Entre las líneas del
libro de Max Zoster aparece un fragmento inquietante: “En las librerías olvidamos que vamos a morir”. Quiero levantar la vista de las palabras y me
doy cuenta de dónde estoy. Voy conduciendo por la Ruta de la Plata. En la radio
hay un concurso sobre frases en latín: “¿Qué
frase repetía el sirviente al general que entraba triunfante en Roma después de
una campaña victoriosa?”. Me propongo participar y enviar la respuesta.
Cuando llego a casa, ya por la noche y muy cansado, busco en la página web de
la cadena de radio y no soy capaz de encontrar ni el programa ni el concurso.
Utilizo el buscador de la página y encuentro otro certamen de microrrelatos. Me
llama la atención lo extraño del premio: cien libros en papel. Entonces pienso
que el premio puede ser una condena para muchos. Nadie participará en el
concurso. Ya me veo ganador, coronado con el laurel... ¿Quién va a querer llenar
su casa con cien objetos pesados pudiendo tener toda esa información con un solo
clic? Debido al cansancio, doy una cabezada frente a la pantalla. Max Zoster me
susurra: “Lee y olvida que vas a morir”.