1.
LA NATURALEZA.
Los filósofos y los científicos han estudiado la naturaleza
con tal profundidad que se han visto, en muchas ocasiones, atrapados por ella.
En las discusiones éticas es un término que se utiliza para dar por cerrada una
discusión. Seguir la naturaleza y obrar de acuerdo con la naturaleza
significaba seguir el camino del sentido común y la razón. Aquellos que tenían
la palabra y ponían nombres a las cosas apelaban a lo natural generalmente para
establecer normas y para clasificar acciones. En la vida cotidiana las personas
no suelen necesitar esa labor constante de etiquetado. Las acciones se llevan a
cabo y punto. Las prácticas sexuales y eróticas suele ser etiquetadas para
controlarlas. Por eso las gentes, las personas, no necesitaban una teoría de lo
natural. Los gobernantes, educadores, predicadores y psiquiatras sí necesitaban
esa teoría.
El término naturaleza siempre
ha incluido una carga de valores muy variada. Por naturaleza o natural se ha
entendido:
a)
La
naturaleza es el conjunto de fenómenos físicos, biológicos, geológicos, etc.,
que observamos. Es una definición aristotélica que se desarrollará, por
ejemplo, en la Ilustración.
b)
La
naturaleza es la esencia de algo, aquello que define necesariamente a un ser.
El lo propio, frente a lo ajeno. La metafísica tradicional todavía no ha
abandonado esta categoría.
c)
La
naturaleza es el principio interno (esencial) de movimiento de un ser. Es lo
intrínseco frente a lo extrínseco. Desde los pensadores presocráticos hasta la
filosofía de la biología actual, el principio de movimiento y la natural se han
identificado.
d)
Lo
natural es lo normal. La naturaleza establece el patrón de comportamiento. Lo
anormal va contra la naturaleza, contra las leyes de la naturaleza. Debe ser
aniquilado.
e)
Lo
natural es lo bueno. Una vez interpretada la ley, natural, aparecen lo bueno y
lo malo. La naturaleza es buena en sí misma. Los que no comprenden esa bondad o
son poco inteligentes o actúan buscando su malvado interés.
f)
Lo
natural es lo racional. La ley natural la capta cualquier ser racional. El
poder lo único que hace es ayudar a esclarecerla y obligar a que se cumpla.
g)
La
naturaleza es la finalidad de las cosas. Las cosas son para algo. Todas las
cosas tienen un fin. Existen para algo. El cuerpo humano sigue unas pautas
naturales. Cada órgano tiene una finalidad natural. Una vez interpretada
(descubierta) la finalidad de cada órgano, el representante del poder establece
quién está sano , enfermo o es un delincuente que atenta contra lo fijado por
las leyes naturales y divinas.
S. Mill en su obra La naturaleza ofrece observaciones de gran interés. La naturaleza
es la suma de todos los fenómenos junto con las causas que los producen,
incluyendo tanto lo que de hecho acontece como lo que tiene capacidad de
acontecer. Se suele oponer lo natural a lo artificial. Si nos atenemos a la
definición amplia, la naturaleza abarca todo lo que ocurre según sus leyes. Por
lo tanto, las máquinas y aparatos pertenecen al ámbito natural y precisamente
por eso funcionan, porque siguen las leyes de la física. Sin embargo, también
se utiliza natural en el sentido de no
manipulado ni construido por el ser humano. Mill analiza la expresión seguir la naturaleza. Durante mucho
tiempo, modificar el curso de lo natural era visto como algo malo. Lo
artificial estropeaba la perfección divina de lo natural. Y adentrarse en la
técnica suponía invadir el terreno de los dioses. La técnica era un poder
otorgado, cedido con restricciones, por los dioses. Evidentemente, surge la
pregunta de si realmente es posible ir en contra de la naturaleza.
Al analizar el significado
de lo natural tenemos que exponer el significado opuesto, a lo que se opone. Lo
natural ha servido para excluir, controlar, clasificar o aniquilar. Los usos
reflejan conflictos y dinámicas de poder.
Lo que no es natural es
artificial, o una construcción social. Si bien este término ha aportado una
visión crítica y liberadora, puede traer, por exceso:
a)
Paralización
del análisis a causa del estereotipo. Si todo es construido llega un momento en
que no podemos atribuir poderes causales a nada. Per de hecho lo hacemos en la
vida cotidiana. Hacking y los pragmatistas han señalado este exceso. Ugarte
también intuye el peligro y lo comenta cuando habla de Foucault. El
constructivismo radical nos lleva a la arbitrariedad de las estructuras
sociales. Pero si no hay poderes causales reconocibles, toda crítica seria se
desvanece.
b)
Relativismo
e irracionalismo. Si todo es construido, hasta los conceptos constructivistas
también los son. Entonces toda crítica se disuelve en las decisiones y
construcciones de un sujeto o de un colectivo.
c)
Se
oculta lo real. El materialismo de Ugarte o el nominalismo dinámico de Hacking
intenta conservar algún tipo de poder causal en lo real. El materialismo
histórico permite localizar estructuras reales, intereses reales. La necesidad
de mano de obra barata es algo más que una construcción social. Y, enel caso de
Hacking, los síntomas o las acciones de los individuos, aunque encauzadas y
posibilitadas por las categorías , son al más que una mera construcción.
d)
Se
oculta el método de acercarse a lo real. La forma de hablar de ciertos
constructivistas nos conduce al nihilismo metodológico. Su sospecha continua
evita distinguir una verdad de un engaño. El exceso de reflexividad crítica
genera un muro infranqueable. Terminan hablando de sí mismos para justificar su
posición tan radical y se olvidan de los problemas reales. Hay textos sobre
homosexualidad que pueden llegar a convertirse en una reflexión sobre cómo se
ha construido esa propia reflexión...
2. PRÁCTICAS
E IDENTIDADES
En el libro de Javier Ugarte aparecen dos ideas fundamentales:
a)
Las
prácticas son las mismas; las identidades cambian.
b)
El
materialismo es el marco idóneo para comprender cómo surgen esas identidades.
Las relaciones de producción también determinan la constitución de identidades.
La filosofía de
la ciencia de las últimas décadas ha puesto el énfasis en el concepto de
“prácticas científicas”. Autores como Ian Hacking o León Olivé han desarrollado
este concepto. Frente a las teorías basadas en el concepto de representación,
Hacking propone que la filosofía de la ciencia se centre en las prácticas. Si
reducimos el conocimiento a representación caemos en paradojas sin solución o
en el solipsismo más estéril. El concepto de representación lleva a debates
interminables sobre el realismo y el antirrealismo. Frente a las tesis constructivistas, que nos arrastran hacia el
relativismo o el antirrealismo radical, Hacking sugiere una revisión del
realismo.
En Making Up People
realiza un análisis de cómo surgen las
categorías de personas en los contextos sociales. Desde su nominalismo
dinámico, esas clasificaciones son fruto de una retroalimentación, de una interacción
social. Las estadísticas del siglo XIX presentan listados de gente desviada del
patrón oficial. Estas clasificaciones servía para investigar por qué había
suicidio, prostitución, maldad... Hakcing sigue una línea muy parecida a la de
Foucault, pero como muy bien dice María Laura Martínez, pretende caminar entre
el constructivismo y la filosofía analítica en la que se ha formado. La
personalidad múltiple o cualquier otro tipo de enfermedad mental no es
simplemente el resultado de una simple asignación de etiquetas, de palabras.
Hay algo más. En un contexto determinado surgen unos síntomas o unas formas de
comportarse (si hablamos del homoerotismo). Estos acontecimientos son
utilizados por el poder para generar tipos de personas o tipos de enfermedades.
Estas categorías tiene varias fuentes de alimentación. Por un lado el poder las
necesita para ejercer su dominio. Por otro, las personas se incorporan en esas
categorías persiguiendo sus intereses. Esta es la diferencia con los objetos
naturales. Las personas intervienen en las relaciones sociales que generan esa
categorías. En ¿La construcción social de
qué? Hacking muestra muchos
ejemplos de personas que voluntariamente se adscriben una etiqueta, forzando
los síntomas, para poder recibir un beneficio social del poder. Es interesante
ver cómo se genera un bucle que solidifica esas identidades. Pero el bucle no
parte de cero. Las prácticas posibilitan que surja la categoría pero es la
categoría la que abre nuevas posibilidades de comportamiento.
Las prácticas existen y
son múltiples. Las identidades y las categorías también, pero van cambiando con
la interacción social y el choque de intereses sociales. Así entendemos que las
prácticas homoeróticas, que han existido siempre hayan sido categorizadas de diferente
forma. En cierto momento son los mismos protagonistas los que se autoetiquetan
para poder exigir sus derechos como grupo. En otros momentos las etiquetas las
pone el poder para controlar y perseguir. Los intereses sociales y las
estructuras de poder determinan cómo tenemos que ser para poder hacer ciertas
cosas. Los flujos de poder modelan las categorías y las identidades. Los
ejemplos que cita de nuevas enfermedades mentales muestran esas zonas difusas
donde los síntomas toman forma. Los que nos dedicamos a la enseñanza secundaria
hemos observado cómo el niño revoltoso se ha convertido en hiperactivo. Y hemos
observado cómo los padres y profesores dan forma a los síntomas para que
encajen en ese etiquetado. La etiqueta pude servir, en este caso, para
justificar el fracaso escolar, las carencias del sistema educativo, etc.
Javier Ugarte nos explica cómo las definiciones de
identidad, género, lo normal y lo anormal, vienen determinadas por las
relaciones de producción de cada momento histórico. La clase dominante necesita
establecer qué es lo natural para poder controlar los procesos de producción y
de reproducción. La represión y los mecanismos de control impiden que los
ciudadanos se salgan de las relaciones del sistema productivo vigente. Se necesitan
obreros que tenga más hijos, más obreros. Los invertidos son una amenaza tanto
a la autoridad, como a las leyes biológicas, según la ideología dominante.
En cada momento histórico “lo natural” es definido por la clase
que tiene los medios de producción. La nobleza y el clero configuraron una
estructura ideológica que utilizaba una teoría de la “ley natural”. La obra de Santo Tomás se presenta como ciencia
aristotélica. La burguesía, apoyada en los estudios nacientes sobre la
biología, pretende definir lo que es cada especie “por naturaleza”. En las
sociedad postindustrial aparecen las teorías del ser humano. Foucault habla de
saber y poder, formas de saber y formas de poder.
El concepto de
“prácticas” remite a una posición escéptica. Nos recuerda a la crítica que hace
Hume al concepto de yo o de sustancia. Es esencialismo siempre quiere atrapar
la definición esencial de algo. En el caso del género o la identidad sexual,
los esencialistas quieren atrapar lo permanente, lo que no cambia. En el caso
de los pluralistas, las relaciones humanas son múltiples, variadas. No hay una
esencia común.
Conocer es intervenir en la realidad. La ciencia es un conjunto
abierto de prácticas. No hay un límite. Las relaciones sexuales y eróticas son
plurales. Las relaciones humanas son intervenciones en el entorno social. Son
acciones concretas, son creaciones. El modelo esencialista sólo concibe la
pluralidad como variación del modelo original.
3. MODELOS
ESENCIALISTAS
Los modelos esencialistas pueden clasificarse en:
platónicos, tomistas y naturalistas. Los seguidores de Platón intentan utilizar
el concepto de Idea para justificar su apelación a lo natural. Existiría una
Idea de ser humano. Esta Idea generaría un marco normativo para establecer lo
bueno y lo malo. Toda Idea participa del Bien. Por lo tanto al participar de
una Idea nos acercamos más o menos a la Idea suprema. Esta jerarquía de las
Ideas se plasma en un orden social jerárquico y basado en los conocimientos
esenciales que la dialéctica proporciona. Obsesionados por ese orden
trascendente, los platónicos diseñan una ciudad ideal con la estructura del
alma humana. Para que todo funciones bien, cada clase social debe cumplir las
funciones que le corresponden. Este orden forzado proviene del conocimiento de
las Ideas, no de las prácticas reales. De este modo, mientras en la sociedad
griega se llevan a cabo prácticas homoeróticas, los platónicos pretenden
construir un modelo de sociedad basada en la reproducción guiada por la clase
gobernante.
El tomismo, como hemos leído en los textos del curso y en el
libro de Ugarte, parte de un modelo epistemológico diferente, pero tiene el
mismo objetivo: definir lo natural para establecer un control de la
reproducción. Observamos, dicen, que todo ser natural tiende l fin que le es
propio. Observamos, dice, unas tendencias en los seres. Estas tendencias
naturales vienen a desarrollar la esencia de esas sustancias. Si impedimos que
esas tendencias naturales sigan su curso, habremos impedido que ese individuo se
desarrolle como ser humano. Y además de nos alcanzar la verdadera felicidad, se
habrá vuelto contra el creador de esas sustancias. Será, pues, malo, perverso,
antisocial, antinatural y ateo. La ley positiva, las leyes de los Estados,
deben guiarse por ese modelo de “lo natural”.
Más sutil es el
esencialismo naturalista que surge con el auge de la biología y la teoría de la
evolución. Los naturalistas modernos describen, recopilan, clasifican y
explican. Este modelo epistemológico tiene mucho prestigio en el ámbito de la
física matemática. Al trasladarlo al campo de las relaciones humanas, con la
mediación de la biología, este modelo sirve para justificar, con aparente
ausencia de principios teológicos o metafísicos, las nuevas teorías sobe “lo
normal”.
La noción de especie sirvió para establecer una clasificación de
los seres vivos. Parecía que la naturaleza nos ofrecía un patrón para ordenar
todo lo vivo. La teoría de la selección natural completo este modelo esencialista.
Aunque las especies hayan cambiado con el tiempo, observamos que todo lo que
existe es fruto de la selección natural. Aunque todo podría haber sido de otro
amanerar, ha sido así. Y esto es lo natural. Los órganos tienen sus funciones.
Estas funciones son el producto de las leyes de la genética y de la selección
natural. Aquellas funciones que no contribuyan a la supervivencia de las
especie pueden ser consideradas antinaturales. Los conceptos de función y
órgano se asociaron al de salud y enfermedad. Dentro de la burguesía, estas teorías
venían muy bien para clasificar las conductas de una forma “moderna”. El
homoerotismo se consideraba un atentado contra las leyes de la naturaleza,
contra las leyes básicas de la reproducción de la especie. Y como estas teorías
nacían de la experiencia, del sentido común, aquellos que las negaban iban
contra el sentido común.
Los constructivistas han realizado análisis de gran valor
liberador, como dice Hacking, pero no todo es construido... Por otro lado,
Foucault puso el énfasis en todas aquellas estrategias que utiliza el poder
para dominar. Las instituciones utilizan los conocimientos sobre el ser humano
para clasificar y controlar. El saber es un momento más de la disciplina. En el
caso de las identidades de género, las relaciones de producción pueden generar
una ideología que realice definiciones de los sujetos normales y lo anormales.
Este definir es un acotar. Los intereses de las clases dominantes se plasman en
la construcción de esas identidades. Las identidades son un haz de expectativas
para un sujeto: lo que puede hacer, lo que debe hacer, lo que se espera de él,
lo que le conviene, lo que le hace humano....
Bibliografía
- Granados Cosme, J Arturo: Medicina y homosexualidad. Prácticas
sociales en tensión. Cuicuilco. Vol 13, nº 36.
- Hacking, Ian. : Making Up
People.
- Hacking, Ian.: Representar e intervenir. Editorial
Paidós.
- Hacking, Ian: ¿La construcción social de
qué?. Editorial Paidós.
- Martínez, M. L:
- Ontología histórica y nominalismo dinámico: La propuesta de Ian Hacking para las ciencias humanas. Cinta Moebio 39: 130-141.
- El realismo científico de Ian Hacking: de los electrones a las enfermedades mentales transitorias. Revista Redes. 22. pp.153- 176.
- Ontología histórica y nominalismo dinámico: La propuesta de Ian Hacking para las ciencias humanas. Cinta Moebio 39: 130-141.
- El realismo científico de Ian Hacking: de los electrones a las enfermedades mentales transitorias. Revista Redes. 22. pp.153- 176.
- Mill, S.: La naturaleza. Alianza editorial.
- Ugarte Pérez,
J.: Las circunstancias obligaban.