martes, 10 de marzo de 2020

MAESTRA DE LA DIVULGACIÓN

        
Ilustración de Domingo Martínez

       A los lectores empedernidos les encantan los libros que hablan del origen del alfabeto, la escritura, el papiro, el pergamino, las bibliotecas… Son los libros que hablan de sí mismos. Hablan de su propia historia, de sus orígenes, que para muchos es sinónimo del surgimiento de la humanidad. Lo que nos hace humanos va asociado al lenguaje y la escritura.
         Ya he desvelado uno de los secretos del éxito de “El infinito en un junco”: trata de la historia del libro. La primera parte se titula “Grecia imagina el futuro” y la segunda “Los caminos de Roma”. Que describa la vida de los libros en el contexto cultural de los griegos y los romanos, los cimientos de nuestra civilización, es otra de las virtudes de un texto que ya va por la novena edición, y la primera es de septiembre de 2019. El subtítulo es “La invención de los libros en el mundo antiguo”. Y no es nada breve. Bien editado por Siruela, contiene 450 páginas, sin ninguna ilustración.
         Irene Vallejo estudió Filología Clásica. Investiga y divulga sobre el mundo clásico. Escribe una columna semanal en el Heraldo de Aragón. Y es autora de varias novelas. Investiga, divulga y crea. En este ensayo sobre la historia de nuestros libros, Irene ha encontrado un estilo que recoge lo esencial de esas tres actividades. Sin muchas citas, ni notas a pie de página que interrumpan la narración… Sin esa falsa objetividad que suele anular la pasión de quien escribe… Sin las correas académicas que paralizan la imaginación y la crítica… Sin todo eso, Irene Vallejo nos habla de los libros, de nuestra historia, nuestro presente y futuro.
         El estilo es esencial en la divulgación científica, ya sea en ciencias de la naturaleza o en humanidades. Cada capítulo está dividido en secciones breves, que casi pueden ser leídas de forma independiente. Utiliza un lenguaje directo, a veces poético, y desde una primera persona que no teme mostrarnos sus intereses y pasiones mientras nos habla de las peripecias de los libros en el mundo antiguo. Intercala capítulos que hablan del libro en la actualidad, de las bibliotecas o los soportes digitales. Se trata de una verdadera labor hermenéutica: comprender el pasado para entender el presente. Y el sujeto no puede desaparecer, todo lo contrario. La historia del libro siempre nos remite a las vivencias personales, a la infancia, a los cuentos, y a nuestros educadores.
         La obra se despliega a través de la dialéctica entre lo efímero y lo permanente. Desde la tradición oral de los poetas griegos hasta el mundo digital actual, siempre hemos luchado contra la erosión de la memoria y contra las múltiples causas que han generado la pérdida de información. A lo largo del ensayo vemos nacer los diferentes tipos de escritura, un hecho que cambió el mundo. Arañar la arcilla, una corteza de un árbol, una piedra… O elaborar tablillas, papiros, pergaminos y papel… La historia del libro es un relato épico contra los fenómenos naturales o la desidia humana. Por eso hay muchas páginas dedicadas a las bibliotecas, en especial a la de Alejandría.
         La historia del libro nos desvela también la estructura social del mundo antiguo. La alfabetización universal es algo reciente. Al principio eran muy pocos los que dominaban el arte de escribir y leer. Analiza el papel de las mujeres, de los esclavos, de los ricos y de los pobres. Producir libros antes de la imprenta era una tarea muy costosa. Los rollos se deterioraban muy rápido, así que había que ir haciendo copias para salvaguardar los textos importantes. Menos mal que hubo personas que lucharon contra ese deterioro. Aparecen las primeras listas de libros importantes. Irene analiza el concepto de clásico. Y no hay que olvidar el oficio de librero…
         Ahora leemos en silencio, pero al principio tampoco fue así. La escritura estaba asociada a los sonidos. Leer era devolver la vida a los signos mudos. Y no era nada fácil, porque se escribía todo seguido, sin espacios entre palabras. El ensayo de Irene Vallejo nos permite acercarnos a esas fases intermedias de la historia en las que se comparten tradiciones, hábitos y técnicas diferentes. Hubo un momento en el que en una biblioteca había rollos y libros. Algunos comenzaban a leer en silencio y otros lo seguían haciendo en voz alta.
         “El infinito en un junco” es una obra que, además de proporcionar un inmenso placer, puede ser utilizada en varias materias: lengua y literatura, historia, latín, griego, filosofía o tecnología. Y es un buen modelo para aprender a divulgar en el ámbito de las humanidades.