Oh! Dear zine o Zunder, para empresas de arte y diseño, coma la mexicana Dear deer o No Time Comunicación. Ha participado en numerosas exposiciones en
España, en San Francisco, Japón, Australia. Exposiciones para La Mano Zurda en
Madrid, para el Estudio Gráfico Malla en Cádiz… mariamelero.blogspot.com.es. Y
lo importante es dibujar, cada día, para escondernos entre las líneas y
reconstruir aquella trama personal, para que vean que se puede vivir de la
libertad.